Muere el pintor taurino Luis Garc¨ªa Campos

En la pasada madrugada de este 29 de agosto, una fecha tan tristemente marcada en los Anales de la Fiesta, en su casa de Bilbao y rodeado por los suyos ha fallecido el pintor Luis Garc¨ªa Campos, reconocido un¨¢nimemente como uno de los grandes de la ¨¦poca moderna en la pintura taurina.

Aquejado desde hace unos meses de una grave enfermedad, ya este a?o no pudo acudir a la cita anual que siempre mantuvo durante m¨¢s de medio siglo: su exposici¨®n en el Hotel Carlton con motivo de la Semana Grande de Bilbao. Pero al renunciar a esta cita, no perdi¨® el sentido del humor: "Este a?o hago pira -coment¨®-, pero espero volver el a?o que viene con m¨¢s fuerza".

Nacido en el popular barrio de Rekalde el 12 de enero de 1928, recordaba el maestro que "era una zona muy bonita llena de espacios verdes e, incluso, de chal¨¦s. Hoy todo ha cambiado. Se han hecho cosas muy buenas, pero quedan otras muchas por hacer". Y all¨ª, desde muy ni?o, tuvo clara sus dos grandes vocaciones: la pintura y los toros. Con palabras muy expresivas, recordaba hace unos a?os el pinto: "Los toros me han hablado desde muy ni?o".

Recordando su trayectoria vital, Garc¨ªa Campos fechaba en 1938, en la exacta fecha de un 15 de mayo, su descubrimiento de los misterios de la Fiesta: "Regres¨¢bamos de Santander a la escuela y recuerdo que ese d¨ªa se celebraba una novillada que era a beneficio de los ni?os pobres de las escuelas. Nos llevaron a la plaza y, a la entrada, nos dieron un bocadillo de mortadela. Aquello me impact¨® mucho y al d¨ªa siguiente, copiando fotograf¨ªas que aparec¨ªan en la prensa, realic¨¦ mis primeros dibujos de toros con l¨¢pices de colores. He nacido con esa afici¨®n".

Y a?ad¨ªa: "He trabajado desde muy joven en diferentes oficios, pero la pintura siempre ha estado en mi cabeza. Estudiaba cuando pod¨ªa, quer¨ªa mejorar porque esta es una disciplina en la que tienes que mejorar cada d¨ªa que pasa. Y, por su parte, los toros suponen mucho para m¨ª. Siempre me gust¨® pintarlos". Tan apasionado de los toros era que en su primera juventud prob¨® fortuna como becerrista. Se anunciaba con el sobrenombre de "Maravilla".

Particip¨® en su primera capea en Lapuebla de Labarca y tore¨® algunos festejos por Vizcaya. No hace mucho recordaba Garc¨ªa Campos como a los trece a?os 'hac¨ªa puerta' para conseguir un aut¨®grafo de los toreros

que se hospedaban en el hotel Carlton y en el Hotel Torrontegui, que era por aquellas fechas donde se alojaban los toreros que acud¨ªan a la Semana Grande. Con el correr de los a?os, volvi¨® haya m¨¢s de medio siglo de nuevo al hotel de la plaza Moyua, pero ahora cuadros y apuntes bajo el brazo, esos que tanto se echaron en falta en esta pasada semana.

Pero pronto lo dej¨® su intento en los ruedos, para centrarse en la paleta y los pinceles. Esta pasi¨®n por la pintura le llev¨® a la Escuela de Bilbao, porque se negaba a ser meramente un autodidacta. "En esto siempre hay que estar aprendiendo". Y cuando se sinti¨® preparado, en 1952 comenz¨® a publicar sus apuntes taurinos a la prensa bilba¨ªna. Ah¨ª comenzaba una carrera brillante y reconocida, hasta situarle en un lugar privilegiado.

Era una tarea que en los primeros a?os compatibilizaba con su actividad profesional en el entonces Banco de Vizcaya. Hasta que a comienzos de los a?os 70, cuando era ya muy reconocido como pintor y cartelista, lo

deja todo para centrarse exclusiva e intensamente en la pintura.

Junto a los toros su otra gran pasi¨®n pict¨®rica, que para era ¨¦l resultaba entra?able, era la R¨ªa de Bilbao: "La he conocido cuando era r¨ªa con todo su ambiente, que llegaba hasta El Arenal. Hab¨ªa gr¨²as, gabarras, barcos de calado... Todo era vida". Fiel a su pasi¨®n, en sus exposiciones nunca falt¨® este motivo. Incluso hubo a?os que realizaba exposiciones monogr¨¢ficas, all¨¢ por el mes de febrero.

Como testigo art¨ªstico de cada instante taurino, Garc¨ªa Campos fue siempre fiel a su plaza de Vista Alegre, pero tambi¨¦n hubo a?os que hizo incursiones durante los sansidros madrile?o. "Siempre he acudido a la

plaza -explic¨® un d¨ªa- con sentido period¨ªstico y plasmo lo que m¨¢s me puede llamar la atenci¨®n de la corrida, que igual no es ni el toro ni el torero. Recuerdo c¨®mo una vez, en Bilbao, una empresa comercial

regal¨® sombreros chinos en uno de los tendidos. Cuando entr¨¦ en la plaza y vi aquel tendido lleno de orientales... el apunte fue por ah¨ª. Me pareci¨® mucho m¨¢s period¨ªstico que el resto de lo que sucedi¨® esa tarde porque parec¨ªa que hab¨ªa llegado un barco de chinos y que todos hab¨ªan acudido a Vista Alegre. Siempre intento plasmar aquello que m¨¢s me llama la atenci¨®n. Y si no hay m¨¢s remedio, vas a los recursos de siempre".

En su haber cuenta con 24 carteles para la Semana Grande, pero tambi¨¦n varios para los Sanfermines, para Mont de Marsan, para Azpeitia. para muchas ferias conocidas. Se trata de una modalidad en la que tuvo gran

renombre, probablemente porque junto a la calidad pict¨®rica nunca olvid¨® lo que bien podr¨ªa ser su lema: "Los carteles tiene que saberse de d¨®nde son, no dejan de ser un reclamo".

Pero como pod¨ªa ser de otra manera fue llamado tambi¨¦n a colaborar en la edici¨®n de numerosa bibliograf¨ªa taurina, siendo quiz¨¢s la m¨¢s lograda el libro "Toros y Toreros", realizado en edici¨®n de gran formato y elaborado en uni¨®n de los cronistas Javier de Bengoechea y Javier Ili¨¢n.

Pero en cualquier de estas manifestaciones art¨ªsticas, su verdadera preocuaci¨®n radicaba en que "cada vez hay que hacerlo mejor. En este mundo, no basta con darse a conocer. Aqu¨ª el p¨²blico te cataloga enseguida: ve si vas para arriba, para abajo o, por el contrario, si te quedas estancdo.

Cada d¨ªa soy un poco m¨¢s exigente. Me gusta y pretendo que cada exposici¨®n o cada trabajo que afronto sea mejor que los anteriores. Me ayuda en la creaci¨®n. Siempre digo que existe un techo imaginario que cuando vas a tocarlo se alza un poco m¨¢s para que no te quedes ah¨ª y poder seguir subiendo".

Con m¨¢s de un centenar de exposiciones a sus espaldas, con una actividad continuada de casi 70 a?os como colaborador en la prensa diaria, Garc¨ªa Campos recibi¨® el reconocimiento de sus admiradores. Entre otros muchos, tuvo en su coraz¨®n la fecha en la que el Club Cocherito de Bilbao -cuyas efem¨¦rides fundamentales ¨¦l hab¨ªa acartelado- le nombr¨® "socio de honor".

"Me enorgullece que hayan tenido ese detalle conmigo", aseguraba, para a?adir que entre otras cosas porque constitu¨ªa un honor figurar en la misma relaci¨®n en la que aparec¨ªan nombres como la Condesa de Barcelona

y madre del Rey, el conde de Motrico, Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, Antonio Ord¨®?ez e, "incluso, el Athletic", a?adi¨®.

El otro reconocimiento, tambi¨¦n el m¨¢s reciente, data de finales del pasado a?o, cuando un d¨ªa de noviembre recibi¨® la llamada del presidente de la Asociaci¨®n Taurina de Parlamentarios le llam¨® para comunicarle que, dentro de sus premios anuales, se le hab¨ªa concedido el correspondiente a "la manifestaci¨®n art¨ªstica relacionada con los toros".

Cuando semanas m¨¢s tarde en uno de los salones del Senado, en un solemne acto, recibi¨® el galard¨®n, sus palabras tan emocionadas que en m¨¢s de un pasaje le quebraron la voz, para quienes le conoc¨ªamos nos sonaron casi a despedida. En ellas hubo no s¨®lo palabras de afecto, hubo tambi¨¦n una verdadera declaraci¨®n de las razones profundas su pasi¨®n por la Fiesta y por la pintura, esa pasi¨®n que en la pasada madrugada ha dejado de latir en su coraz¨®n.