Cartas de mujer
Hay cosas que no pueden decirse, y es cierto. /Pero esto que no puede decirse, /es lo que se tiene que escribir (Mar¨ªa Zambrano).Y hay diez mujeres en este libro titulado No se lo cuentes a nadie (que publica hoy la editorialDemipage) que escriben eso que deber¨ªa callarse. Lo m¨¢s ¨ªntimo y personal. Se intercambian cartas con secretos, con menudencias y grandezas, pensamientos y acciones del d¨ªa-d¨ªa y de la noche-noche. Cuestiones del mundo y de la vida cotidiana, reales o imaginarias, por v¨ªa postal oemail, a mano o a m¨¢quina. Primorosamente escritas. Porque son de autoras.No s¨¦ a qu¨¦ lugar llegan las letras. En qu¨¦ lugar de m¨ª entra la palabra...
Palabras en danza, una coreograf¨ªa que comienza un buen d¨ªa de mano de Esmeralda Berbel y se mantiene durante muchos meses de 2010. Diez escritoras (Cristina Peri Rossi, Alejandra Costamagna,Isabel Nu?ez...)mantienen correspondencia, se inclinan sobre el papel en blanco y cuentan de s¨ª; recuperan ese g¨¦nero literario, tan rico, que permite confidencias profesionales y personales, cercan¨ªa a pesar de la distancia y que, con la pr¨¢ctica, acaba amarrando a pie de buz¨®n a quien la practica. A ellas les sucede.Crea v¨ªnculos. Una cartase espera, se anhela. Y/o seteme.
- Andrea querida: Iba a escribir feliz cumplea?os, pero la frase suena desafinada hoy. Ahora mismo, mientras te escribo, se me mueve el piso. No s¨¦ si es cansancio mental, mareo de tierra o una de las infinitas r¨¦plicas del terremoto-maremoto [en Chile].
Un g¨¦nero, el epistolar, muy habitual durante siglos y hoy en crisis y desuso; muy femenino, seg¨²n cu¨¢ndo y d¨®nde. Y muy de escritores/as siempre. Cartearse cotidianamente, un modo de mantener un diario, ?igual que hoy se escribe un blog o se enreda uno/a en redes sociales? ?O se escribe ahora ya muy distinto? Una manera de describir un lugar interior o exterior y/o una ¨¦poca que va pasando veloz y s¨®lo en papel se ralentiza y se congela un instante. Era la idea. Pinceladas de diez mundos con el fondo de los sucesosque acontecen durante ese a?o.
- Y a partir de las 15.30 voy a estar en cuerpo y alma ante el televisor mirando el Argentina-M¨¦xico.
- Ayer nev¨® en Barcelona durante todo el d¨ªa¡
- Te escribo a la peor hora de la soledad para m¨ª: la noche.
- ¡ con la distancia al final no sab¨¦s si extra?¨¢s a esa persona o a la imaginaria¡
- Es verdad que el tiempo pasa y somos otros...Yo me siento otra despu¨¦s de la muerte de mi gata Gilda.
- Sigo necesitando refugiarme en lo literario o en el cine para poder vivir, so?ando con dejar este pa¨ªs¡
- ...hemos fregado los platos aunque antes me ha dicho: no, no, t¨² ve a descansar que yo los friego. 'Mam¨¢, soy yo la que tiene que cuidarte a ti no t¨² a m¨ª'. 'Ya te tocar¨¢', dice. Fregamos los platos, hablamos de su pr¨®xima operaci¨®n: '?Te da miedo?' 'No, miedo no, cosa'.
"Epistolarios entre hombres ha habido muchos a lo largo de la historia, como los Goethe y Schiller, Borges y Bioy Casares, entre otros, pero ese concepto de 'amiga intima' va mejor con la mujer, que es capaz de mezclar temas, y hablar de la literatura, pero tambi¨¦n del amor, de los hijos, de la amistad, de los amantes",ha dicho Peri Rossique considera este libro, sobre todo, un canto de amor a la literatura.Misivas que vuelan y sobrevuelan oc¨¦anos y narran con intensidad la raz¨®n del ser, la muerte y la vida.?Hay un modo de contar femenino??Y en femenino??O no existe tal?
-Ni t¨² ni yo sabemos en qu¨¦ ¨¢ngulo del alma nos asemejamos tanto para que a pesar de las distancias yo te vaya buscando y t¨² me respondas: S¨ª.
Se confiesan amores queridos y abandonados; se describen insomnios; dolores de muerte, de enfermedad y de los otros; se cuentan historias de conocidos y extra?os, de fil¨®sofos y escritores (Tolstoi escrib¨ªa con humor de perros y sal¨ªa de sus largas sesiones de escritura irascible¡ tomaba la escopeta y a caminar hasta el anochecer, que era cuando regresaba con un par de conejos muertos. Eso s¨ª, despu¨¦s a follar sin parar y Sof¨ªa siempre embarazada, frustrada¡).Hay citas de famosos (Plat¨®n dice que el amor no es lo amado, sino quien ama).Y otras desconocidas, por ser propias:
-Ha llegado la hora de hablar de mascarillas faciales, o mejor, pasemos a los arenques en el desayuno...
- A veces doy una vuelta a ¨²ltima hora, para notar el aire y no sentirme prisionera del cielo sucio. La otra noche llegu¨¦ hasta el barranco de mi infancia¡.
- Procedo a cortarme las venas¡¯ es una de mis tantas exageraciones vocales y corresponde, grados m¨¢s, grados menos, a una expresi¨®n de ese tedio infinito que me inunda cuando las cosas, tontas que son, no salen como yo quiero. En ese sentido es equivalente a ¡®voy a suicidarme un rato y vuelvo¡¯, o al viejo, mafaldesco y ya ?o?o por el uso ¡®paren el mundo que me quiero bajar¡¯. Nada nuevo.
¡°Escribir cartas, esperar cartas¡±, comenta en el pr¨®logo la fil¨®loga Berbel, quienentusiasm¨® a las otras autoras al invitarlas al proyecto. ¡°Escog¨ª a cuatro y dej¨¦ que fueran ellas las que buscaran a sus destinatarias¡±. Berbel misma eligi¨® a la realizadora catalana Lydia Zimmermann. ¡°Cont¨¢ conmigo¡±, le respondi¨® enseguida la uruguaya Peri Rossi.Y eligi¨® cartearse con la profesora y traductora Diana Patricia Decker. ¡°Despu¨¦s averig¨¹¨¦ que la gran cuentista argentina Liliana Hecker hab¨ªa dejado fascinado a un editor con una carta de presentaci¨®n. Y comenz¨® a mand¨¢rselas a la novelista Elena Bossi. Entusiasmo similar encontr¨® enCostamagna, en Chile, cuya correspondencia se dirigi¨® a la periodista Andrea Palet. O de la espa?ola Nu?ez que envi¨® sus cartas a Elena Vilallonga.
¡°Hay un posparto y un duelo de los libros. La tristeza de dejarlos ir¡¡±, afirma en un momento dado una de las autoras en este librodeDemipage(una editorial peque?a capaz desacarse de la chistera historias literarias menudasque de tan hermosas mutan en gigantes). Y eso sucede con ¨¦ste,que te gustar¨ªa seguir leyendo... Llama el cartero a la puerta, abres... y te trae detalles de seres queridos, pedazos de vidas. Para saborear con gusto (o disgusto) lento, lento...?No echan de menos las cartas postales?
Fotograf¨ªa: 'Sopa de letras', de Amador Toril.
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