Desigualdad se escribe en chino
Esta entrada ha sido redactada por nuestro colaborador en el Sureste Asi¨¢tico Carlos Galian.
Foto: Nathalie Paco
Antes de que termine esta d¨¦cada, China habr¨¢ superado a Brasil como el pa¨ªs emergente m¨¢s desigual. Lo que hace solo unos a?os habr¨ªa sonado a locura hoy es casi una realidad. Seg¨²nun estudio publicado porIPEA(Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica de Brasil), la desigualdad hab¨ªa ca¨ªdo un 6% en Brasil desde 2004 hasta 2009. En China, sin embargo,la desigualdad no deja de crecer desde hace 20 a?os. Mientras en Brasil la clase media protagoniza los cambios sociales, los960.000 millonarios chinosdominan la esfera publica y econ¨®mica. ?C¨®mo ha llegado China a este punto?
A comienzos de los a?os 80 el gigante asi¨¢tico parec¨ªa haber adoptado el modelo regional de desarrollo que caracteriz¨® el despeguesocioecon¨®micode Jap¨®n,Taiwany Corea del Sur: cambios en la propiedad de la tierra que impulsaron la producci¨®n agr¨ªcola; creaci¨®n de una industria b¨¢sica que comenzaba a orientarse hacia la exportaci¨®n; y la aplicaci¨®n de unas pol¨ªticas sociales entroncadas en la tradici¨®n comunitaria china y en el propio r¨¦gimen comunista. En solo cinco a?os, desde 1978 hasta 1985, la pobreza rural se redujo a la mitad, pasando de 250 a 125 millones. Estas medidas lograron multiplicar los ingresos sin que se disparara la desigualdad, lo que parec¨ªa indicar que China seguir¨ªa el modelo decrecimiento con equidadque hab¨ªa caracterizado a los dem¨¢s pa¨ªses de la regi¨®n.
Pero en la d¨¦cada de los 90 China ya empez¨® a mostrar claras divergencias con sus vecinos del sur y el este. Si biensigui¨®reduci¨¦ndosela miseria ¨Cen 2000 la pobreza rural se aproximaba a los 32 millones- la desigualdad alcanzaba ya nivelespreocupantes. La explicaci¨®n hay que buscarla en el desmantelamiento oprivatizaci¨®nparcial de algunos servicios p¨²blicos ¨Cque posteriormente el gobierno corrigi¨®-, un gasto social no demasiado elevado y, sobre todo, un r¨¦gimen de empadronamiento, denominadoHukou, que dificulta el acceso a los serviciosp¨²blicosde lapoblaci¨®nrural que emigra a las ciudades.
?Deber¨ªa preocupar a alguien ese nivel de desigualdad cuando el conjunto del pa¨ªs parece seguir prosperando? Muchos analistas extranjeros sugieren que s¨ª: de no cambiar las cosas, China se puede convertir en un volc¨¢n social como consecuencia de estas enormes diferencias.Las protestas ocurridas en la ciudad de Zengcheng el pasado junio, por ejemplo, alimentan esta imagen de caos social.
Sn embargo,MartinWhyte, soci¨®logo de la Universidad deHarvardespecializado en China, defiende que la opini¨®n p¨²blica china ve con aparentetranquilidadesas diferencias. En unaencuesta que realiz¨® en 2004se encontr¨® que m¨¢s del 69% de los chinos consideran que el talento y la habilidad explicaban porqu¨¦ la gente se enriquece. Esta encuesta evidencia que la sociedad china tiene un grado de aceptaci¨®n de la desigualdad superior al de la sociedad europea olatinoamericana, menos condescendientes con el enriquecimiento ajeno.
?Y qu¨¦ piensan los pol¨ªticos chinos de la desigualdad?Probablementesu lectura se sit¨²e a medio camino entre elcatastrofismoextranjero y la calmaque emana de las encuestas. En respuesta a la desigualdad, el gobierno adopt¨® lapol¨ªticade equidad en los serviciosb¨¢sicosy ha dado marcha atr¨¢s a algunas de las reformas en el sector de la salud para aumentar la cobertura y frenar el gasto privado. Tambi¨¦n pretende reducir lasdesigualdadesentre las regiones costeras y el interior, as¨ª como garantizar un ingresom¨ªnimoa lapoblaci¨®nmas vulnerable atrav¨¦sdel programa de transferencias Di Bao y las pensiones contributivas y no contributivas para la tercera edad.
Est¨¢ por ver si estas reformas ser¨¢n suficientes para estabilizar o reducir la desigualdad o se quedar¨¢n en simples tiritas incapaces de frenar la defunci¨®n del modelo asi¨¢tico de desarrollo.
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