La lucha contra SIDA y los recortes de la ayuda al desarrollo
Los recortes de la ayuda oficial al desarrollo (de los que habl¨¢bamosayer) se traducen en dilemas concretos para muchos pa¨ªses. En la entrada de hoy, nuestra colaboradora Carmen Gonz¨¢lez nos explica desde Vietnam el caso de los programas de lucha contra el VIH/SIDA. Ver¨¢n que no todo son desventajas.
Fotograf¨ªa de Adam Jones adamjones.freeservers.com
Durante el pasado verano, ONUSIDA y la fundaci¨®n norteamericana Kaiser Family publicaron su ¨²ltimo an¨¢lisis sobre la financiaci¨®n de los principales 15 donantes a la lucha contra el SIDA. Este informe se?alaba que, por primera vez en una d¨¦cada, la financiaci¨®n a este sector hab¨ªa disminuido, pasando de 7.600 a 6.900 millones de d¨®lares.
El sombr¨ªo panorama global en la ayuda de los gobiernos donantes -junto a su nueva calificaci¨®n como pa¨ªs de renta media por parte del FMI- ha tenido un efecto directo en la disminuci¨®n de los recursos de cooperaci¨®n destinados a la lucha contra el VIH en Vietnam. Durante el ¨²ltimo a?o se sucedieron los anuncios de finalizaci¨®n o reducci¨®n de los fondos destinados a este fin. EEUU, principal donante en este sector, comunic¨® una disminuci¨®n del 18% en 2012 con respecto al a?o anterior y una progresiva reducci¨®n en los cinco a?os siguientes. Holanda confirm¨® su salida de Vietnam, mientras que el Banco Mundial y el DFID brit¨¢nico sustituir¨¢n paulatinamente las donaciones por cr¨¦ditos condicionados.
Aunque no lo parezca, estas noticias no son del todo malas para la lucha contra el VIH/SIDA en Vietnam.Durante los ¨²ltimos a?os el pa¨ªs ha recibido un amplio y creciente apoyo financiero internacional que no ha ido acompa?ado de un incremento en los recursos nacionales: en el per¨ªodo 2008-09 la comunidad internacional aport¨® el 73% del total de los fondos destinados a estos programas. Los recortes fuerzan un debate sobre la sostenibilidad de la respuesta al VIH y la necesidad de incrementar los recursos presupuestarios nacionales y garantizar la eficiencia del gasto. El Gobierno comienza a replantearse algunas intervenciones de dudoso impacto, como la detenci¨®n de drogodependientes y prostitutas en centros de reeducaci¨®n y trabajo olas campa?as de sensibilizaci¨®n dirigidas al conjunto de la poblaci¨®n, que ignoran la concentraci¨®n epid¨¦mica en poblaciones de riesgo (drogodependientes, prostitutas y homosexuales).
Pero los efectos perniciosos tambi¨¦n son palpables. Por ejemplo, el acceso a tratamientos antirretrovirales -financiados en su mayor¨ªa por el programa estadounidense y el Fondo Global en la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria- solo alcanza a la mitad de la poblaci¨®n que los necesita. Una retirada demasiado r¨¢pida podr¨ªa poner en riesgo la vida de muchas personas: las que a¨²n no han tenido acceso al tratamiento y las que podr¨ªan generar resistencias como consecuencia de interrupciones temporales.
En lugares como Vietnam, con niveles sostenidos de crecimiento y reducci¨®n de la pobreza, puede estar justificado que en el medio plazo se produzca una disminuci¨®n de los fondos de cooperaci¨®n para financiar programas como el de VIH. Pero la reducci¨®n debe ser progresiva y debe abrir paso a una transici¨®n ordenada que blinde los avances logrados y siente las bases para alcanzar metas m¨¢s ambiciosas. En el caso de otros pa¨ªses m¨¢s pobres, ladisminuci¨®n o retirada de los fondos de cooperaci¨®n destinados a la lucha contra el SIDA puede tener efectos catastr¨®ficos. El an¨¢lisis de los planes de ayuda bilateral brit¨¢nica, publicado recientemente por The Guardian, revelaba que el Caribe no recibir¨¢ m¨¢s ayuda bilateral del DFID. Un comportamiento similar por parte de otros donantes llevar¨ªa una situaci¨®n extremadamente preocupante para la segunda regi¨®n m¨¢s afectada por el VIH,en la que se estima que el 1 por ciento de la poblaci¨®n adulta es seropositiva.
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