¡°Supongo que estoy bien: me muevo y respiro¡±
Nick Nolte repasa su tormentosa vida al cumplir los 70 a?os y nominado a un Oscar
Seamos sinceros. Si le vieras por la calle pensar¨ªas que es un mendigo. Ha mejorado respecto a esos a?os en los que llegaba a la entrevista en pijama, con un abrigo por encima para evitar el arresto. Pero conserva algunos signos: pantalones arrugados y manchados de ?sangre? ?chocolate? o ?excrementos?, cazadora verdosa muy gastada y ese andar cargado de hombros. Se trata de Nick Nolte y las apariencias nunca fueron lo suyo. ¡°?Qu¨¦ c¨®mo estoy?¡±, repite sorprendido ante el saludo. ¡°Supongo que estoy bien, me muevo y respiro ?no? Un tipo con suerte. Porque as¨ª lo crees cuando llegas a los 70. Y cuando llegue a los 80, m¨¢s todav¨ªa. O a los 90. De hecho si llegas a los 93 probablemente llegas a los 100 porque para ese momento dejas de envejecer y es m¨¢s probable que mueras atropellado¡±, a?ade ensimismado con el saludo.
Suena a discurso de alcoh¨®lico aunque hoy est¨¢ sobrio, el de un hombre envejecido pero que conserva ese punto peligroso que siempre tuvo y que ni la edad ni las drogas consiguieron domar. Porque Nolte (Omaha, EE UU, 1941) siempre fue as¨ª, el tipo rudo de una industria que siente debilidad por los guapos, con un f¨ªsico que podr¨ªa haber sido tallado a pu?etazos pero con un pozo de sensibilidad en el alma que saca en sus mejores trabajos. ¡°Es que en mi interior me siento como si tuviera 4 a?os. Eso no cambia. Uno puede envejecer, pasar de los 20 a los 40, a los 60. Y entonces ?qu¨¦? El tiempo siempre se te escapa, pero el sentimiento de estar vivo es eternamente joven¡±, resume con el ¨²ltimo resoplido.
Nolte tiene mucho de lo que hablar con una candidatura al Oscar como mejor actor secundario por su ¨²ltimo estreno, Warrior. Esta es la tercera nominaci¨®n de una carrera con la que nunca consigui¨® la estatuilla. Y con su vuelta a la televisi¨®n, medio que le lanz¨® a la fama con su trabajo en Hombre rico, hombre pobre, ahora junto a Dustin Hoffman y Michael Mann en la serie Luck. De ah¨ª que no calle pero no para promocionar su trabajo sino en esa conversaci¨®n en c¨ªrculos, llena de pausas y silencios, a veces imposible de seguir que m¨¢s recuerda la de un loco o la de un borracho pero que, como dicen, al igual que los ni?os son quienes dicen las verdades. Porque Nolte, sobre todo, recuerda que ha vivido. ¡°Me hace gracia que gente como Tom (Hardy, coprotagonista de Warrior y ahora ¨ªdolo de masas gracias a la pr¨®xima entrega de Batman) me pregunta por Marlon Brando, que c¨®mo le conoc¨ª¡±, dice alguien a quien siempre le pes¨® no haber hecho Apocalypse Now! Conoci¨® a muchos m¨¢s de los grandes. ¡°Katharine Hepburn, Bob Mitchum, George C. Scott. A todos ellos les he visto temblar de miedo antes de la primera toma¡±, admite con respeto porque seg¨²n ¨¦l hay que estar loco para dedicarse a esto, para tirarse al vac¨ªo cada vez que act¨²as. ¡°Pero yo encontr¨¦ en el escenario mi libertad, mis personajes, las historias que quer¨ªa contar¡±, sentencia.
Nolte lleva contando en estos a?os historias muy variadas. Buenas como esas que le dieron sus anteriores candidaturas (El pr¨ªncipe de las mareas y Affliction), comerciales como 48 horas, corales como Cape Fear o The Thin Red Line, reveladoras como Who¡¯ll Stop the rain, pel¨ªcula que considera que le ense?¨® a ser qui¨¦n es como actor, y catastr¨®ficas como The Good Thief. La pel¨ªcula no era tan mala pero la misma noche de su debut mundial en el Festival de Donosti Nolte dio la nota cuando fue arrestado por conducir borracho. La foto de su detenci¨®n dio la vuelta al mundo: camisa hawaiana descolocada, pelos de punta y mirada vac¨ªa. La estrella que Katharine Hepburn le critic¨® en p¨²blico por visitar ¡°como una cuba todos los garitos de la ciudad¡±. Y, sin embargo, aqu¨ª est¨¢ 70 a?os con una nueva papeleta para el Oscar y por interpretar precisamente a un alcoh¨®lico. ¡°Mi problema es la vida real. Por eso me gusta la interpretaci¨®n. Porque es cat¨¢rtico. En cuanto me subo a un escenario me siento en casa mientras que en la realidad vienen los problemas reales¡±, asevera con una mueca entre el humor y la contrici¨®n.
Esa vida real es para todos desconocida a pesar de lo mucho que habla de ella. Hijo de la Segunda Guerra Mundial, Nolte dista mucho de ser lo que el periodista Tom Brokaw defini¨® como la generaci¨®n del milenio. Si el periodista hablaba con orgullo de este grupo de baby boomers, Nolte habla con pesar. Un padre herm¨¦tico y austero tras vivir en el bando de la victoria las secuelas de una guerra brutal. Una sociedad conservadora y bajo la amenaza de un holocausto nuclear. ¡°Lo ¨²nico bueno eran los ensayos del ataque porque si bajabas el primero al refugio le pod¨ªas ver las bragas a las chicas¡±, recuerda juguet¨®n con memoria de abuelo batallas. Criado en este ambiente y un renegado de la guerra del Vietnam no es de extra?ar que Nolte buscara fortuna en el teatro. ¡°Prefer¨ªa hacer que mataba en un escenario que matar de verdad en Vietnam¡±, a?ade a sus memorias.
Hasta ah¨ª lo que se le puede creer porque Nolte es un reconocido mentiroso. En sus propias palabras, le gusta aderezar su vida con an¨¦cdotas falsas. Joyas inolvidables e indemostrables como cuando asegur¨® que se hab¨ªa hecho la cirug¨ªa est¨¦tica en los test¨ªculos para que no le colgaran. La misma seguridad con la que cuenta su teor¨ªa sobre la imposibilidad de envejecer cuando uno cumple los 93. O del problema que Hollywood tiene entre manos dada su obsesi¨®n con el 3D. ¡°Es un problema fisiol¨®gico porque crea tal desconexi¨®n cerebral que produce estados psic¨®ticos¡±, asegura a quien quiere o¨ªrle con la misma firmeza con la que habla del fin del cine, ¡°un mundo que se est¨¢ quedando sin historias y que se ha olvidado de los dos tercios de su p¨²blico cuando se empe?a en hacer pel¨ªcula para menores de 22 a?os¡±.
Con un hijo de 25 a?os fruto de su matrimonio con Becky Linger y otra de 4, hija de su actual pareja Clytie Lane, Nolte asegura que entre sus intereses no est¨¢ el dinero (¡°m¨¢s all¨¢ de lo que necesito para pagar a mi hija la universidad¡±) pero s¨ª las mujeres como demuestran sus tres divorcios y numerosas relaciones. Pero sobre todo le sigue interesando la interpretaci¨®n, como el primer d¨ªa, buscando buenos autores e historias que contar como esa que le llev¨® recientemente a Barcelona para trabajar con Xavi Puebla en A Puerta Fr¨ªa. No se acuerda ni del nombre del director ni del t¨ªtulo de la pel¨ªcula pero no puede ocultar la pasi¨®n por el proyecto, otro de esos momentos que le saque de la realidad y le lleve al escenario. ¡°De ah¨ª que mi ¨²nico consejo al actor que empieza es que se deje de clases y salga fuera, a buscar su camino, los mejores autores y las historias que quiere contar¡±, concluye antes de sumirse a¨²n m¨¢s en sus propias ideas.
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