La justicia con Gallard¨®n
Las reformas anunciadas son reaccionarias y denotan una ignorancia de la esencia de la justicia y del control constitucional
Durante mi etapa de presidente del Congreso tuve siempre una buena relaci¨®n con Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Gallard¨®n, el hombre de confianza de Fraga en temas de Derecho y de Justicia. Era competente y colaborador. Muchas veces nos encontr¨¢bamos a ¨²ltima hora de la tarde al salir del Congreso. Siempre cuando coincid¨ªamos ten¨ªamos un agradable intercambio de palabras y a veces m¨¢s que eso. Un d¨ªa le dije medio en broma, medio en serio: "Con lo conservador que eres, c¨®mo te dejas explotar por Fraga". Me contest¨® eludiendo la respuesta directa: "?Conservador yo?, ten¨ªas que conocer a mi hijo Alberto. Ese s¨ª que es de derechas".
Poco tiempo despu¨¦s, cuando fui al Ayuntamiento para saludar a Tierno Galv¨¢n, conoc¨ª a Alberto,? que me confirm¨® la impresi¨®n de su padre. Era un joven fiscal, concejal de AP en la oposici¨®n en Madrid. Era un empoll¨®n un poco redicho que ya entonces ten¨ªa una alta opini¨®n de s¨ª mismo. Con el tiempo madur¨® y en su etapa de presidente de la Comunidad puedo y debo agradecerle que se portase muy bien con la Universidad Carlos III, a la que apoy¨® y cuyo desarrollo facilit¨®. Nunca olvidar¨¦ esa buena disposici¨®n y esa neutralidad ideol¨®gica con una universidad que hab¨ªa sido creada e impulsada por el PSOE.
Con esos antecedentes, me sorprende que haya tomado una actitud tan beligerante y tan conservadora como ministro de Justicia del nuevo Gobierno de Rajoy. Entre sus propuestas m¨¢s retr¨®gadas y m¨¢s profundas est¨¢n la restricci¨®n de la justicia gratuita, el copago para recurrir, la reforma hacia atr¨¢s de la ley del aborto, la cadena perpetua revisable, y la reforma del Tribunal Constitucional y del Poder Judicial. Solo me puedo explicar el exceso de una persona sin excesos para satisfacer al jefe y a quienes defienden las tesis m¨¢s reaccionarias en el Partido Popular.
La cadena perpetua revisable es una ret¨®rica falsa que no a?ade nada nuevo a las penas
Si todas las propuestas circulan por malos caminos, la cadena perpetua revisable y el cambio en las formas de elecci¨®n de magistrados del Tribunal Constitucional y del Consejo del Poder Judicial suponen una ignorancia de la esencia de la justicia y del control de constitucionalidad que puede estar pr¨®xima a la mala fe y a la intenci¨®n m¨¢s reaccionaria y m¨¢s alejada de las elementales reglas de justicia en las sociedades democr¨¢ticas. Ya nuestro pa¨ªs tiene uno de los sistemas de penas m¨¢s duros de la Uni¨®n Europea y la cadena perpetua revisable es expresi¨®n de una ret¨®rica falsa, que no a?ade nada nuevo a las penas y que solo las adorna con un camuflaje para enga?ar a los ciudadanos m¨¢s sencillos.
Las propuestas referidas a las reformas en el Tribunal Constitucional y en el Consejo General del Poder Judicial son las m¨¢s negativas, m¨¢s clasistas y m¨¢s reaccionarias y expresan, o una ignorancia extrema, signo de falta de lecturas, o una parcialidad a las posturas m¨¢s corporativas y judicialistas que podemos encontrar. En cuanto al Tribunal Constitucional, las propuestas est¨¢n en una nebulosa y en un embrionario estado de desarrollo. Realmente lo ¨²nico sensato ser¨ªa que los magistrados no pudieran continuar desempe?ando su funci¨®n expirado el plazo para el que fueron designados, siendo obligatorio sustituirles so pena de incurrir en responsabilidad quienes fueran los causantes.
El problema m¨¢s serio se manifiesta en las reformas del Consejo, que suponen una entrega a los jueces y a sus asociaciones del gobierno del poder judicial. El deseo ¨²ltimo es que los ocho escogidos entre juristas de reconocida competencia sean tambi¨¦n jueces; y en caso de resultar imposible esa reforma, que fueran solo los jueces los que escogieran a los ocho juristas. Es la entrega total del gobierno del tercer poder del Estado a los jueces y, quiz¨¢, solo a los jueces que est¨¦n en asociaciones. Lo m¨¢s preocupante de esta propuesta es que es expresi¨®n de una gran ignorancia del funcionamiento del sistema y de confundir -por defectuosa formaci¨®n o por intencionada deformaci¨®n- lo que supone la independencia judicial garantizada por la Constituci¨®n,? que es la individual para cada juez en el ejercicio de su funci¨®n jurisdiccional, con el gobierno del tercer poder del Estado, que es un ¨®rgano pol¨ªtico. La prueba mayor de ignorancia es la afirmaci¨®n reiterada por jueces y diligentes pol¨ªticos del PP y de su Gobierno y, c¨®mo no, de su ministro Gallard¨®n de que hay que despolitizar la justicia, lo que supone un sinsentido may¨²sculo. Un poder del Estado nunca podr¨¢ ser apol¨ªtico y quienes lo sostienen son unos necios y unos ignorantes. Los que tienen que ser neutrales son los jueces al administrar justicia. Ni siquiera a ellos se les puede pedir que sean apol¨ªticos, porque ser¨ªa pedirles que no sean seres humanos. Lo que ocurre es que sus ideas pol¨ªticas no deben manifestarse en el sentido de sus resoluciones.
La propuesta de reforma del Poder Judicial expresa gran ignorancia
En Espa?a hemos tenido muchos jueces sabios, cultos y bien preparados que son precisamente los m¨¢s discretos. Si tuviera que poner un ejemplo de juez se?alar¨ªa, entre muchos, a Ignacio Sierra, jubilado en el Tribunal Supremo. Junto a esos ejemplos tenemos muchos que creen que por saberse los temas de las oposiciones est¨¢n por encima de cualquier sospecha y con capacidades para todo. Suelen ser de una osad¨ªa sin l¨ªmites y pensar que deben gobernar un poder del Estado tan complejo y lleno de matices como el judicial.
Me temo que Gallard¨®n, tan prudente y tan sensato en otros temas, pierde la cabeza defendiendo tesis tan descabelladas como esas. Si fuerza la naturaleza de las cosas para llevarlas adelante desde luego recibir¨¢ el rechazo m¨¢s contundente del PSOE y de los dem¨¢s partidos de la oposici¨®n. Solo desde el consenso se pueden abordar asuntos tan graves. No deber¨ªa empecinarse en aventuras que le convierten a ¨¦l mismo en un aventurero, lejos de lo juicioso e integrador que debe ser un ministro de Justicia. Abandone, se?or Ruiz-Gallard¨®n, la pol¨ªtica de riesgos mal calculados y de saltos hacia adelante. No se extrav¨ªe, se?or Ruiz-Gallard¨®n. ?Sosi¨¦guese!
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho. Universidad Carlos III de Madrid.
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