El tercer problema de Espa?a
Los parlamentarios auton¨®micos cada vez se parecen m¨¢s a la sociedad, pero persiste el descontento ciudadano
Bar¨®metro tras bar¨®metro, las encuestas del CIS revelan que los pol¨ªticos se han convertido en el tercer problema en Espa?a. La situaci¨®n se amplifica con el eco del grito de ¡°no nos representan¡± del 15-M dirigido a los parlamentarios de diferentes lugares. El descontento de la ciudadan¨ªa con los pol¨ªticos obliga a una reflexi¨®n sobre una realidad poco conocida: ?Son nuestros parlamentarios diferentes de la sociedad que los elige? En este art¨ªculo ofrecemos datos originales sobre los diputados auton¨®micos, para la reflexi¨®n.
La composici¨®n de los Parlamentos depende de cuatro microdecisiones: las de los ¡°selectorados¡± de los partidos (del ingl¨¦s selectorate: ¡°selecci¨®n¡± y ¡°elecci¨®n¡±), que eligen a quienes compondr¨¢n las listas; las de quienes se postulan o aceptan un puesto en la lista electoral; las de los electores que favorecen unas listas u otras (y, con ello, unos candidatos u otros) y cuya agregaci¨®n est¨¢ condicionada por el tama?o de la circunscripci¨®n, la barrera electoral y la f¨®rmula d¡¯Hondt; y las de los diputados/as que deciden tomar posesi¨®n, permanecer en el Parlamento o abandonarlo para ir a otro puesto o volver a su profesi¨®n.
La combinaci¨®n de estas decisiones hace que en las c¨¢maras haya m¨¢s o menos mujeres, j¨®venes, profesionales de distinto tipo, personas de grupos minoritarios, pol¨ªticos noveles, con unas credenciales educativas u otras, o personas m¨¢s o menos preparadas para cumplir su funci¨®n parlamentaria y estar en contacto con quienes les eligen. ?El conjunto de estas decisiones hace que los Parlamentos se parezcan a la sociedad de la Espa?a de las autonom¨ªas?
Desde 1980 se han celebrado 138 elecciones para c¨¢maras auton¨®micas con 9.667 esca?os en competici¨®n que han ocupado 5.353 diputados/as; lo que significa que, tras cada elecci¨®n, las c¨¢maras se renuevan en un 50%. La fotograf¨ªa de estos parlamentarios muestra un perfil significativo: varones (74%), de 42 a?os de media, nacidos en la autonom¨ªa en la que obtienen un esca?o (84%), con estudios universitarios (81%) y que trabajan como profesores (21%), abogados (17%), empresarios y directivos (13%), obreros y empleados (9%), o funcionarios (7%). Un 6% no ha ejercido profesi¨®n alguna antes de entrar en la c¨¢mara, y esta proporci¨®n crece en la ¨²ltima legislatura hasta el 10%.
Los varones a¨²n son? mayoritarios, pero las mujeres han avanzado mucho en las c¨¢maras
El mundo municipal y el liderazgo de partido se interconectan en los Parlamentos auton¨®micos: estimaciones conservadoras revelan que al menos un tercio (35%) de los diputados compatibilizaban el esca?o con alcald¨ªas o concejal¨ªas y casi la mitad (45%) con cargos de partido provinciales, auton¨®micos o nacionales. Los an¨¢lisis preliminares revelan que el cargo org¨¢nico facilita m¨¢s la permanencia en el Parlamento que el municipal, sugiriendo la existencia de carreras profesionales multinivel en la pol¨ªtica. Asimismo, las mujeres y los nacidos en una autonom¨ªa diferente de la que son elegidos duran menos en los parlamentos regionales. Esta instant¨¢nea esconde diferencias temporales, regionales y por partido que no trataremos aqu¨ª. Remitimos al lector/a interesado a la web http://www.upo.es/democraciayautonomias.
Ning¨²n Parlamento es una r¨¦plica de la sociedad que lo elige porque siempre existe un sesgo que, en Espa?a, prima a los varones, nativos de la autonom¨ªa, con t¨ªtulo universitario, maestros y abogados, y a quienes tienen cargos locales y de partido. El ¨ªndice de desproporci¨®n social mide la distancia entre Parlamentos y sociedad que genera este sesgo: se ha reducido por el incremento de mujeres en las c¨¢maras y por el de universitarios en la sociedad. La sobrerrepresentaci¨®n de abogados/as, profesores/as, y empresarios y directivos persiste con intensidad decreciente, la infrarrepresentaci¨®n de los trabajadores/as se mantiene estable y la distancia respecto de los inmigrantes nacionales crece, especialmente en algunas comunidades. En conjunto, los Parlamentos se parecen m¨¢s a la sociedad, aunque persisten las diferencias habituales en otros pa¨ªses entre representantes y representados.
?Ha cambiado algo en la ¨²ltima legislatura? Hay m¨¢s mujeres que nunca (42%) como coronaci¨®n de una tendencia iniciada en los noventa y que refrendan las leyes de igualdad. No debe olvidarse que en la primera legislatura s¨®lo hab¨ªa un 6% de mujeres. Aunque ingresan m¨¢s parlamentarias, no lo hacen con tanta intensidad en las diputaciones permanentes (36%), donde se hallan quienes toman decisiones. Los dirigentes de los partidos deber¨ªan reflexionar sobre esta situaci¨®n. Castilla La Mancha, Galicia y Andaluc¨ªa tienen los Parlamentos con m¨¢s mujeres (45-49%), mientras que Canarias, Arag¨®n y Navarra andan a la zaga (35-36%). Es remarcable el esfuerzo de los partidos catalanes para conseguir que su Parlamento deje de ser uno de los m¨¢s cerrados a las mujeres: 23% para todo el periodo y 43% en la ¨²ltima legislatura.
Hay tambi¨¦n m¨¢s nativos que nunca (85%), lo que sugiere un cierto cerramiento de las c¨¢maras a la poblaci¨®n que, siendo espa?ola, no ha nacido en la comunidad en la que vive. Los Parlamentos que incorporan m¨¢s inmigrantes nacionales son Madrid, Navarra y Castilla La Mancha (21-28%) y los que menos son Castilla y Le¨®n, Galicia y Canarias (5-6%). Los datos del Pa¨ªs Vasco y Catalu?a muestran la distancia de sus parlamentarios con los inmigrantes nacionales (8% y 9% frente a 23% y 24%, respectivamente).
Un 10% de los diputados en la actual legislatura son j¨®venes sin profesi¨®n reconocida
Entre los diputados auton¨®micos de esta legislatura encontramos la proporci¨®n de titulados universitarios m¨¢s elevada de la historia reciente de Espa?a (87%). La Rioja y Andaluc¨ªa (79-82%) tienen una presencia menor de universitarios, mientras que Canarias, Castilla y Le¨®n, Murcia y Cantabria (95-98%) encabezan la clasificaci¨®n. La educaci¨®n condiciona la profesi¨®n de los parlamentarios. Las profesiones relacionadas con las leyes (19%) y la docencia (19%, la mayor parte, funcionarios) tienen una afinidad electiva con la pol¨ªtica: son profesiones de la expresi¨®n, actividad central en la vida parlamentaria. Al igual que sucede con los funcionarios (9%), son tambi¨¦n dispensables: pueden entrar y salir con facilidad de la pol¨ªtica, lo que explica que sean tan prominentes en los Parlamentos. No ocurre as¨ª con los trabajadores (6%) y los empresarios y directivos (11%), cuya presencia se va reduciendo en las c¨¢maras auton¨®micas.
Un 10% de los diputados/as de esta legislatura no tiene profesi¨®n reconocida. Se trata de personas j¨®venes (41 a?os de media frente al resto, que tiene 49) que, muy probablemente, terminaron los estudios y pasaron al ruedo pol¨ªtico en alg¨²n puesto que les condujo despu¨¦s al Parlamento. Adem¨¢s, tienen una propensi¨®n mayor a tener un cargo org¨¢nico, por lo que es posible que permanezcan m¨¢s tiempo en los Parlamentos. No se trata de diputados/as noveles, ya que un 63% proviene de legislaturas anteriores. Estos diputados/as j¨®venes que no han trabajado con anterioridad han entrado en una v¨ªa de profesionalizaci¨®n pol¨ªtica de la que probablemente les resultar¨¢ costoso salir y que intentar¨¢n prolongar, con las consecuencias negativas que esta situaci¨®n suele acarrear para los partidos y las instituciones. Quiz¨¢ se imponga una reflexi¨®n entre los selectorados cuando se enfrenten a un compromiso entre incluir en las listas a m¨¢s j¨®venes dedicados s¨®lo a la pol¨ªtica o a candidatas con m¨¢s experiencia y disponibilidad para reincorporarse a sus profesiones tras servir en los Parlamentos.
La mitad de los diputados de la ¨²ltima legislatura ha sido parlamentario en la anterior, ligeramente por encima de la media de las legislaturas precedentes. Hay diferencias importantes por autonom¨ªas, pero no por g¨¦nero. La rotaci¨®n permite una renovaci¨®n de los cargos pol¨ªticos y la apertura a nuevas sensibilidades en los parlamentos, pero limita la especializaci¨®n, la transmisi¨®n de saberes y la estabilidad de v¨ªnculos con los rivales que son fundamentales para llegar a acuerdos y para el funcionamiento de los Parlamentos.
Esta fotograf¨ªa permite conocer mejor a nuestros parlamentarios y reflexionar sobre algunos aspectos. Deber¨ªa analizarse si una mayor similitud entre Parlamentos y sociedad mejora la representaci¨®n pol¨ªtica y profundiza la calidad de la democracia. Asimismo, ser¨ªa deseable estudiar por qu¨¦ unos/as diputados permanecen m¨¢s que otros en las c¨¢maras y los efectos de la rotaci¨®n parlamentaria. El incremento de pol¨ªticos profesionales j¨®venes, sin ser negativo, merece atenci¨®n por el riesgo de perpetuaci¨®n en los puestos pol¨ªticos y de un eventual distanciamiento con los problemas de la sociedad civil. El papel de la universidad en la generaci¨®n de ¨¦lites es crucial y se impone una reflexi¨®n sobre si en la universidad ense?amos conocimientos y habilidades instrumentales para el ejercicio de la pol¨ªtica. Finalmente, el contingente de diputados/as con cargos org¨¢nicos en los partidos invita a ponderar los beneficios de la canalizaci¨®n de las ideas de los partidos a los Parlamentos y los costes de tensiones entre las responsabilidades hacia los partidos y hacia la ciudadan¨ªa. En suma, los Parlamentos se parecen m¨¢s a la sociedad, pero los pol¨ªticos son percibidos como un problema.
Xavier Coller (Universidad Pablo de Olavide, Sevilla), Andr¨¦s Santana (Universidad Mayor de San Andr¨¦s, Bolivia) y Antonio M. Jaime (Universidad de M¨¢laga) son miembros del grupo de investigaci¨®n Democracia y Autonom¨ªas: Sociedad y Pol¨ªtica (www.upo.es/democraciayautonomias)?
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