Buenas intenciones
Econom¨ªa intenta limitar los desalojos, pero la daci¨®n en pago tropieza con la retroactividad
Preocupado por aliviar el malestar social que est¨¢ causando la recesi¨®n prolongada y el desempleo masivo, el Gobierno, a trav¨¦s del ministro Guindos, anunci¨® ayer que est¨¢ negociando con las entidades financieras un esquema de protocolos y buenas pr¨¢cticas bancarias para limitar los desahucios. No es un problema menor, porque el n¨²mero de casos de desalojos de viviendas derivado de impagos supera ya los 150.000 y cada uno de ellos se convierte en un doloroso recordatorio de la incapacidad pol¨ªtica para aumentar la actividad y el empleo. El conjunto de propuestas de Guindos incluye un abaratamiento de los intereses moratorios (un cambio que no requiere estrictamente el acuerdo bancario); la recomendaci¨®n de que una vez declarada la incapacidad para pagar la hipoteca, en casos de familias con todos sus miembros en paro, se demore durante dos a?os el desalojo; la sugerencia de que los primeros pagos realizados reduzcan el capital en lugar de los intereses; y, en algunos casos, la daci¨®n del inmueble.
A nadie se le oculta que el sistema que se entiende por daci¨®n (entrega de la casa por incapacidad de pago sin que el propietario sea responsable de lo que quede por pagar del pr¨¦stamo contratado) no puede ser encajado f¨¢cilmente en los contratos vigentes por un notorio problema de retroactividad, y porque elevar¨ªa hasta niveles dif¨ªcilmente soportables la tasa de morosidad de la banca. La soluci¨®n m¨¢s simple y pr¨¢ctica para el futuro ser¨ªa la de favorecer el producto financiero que conceda pr¨¦stamos en estas condiciones, es decir, que pueda resolverse antes de la amortizaci¨®n total del cr¨¦dito mediante la entrega al banco de las llaves del inmueble. Pero ese pr¨¦stamo ser¨ªa m¨¢s caro, se conceder¨ªa a menos plazo y tambi¨¦n exigir¨ªa m¨¢s garant¨ªas del tomador.
Con todas estas cautelas, es evidente que el Gobierno se ha cargado de buenas intenciones en sus propuestas. Y tambi¨¦n que buena parte de esas propuestas son recomendaciones que bancos y cajas aceptar¨¢n o no para el futuro en funci¨®n de los est¨ªmulos fiscales o financieros que obtengan del Gobierno. No est¨¢ claro que la desgravaci¨®n fiscal de las provisiones (espec¨ªficas) por el impago de la hipoteca sea incentivo suficiente para la banca. En todo caso, a efectos pol¨ªticos y de gesti¨®n de los clientes, deber¨ªa quedar claro, si llega a firmarse el acuerdo, cu¨¢nto hay de recomendaci¨®n en estas medidas y cu¨¢nto de obligaci¨®n legal.
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