Justicia

Me escribe una desolada Judith Torrea desde M¨¦xico. Judith es una periodista independiente espa?ola especializada en temas de narcotr¨¢fico; lleva 15 a?os cubriendo la realidad de Ciudad Ju¨¢rez, que es un sitio espeluznante para vivir (debe de ser la urbe m¨¢s peligrosa del mundo: 2.086 asesinatos s¨®lo en el a?o pasado). Judith, que gan¨® el premio Ortega y Gasset de 2010 por su blog, pide ayuda contra la impunidad y el silencio. El jueves se anunci¨® el hallazgo de una fosa clandestina a una hora de Ciudad Ju¨¢rez, con los esqueletos de tres adolescentes desaparecidas en el centro de la ciudad entre 2009 y 2010: Jessica Leticia Pe?a y Andrea Guerrero, de 15 a?os, y Lizbeth Avil¨¦s, de 17. No se conoc¨ªan pero ahora han aparecido juntas, unidas en su horrible destino. Sin embargo, las autoridades mexicanas siguen sosteniendo que no existe conexi¨®n en los feminicidios, que no hay una estructura criminal tras esta inacabable pesadilla de huesos mondos y gritos sofocados.

Desde hace 19 a?os, Ciudad Ju¨¢rez es un matadero de mujeres. Todas muy bellas y muy pobres, la mayor¨ªa muy j¨®venes. El hallazgo en 2001 de ocho cad¨¢veres juntos enterrados en el Campo Algodonero provoc¨® un esc¨¢ndalo internacional, porque evidenciaba la existencia de una mafia, de una organizaci¨®n, de un plan. De un infierno sistem¨¢tico que no me siento con fuerzas de imaginar. Pero ni la presi¨®n mundial ni la sentencia del a?o pasado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el gobierno de M¨¦xico por su negligencia en perseguir estos casos han logrado ning¨²n resultado (seg¨²n cifras oficiales, el 97% de los cr¨ªmenes de Ciudad Ju¨¢rez est¨¢n sin resolver). Judith cita en su magn¨ªfico blog http://juarezenlasombra.blogspot.com/ a ?scar M¨¢ynez, el forense que analiz¨® el Campo Algodonero hasta que se vio obligado a renunciar: "Las autoridades hicieron lo imposible por no investigar, por fabricar culpables, por esconder cuerpos, por ocultar el problema". Ahora mismo la madre de Jessica est¨¢ acampada frente a la Fiscal¨ªa con su desesperaci¨®n, su valent¨ªa y un ata¨²d blanco que contiene los huesitos de su ni?a. Pide justicia.