Un tratado incompleto
El pacto fiscal a Veinticinco necesita completarse con una estrategia de crecimiento en la UE
Veinticinco pa¨ªses, todos los de la UE menos Reino Unido y la Rep¨²blica Checa, firmar¨¢n hoy en Bruselas el Tratado sobre la Estabilidad, Coordinaci¨®n y Gobernanza en la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria. Es un paso importante aunque no consagra a¨²n una verdadera uni¨®n fiscal, sino el principio de contenci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico que exige Alemania. Pero si 24 pa¨ªses han dado un paso importante hacia las tesis de Merkel, esta no ha dado nada a cambio. Y, sin embargo, la cultura de la m¨¢s estricta austeridad que ha inspirado el nuevo tratado no bastar¨¢, ni siquiera para Alemania.
Merkel defini¨® ayer el pacto fiscal como ¡°un primer paso¡±. Sin embargo, el horizonte inmediato de este pacto no est¨¢ exento de problemas. Para empezar, es de lamentar que consagre la Europa intergubernamental frente a la comunitaria, al no querer participar los brit¨¢nicos. No obstante, s¨ª reconoce un papel central a las instituciones comunitarias, como la Comisi¨®n y el Tribunal, aunque est¨¢ por ver si Londres considerar¨¢ legal tal planteamiento.
Una novedad es que entrar¨¢ en vigor cuando lo hayan ratificado 12 de los pa¨ªses del euro, es decir, que no requiere la unanimidad. Por ello, el anuncio de Irlanda de que celebrar¨¢ un refer¨¦ndum puede plantear dudas, pero ya no un veto al proyecto. En Francia el candidato socialista, Fran?ois Hollande, se ha comprometido, si gana las presidenciales, a renegociarlo para incluir pol¨ªticas de est¨ªmulo. Cuando el socialista Jospin gan¨® las legislativas en 1997, oblig¨® a revisar el Pacto de Estabilidad para a?adir tambi¨¦n el crecimiento, pero sin verdadero contenido. Gane o no Hollande, esta vez se impone la necesidad de que la UE y el Eurogrupo, donde cobra peso el grupo de los que se resisten a una austeridad excesiva, adopten pol¨ªticas de crecimiento, cuesti¨®n que est¨¢ en la mesa del Consejo Europeo reunido ayer y hoy en Bruselas.
Al Gobierno espa?ol el nuevo texto no le plantea formalmente problema alguno, pues la reforma de la Constituci¨®n, pactada el pasado verano, consagra sus principios. Pero el esp¨ªritu del pacto no resistir¨ªa tres trimestres seguidos de recesi¨®n en Italia y Espa?a, que se ver¨ªan as¨ª obligadas a saltarse ¡ªa¨²n m¨¢s de lo previsible en las cuentas inmediatas¡ª las r¨ªgidas normas sobre el d¨¦ficit para no caer en una depresi¨®n.
Una uni¨®n fiscal en una uni¨®n monetaria no puede basarse solo sobre una disciplina com¨²n. Tambi¨¦n requerir¨ªa un presupuesto significativo y que el Banco Central Europeo se convirtiese en prestamista de ¨²ltima instancia al estilo de la Reserva Federal de Estados Unidos. Los dos fondos europeos de rescate son un progreso, pero Alemania se resiste a fusionarlos y a ampliarlos para que sirvan verdaderamente de cortafuegos frente a alguna crisis de mayor peso que la griega. Tambi¨¦n se opone a los eurobonos, pero el sistema no es viable sobre la base del privilegio exorbitante ¡ªt¨¦rmino que De Gaulle utiliz¨® para referirse a EE UU y el d¨®lar¡ª, que supone que Alemania financie su deuda al precio que lo hace.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.