L¨®pez toma nota

El lehendakari, Patxi L¨®pez, expuso ayer en el Parlamento de Vitoria la estrategia que propone su Gobierno para lograr el final definitivo del terrorismo. L¨®pez desarroll¨® su discurso dentro del margen abierto por el acuerdo alcanzado en el Congreso de los Diputados el 21 de febrero, que cont¨® con el apoyo de todos los grupos a excepci¨®n de Amaiur y UPyD. En s¨ªntesis, el lehendakari insisti¨® en reforzar la unidad de los partidos democr¨¢ticos y la coordinaci¨®n entre los Ejecutivos central y vasco para gestionar este periodo. La banda terrorista ha desistido de la violencia pero no se ha disuelto, una situaci¨®n que parece aconsejar a los partidos e instituciones democr¨¢ticas que se interroguen sobre la conveniencia de adoptar iniciativas o mantenerse a la espera de nuevos pasos de los terroristas o de la izquierda abertzale.

El lehendakari se inclin¨® ayer por la primera opci¨®n, haci¨¦ndose portavoz de la actitud mayoritaria, que qued¨® plasmada en el acuerdo del Congreso. Las diferencias pueden surgir a la hora de definir esas iniciativas, puesto que en ning¨²n caso, y tal como se?al¨® L¨®pez, deben suponer la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n pol¨ªtica a quienes ejercieron o avalaron la violencia. Ni tampoco pueden convalidar la idea de que, seg¨²n pretende la izquierda abertzale, el final del terrorismo sea resultado de que la banda y las instituciones se hayan reconocido como v¨ªctimas y verdugos simult¨¢neos de ning¨²n conflicto. En Euskadi unos mataron y otros no lo hicieron, y el hecho de que quienes mataban hayan decidido dejar de hacerlo no merece recompensa.

Desde que la banda terrorista ces¨® en su actividad, la izquierda abertzale ha intentado imponer como prioridad la cuesti¨®n de los presos. El lehendakari dio una respuesta de la que las restantes fuerzas pol¨ªticas tendr¨¢n dif¨ªcil disentir, ya que remite a la estricta aplicaci¨®n de la ley: las medidas de reinserci¨®n no pueden ser colectivas, sino individuales. Eso exige que tanto la banda como la izquierda abertzale dejen de considerar a los presos como un todo que sirva de moneda de cambio en ninguna negociaci¨®n. La decisi¨®n no est¨¢ en manos de las instituciones democr¨¢ticas, sino en las de la banda y la izquierda abertzale, adem¨¢s de en las de los propios presos.

L¨®pez anunci¨® la creaci¨®n de un comisionado para gestionar el final del terrorismo y de una ponencia especial dentro del Parlamento vasco para abordar el restablecimiento de la convivencia democr¨¢tica en Euskadi. Es lo m¨¢s lejos que pod¨ªa y deb¨ªa llegar cuando a¨²n la banda no ha acordado disolverse. Con el discurso del lehendakari, las instituciones han tomado nota de la intenci¨®n de los terroristas y la izquierda abertzale de atenerse a las reglas democr¨¢ticas. Pero, de momento, sigue siendo solo eso, una intenci¨®n. Nadie puede desear que se frustre, como nadie puede, tampoco, reclamar que se olviden las d¨¦cadas de terror vividas en Euskadi. La banda y quienes la apoyaron no cometieron un error del que ahora han despertado, sino centenares de cr¨ªmenes que exigen reparaci¨®n.