El abismo sirio
Los cr¨ªmenes de El Asad crecen al amparo de la par¨¢lisis internacional y el escudo ruso-chino
La revuelta siria contra Bachar el Asad cumple un a?o sin soluci¨®n a la vista. El d¨¦spota aprovecha el cheque en blanco otorgado por Rusia y China en el Consejo de Seguridad y la par¨¢lisis de las potencias democr¨¢ticas para multiplicar sus desmanes. Si el mes pasado las matanzas se cebaban en Homs, despu¨¦s han venido Idlib y Deraa, donde las tropas sirias, con id¨¦ntico patr¨®n, utilizan armamento pesado a discreci¨®n antes de iniciar el asalto casa por casa. M¨¢s de 8.000 sirios han muerto en el implacable aplastamiento de su insurrecci¨®n. Otro cuarto de mill¨®n ha huido de sus casas o a pa¨ªses lim¨ªtrofes para escapar de una carnicer¨ªa que se inscribe en la categor¨ªa de cr¨ªmenes contra la humanidad, y por la que un inoperante Consejo de Seguridad deber¨ªa llevar a El Asad ante la Corte Penal Internacional.
En este contexto que averg¨¹enza ¡ªy que hace m¨¢s sangrienta la burla de convocar elecciones parlamentarias en mayo¡ª se desarrolla la misi¨®n de Kofi Annan. Las peticiones a El Asad del exjefe de la ONU, entre ellas un alto el fuego y escuchar a la oposici¨®n, se quedan muy cortas respecto de lo que la propia Liga ?rabe, a la que te¨®ricamente tambi¨¦n representa, exigi¨® a finales de enero: su abandono inmediato del poder. El Asad y sus secuaces, fieles a su estrategia de ganar tiempo, mantienen su plan de liquidar a cualquier enemigo y sellar las fronteras contra combatientes o armamento. El tirano no aceptar¨¢ un armisticio mientras crea que hacerlo implica perder definitivamente el control sobre partes del pa¨ªs. Damasco sabe que la oposici¨®n del fragmentado Consejo Nacional es irrelevante en el interior de Siria y que el desorganizado y peor armado Ej¨¦rcito Libre jam¨¢s podr¨¢ ser rival de sus blindados y su artiller¨ªa
El Asad acusa las sanciones pol¨ªticas y econ¨®micas, pero con castigos similares otros de su cala?a han sobrevivido a?os. Y las condenas internacionales son arma menor frente al escudo que Mosc¨² y Pek¨ªn proporcionan en la ONU ante una eventual utilizaci¨®n de la fuerza, por la que no existe el menor entusiasmo entre las potencias democr¨¢ticas. Un a?o y muchos miles de muertos despu¨¦s, Occidente sigue deshojando penosamente la margarita del qu¨¦ hacer. El escenario previsible, de no mediar milagros, es que un r¨¦gimen sanguinario, que ha perdido el control de la sociedad, contin¨²e perpetrando atrocidades masivas. Hasta su inevitable desenlace, la tragedia puede ser tan larga como brutal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.