?Por qu¨¦ fracasa el sistema productivo espa?ol?
Nuestros colegios y universidades no crean futuros actores de la nueva econom¨ªa
Hace 30 a?os el mundo era s¨®lo f¨ªsico, lo que se pod¨ªa ver y tocar; hoy la realidad est¨¢ formada por la realidad f¨ªsica y por la virtual. Esa nueva realidad est¨¢ generando una forma distinta de entender, de comprender, de aprender, de enfrentarse al mundo por parte de nuestros alumnos, que es necesario que los educadores, a todos los niveles, la descubran y exploten al m¨¢ximo posible. La manera con la que un alumno se enfrenta al conocimiento, a la forma de aprender, es diferente a como se abordaban esos asuntos en el siglo pasado.
La educaci¨®n, sin duda, ser¨¢ donde veremos la mayor revoluci¨®n en los menores plazos. Los alumnos dispondr¨¢n, cada d¨ªa m¨¢s, en las escuelas p¨²blicas de conexi¨®n a Internet en todas las aulas. Desde esa gran red en que se convierten nuestros centros de ense?anza una vez interconectados, se multiplican las opciones de lo posible. Crear este mundo educacional nuevo no es tarea f¨¢cil, lograrlo requiere de concertaci¨®n de voluntades, de recursos y del compromiso de la comunidad educativa. Contar con esa infraestructura tecnol¨®gica tiene mayores impactos en la calidad de la educaci¨®n de las que hoy imaginamos. El mayor desaf¨ªo, sin embargo, est¨¢ en reinventar la forma en que se imparte la educaci¨®n; detr¨¢s de la tecnolog¨ªa siempre es posible ver el rostro de un ser humano. La tecnolog¨ªa es s¨®lo un instrumento para llegar a la persona. No s¨®lo estamos hablando de cuestionar y dar un salto en el papel de la escuela, tradicionalmente entendida como centro de adquisici¨®n de informaci¨®n, sino tambi¨¦n de ese otro papel de los profesores en el aula, de los contenidos con los que vienen trabajando, de las pr¨¢cticas docentes, tambi¨¦n del papel que la escuela juega en la comunidad y de la forma en que alumnos, padres y maestros se integran en esta aventura del aprendizaje colectivo, para saber, para saber ser, para saber estar.
El mayor desaf¨ªo est¨¢ en reinventar la forma en que se imparte la educaci¨®n
El sistema debe ense?ar a tomar iniciativas y no solamente a transmitir informaci¨®n; lo que hay que conseguir en las facultades, en los institutos, en los colegios, es que puedan aflorar todas las capacidades que cada uno de los estudiantes puede desarrollar y no educar para la pasividad. Por muchas leyes de calidad de ense?anza que se dicten, nuestros colegios y universidades no forman para generar iniciativas, no fomentan una cultura de riesgos razonables, no crean futuros actores de la nueva econom¨ªa y de la sociedad, sino futuros asalariados en un mercado que acapara para los grandes grupos econ¨®micos la capacidad de innovar. Resulta imprescindible que el sistema educativo encuentre el procedimiento para descubrir la actitud, la motivaci¨®n, la pasi¨®n de todos aquellos alumnos que pasan por sus aulas, y es necesario que a la Universidad lleguen aquellos que est¨¢n deseando desarrollar cient¨ªficamente la actitud, la motivaci¨®n, la pasi¨®n, que descubrieron y potenciaron en la escuela.
En el a?o 1980, seg¨²n datos oficiales, el 8 por 100 de la poblaci¨®n espa?ola, mayor de 25 a?os y menor de 65, era universitaria, mientras que en la Uni¨®n Europea esa cifra alcanzaba el 12 por 100. En el a?o 2010, la poblaci¨®n universitaria espa?ola fue del 29 por 100, mientras que la media de la Uni¨®n Europea fue del 27 por 100. Espa?a tiene un mill¨®n y medio de estudiantes universitarios, casi m¨¢s que Alemania y que Francia. Tenemos 75 universidades, con 175 campus universitarios. El precio que pagan nuestros alumnos universitarios por su matr¨ªcula ronda los 900 euros, pero en realidad el precio final del producto que se ofrece vale 8.000 euros. A los universitarios espa?oles el Estado les subvenciona anualmente con 7.100 euros. No importa el nivel de renta de su familia, todo el que pisa un aula universitaria de universidad p¨²blica recibe una subvenci¨®n de 7.100 euros al a?o. Con estos datos y con estas cifras, deber¨ªamos pensar que algo estamos haciendo mal cuando, teniendo un nivel de formaci¨®n superior a como nunca lo hemos tenido, sin embargo el sistema productivo espa?ol est¨¢ fracasando como consecuencia de que tenemos un nivel de producci¨®n con un capital humano bastante deficiente en cuanto a su formaci¨®n.
Para innovar hay que tener la tecnolog¨ªa suficiente que permita superar al adversario. Tenemos que intentar innovar, tratar de imaginar qu¨¦ es lo que la gente va a necesitar ma?ana para hacerlo hoy, que en eso consiste la innovaci¨®n, en hacer hoy lo que se va a necesitar ma?ana o pasado ma?ana. ?Y qu¨¦ es lo que se necesitar¨¢ ma?ana? Los alumnos que han empezado este curso, en infantil, con tres a?os, se van a incorporar al mundo econ¨®mico laboral, si realizan estudios universitarios o de formaci¨®n profesional, en el a?o 2030. Hay que hacer el esfuerzo de imaginaci¨®n para saber c¨®mo ser¨¢ la sociedad en ese tiempo. Baste se?alar que el 50 por 100 de los empleos que se van a crear en los pr¨®ximos cinco a?os no existen hoy, no est¨¢n creados, pero se crear¨¢n, de igual forma que un 25 por 100 de los empleos que se han ofertado en los ¨²ltimos cinco a?os no exist¨ªan con anterioridad, y hoy la gente est¨¢ trabajando en ellos. Empleos nuevos, que no exist¨ªan. Es decir, que se van a presentar oportunidades para las que tenemos que tratar de prepararnos, porque van a aparecer.
Tenemos que innovar, imaginar lo que la gente va a necesitar ma?ana para hacerlo hoy
El informe que emiti¨® la Uni¨®n Europea, en 2010 sobre la creatividad e innovaci¨®n de los j¨®venes europeos, dice: "Los j¨®venes espa?oles son los menos capacitados para la creatividad y la innovaci¨®n". No es cierto; no son los que est¨¢n menos capacitados, son las v¨ªctimas de la Historia de Espa?a y del sistema educativo espa?ol, porque nunca fuimos un pa¨ªs creativo, y porque el sistema educativo actual no da para m¨¢s. ?Por qu¨¦ teniendo ese nivel de j¨®venes universitarios y a toda la poblaci¨®n infantil, adolescente y juvenil estudiando no hemos sido capaces de crear una generaci¨®n de gente innovadora, de gente que sea capaz de crear riqueza para nuestro pa¨ªs, fuera de los esquemas tradicionales de productividad? El sistema educativo vigente sigue mirando a la sociedad industrial, que se est¨¢ yendo, por lo que resulta in¨²til seguir educando alumnos para insertarlos en una sociedad que cada d¨ªa se diluye m¨¢s. ?ste es el reto que tiene planteado la educaci¨®n espa?ola, saber qu¨¦ sociedad se est¨¢ conformando para formar profesionales que se adapten a esa nueva sociedad. Y esa debe ser una tarea de la Universidad.
Si se observa, la cifra de parados en Espa?a es superior a la que hab¨ªa hace 25 a?os.
Ello nos lleva a la siguiente reflexi¨®n: cuando la tecnolog¨ªa era cara, sofisticada y al alcance de muy pocos bolsillos, cuando la burocracia para dirigir el aparato productivo era numerosa y centralizada, cuando la infraestructura era escasa y deficiente, al igual que los servicios, cuando hab¨ªa un nivel de formaci¨®n deficiente en calidad y en cantidad, era explicable y justificable el bajo nivel de desarrollo de un pa¨ªs y el alto nivel de desempleo, pero cuando la tecnolog¨ªa ha comenzado a ser barata y est¨¢ al alcance de cualquiera, cuando la burocracia para dirigir el aparato productivo es limitada y descentralizada, cuando existe un buen nivel de formaci¨®n en calidad y en cantidad y hay much¨ªsima gente estudiando, cuando el mundo est¨¢ globalizado y al alcance de cualquiera, cuando ya no existe ni centro ni periferia porque todos somos centro y todos somos periferia, no existe ninguna raz¨®n que justifique una vuelta atr¨¢s en la forma en que lo estamos percibiendo.
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra fue presidente de la Junta de Extremadura.
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