El caso Kampusch
Una lectora, Celia Salcedo, remite una carta con una elaborada reflexi¨®n sobre el reportaje "?A qui¨¦n teme Natascha Kampusch? en el que se siembran sospechas con bases poco s¨®lidas sobre el secuestro y convierte a la v¨ªctima en beneficiaria de su propio encierro. Tras leer el art¨ªculo creo que la periodista no da toda la informaci¨®n al lector para que ¨¦ste se haga su propio juicio de valor, sino que desde el titular mismo toma partido por una determinada visi¨®n del asunto.La remitente, que vive en Austria, asegura que los diarios de referencia, esos que apuestan por el rigor y la calidad, han decidido no dar p¨¢bulo a los rumores sobre el secuestro. Han decidido no publicar nada del asunto -que por cierto ha sido juzgado y se ha descartado su reapertura en varias evaluaciones- que no tenga una base s¨®lida para no da?ar a la v¨ªctima con rumores y bulos. As¨ª, el seguimiento de la informaci¨®n ha quedado en manos de la prensa amarilla, que ha encontrado un fil¨®n en esos rumores para entregar sus dosis de morbo diario. El Pa¨ªs se sirve de ello (en el reportaje se cita un examen grafol¨®gico an¨®nimo del "diario suizo en Internet 20 Minutos" entre otras cosas) y expone las tesis de quienes dicen que hubo m¨¢s de un secuestrador, de que ella estuvo metida en el mundo de la pornograf¨ªa infantil, de que tuvo un hijo, de que el secuestrador no se suicid¨® etc... Pero no se explica gran cosa sobre las investigaciones de la Justicia. La periodista podr¨ªa haber hablado con Thomas M¨¹hlbacher, el fiscal jefe de Graz que descart¨® la reapertura de la investigaci¨®n despu¨¦s de interrogar durante 18 horas a Kampusch y llegar a la conclusi¨®n de que las especulaciones carec¨ªan de bases s¨®lidas. De la misma forma, no se habla con fuentes de la fiscal¨ªa que llevaron la investigaci¨®n inicial y s¨®lo se da la versi¨®n de los que "creen" que hubo otra cosa. Se expone con toda amplitud la versi¨®n de Johann Rzeszut y no se cuenta que la Justicia no admiti¨® a tr¨¢mite una denuncia de Rzeszut sobre el caso, contra cinco fiscales, y que la propia fiscal¨ªa haya respondido de forma amplia a sus acusaciones de que no siguieron la pista de una testigo entre otras muchas cosas. Tampoco se habla de las cr¨ªticas de numerosos juristas y polic¨ªas contra Rzeszut ni de lo desacreditado que est¨¢.La lectora duda de que el caso vaya a reabrise. Dudando mucho que esto vaya a ocurrir, se toma una posibilidad por un hecho, y no se matiza que el Parlamento no tiene semejante atribuci¨®n, la de exigir a la Justicia reabrir un caso. La lectora considera que en el reportaje se desacredita a la v¨ªctima. Kampusch no tuvo la posibilidad de buscar el anonimato, fue conocida desde el primer d¨ªa. Las autoridades austr¨ªacas reconocieron errores en la gesti¨®n del caso, y aprendieron de ellos. En el caso de la familia Fritzl, el otro secuestro que sacudi¨® a este peque?o pa¨ªs a?os despu¨¦s, las autoridades blindaron de forma herm¨¦tica a las v¨ªctimas, les dieron una nueva identidad y hasta ahora no se ha sabido nada de ellos, para desgracia de la prensa amarilla. Pero eso lo hicieron despu¨¦s de ver c¨®mo la situaci¨®n se les fue de las manos con Kampusch, convertida en un pelele al que atizan los medios sensacionalistas. El mejor periodista de investigaci¨®n de Austria, Florian Klenk, explicaba recientemente el trasfondo del caso en el respetado semanario de centro-izquierda Falter. El t¨ªtulo era "Natascha Kampusch. Una caza de brujas". Ah¨ª se explica el trasfondo pol¨ªtico y los intereses del caso, como una parte conservadora de la Justicia ha aprovechado el caso para cuestionar un moderno tipo de protecci¨®n a las v¨ªctimas. Como dice en ese reportaje la primera fiscal encargada del caso, Rzeszut no cree que Kampusch sea una v¨ªctima porque no fue completamente destruida por el secuestrador, sino que tuvo la fortaleza de sobrevivir a una situaci¨®n hostil.He trasladado la carta a la autora del reportaje que discrepa de que las dudas sobre el caso ¨²nicamente se airean en la prensa 'amarilla' austriaca y, afirma, no debe haber terrenos vedados. "En segundo lugar, el 'caso Kampusch', as¨ª como su inminente reapertura y la pol¨¦mica actual, ha sido tratado por el semanario alem¨¢n 'Der Spiegel', y el diario franc¨¦s, 'Le Monde', entre otros, que me parece encajar¨ªan perfectamente en el apartado de 'prensa de referencia'. El t¨ªtulo del reportaje: "?A quien teme Natascha Kampusch?", juega en realidad con la dualidad del miedo de la v¨ªctima a un supuesto segundo secuestrador que estar¨ªa en libertad, y el miedo a vivir perseguida por las dudas sobre el caso que la se?ora Kampusch ha expresado recientemente, en la entrevista que concedi¨® a comienzos de marzo por la televisi¨®n p¨²blica austriaca ORF.La redactora insiste en que el 'caso Kampusch' va a ser reabierto a petici¨®n de una comisi¨®n parlamentaria. "Por supuesto, la decisi¨®n est¨¢ en manos de la ministra de Justicia, como se explica en el reportaje, pero es poco probable que rechace las recomendaciones de la comisi¨®n.En cuanto a la afirmaci¨®n de que Natascha Kampusch ha elegido convertirse en una celebridad, me parece que los datos objetivos que tenemos sobre el caso as¨ª lo avalan. Es cierto que, inicialmente, el enorme revuelo medi¨¢tico que la rode¨® fue muy dif¨ªcil de gestionar. Pero, tambi¨¦n es cierto que ha aceptado presentar un programa de televisi¨®n, ha concedido entrevistas, a cambio de dinero, en muchos casos, y ha escrito un libro sobre los d¨ªas que pas¨® secuestrada que va a ser llevado a la pantalla. Es, en este sentido, un caso con pocos precedentes. En 2009 me ocup¨¦ ya del 'caso Kampusch', precisamente a ra¨ªz de la investigaci¨®n iniciada por el fiscal Thomas M¨¹lhbacher, cuyas declaraciones se recog¨ªan en dicho reportaje ("Lo que oculta Natascha" 13-09-2009). Lo cierto, sin embargo, es que las objeciones que se hicieron a aquella investigaci¨®n, en la que b¨¢sicamente solo se interrog¨® de nuevo a Natascha Kampusch, me parece que merecen consideraci¨®n.Por ¨²ltimo, considero que es noticia de inter¨¦s el hecho de que un caso tan famoso, tantas veces investigado, vaya a ser reabierto porque existen dudas de peso sobre las conclusiones finales. Mi prop¨®sito era reflejar esas dudas, en ning¨²n caso negar que Natascha Kampusch es una v¨ªctima tr¨¢gica de un terrible suceso.Comparto con la autora del reportaje, Lola Gal¨¢n, que el tema no ha de ser patrimonio de la llamada prensa amarilla, y diarios ajenos a esta categor¨ªa se han acercado a la pol¨¦mica. El art¨ªculo de Le Monde cita al austr¨ªaco Die Presse. Las dudas existen. El propio padre de Natascha, me comenta la periodista, ha presentado una demanda civil contra el amigo del secuestrador por considerar que conoc¨ªa el secuestro de su hija y no actu¨®. Sin embargo, precisamente porque se trata de un asunto abierto al debate, el lector no est¨¢ obligado a recordar los argumentos de 2009 de quienes consideran sensatamente cerrado el caso y atribuyen su actual recalentamiento a una teor¨ªa conspirativa. Deber¨ªa haberse reflejado con m¨¢s extensi¨®n sus argumentos.
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