Amanece en Birmania
El arrollador triunfo electoral de Suu Kyi augura la consolidaci¨®n de la apertura militar
La aplastante victoria del partido de Aung San Suu Kyi en las elecciones legislativas parciales, todav¨ªa por confirmar oficialmente, augura una nueva era para Birmania. Son solo 45 esca?os, una peque?a fracci¨®n del Parlamento, pero lo que otorga su condici¨®n hist¨®rica a estos comicios (primeros en los que ha participado la Liga Nacional para la Democracia desde que la dictadura militar ignorase su triunfo en 1990) es el hecho de que Suu Kyi, indiscutible referente moral de Birmania (oficialmente Myanmar), decidiera finalmente concurrir, tras entrevistarse el verano pasado con el presidente Thein Sein, motor del cambio reformista.
La magnitud del ¨¦xito del partido de Suu Kyi (la pr¨¢ctica totalidad de los esca?os disputados) anticipa un r¨¢pido final de las represalias que Estados Unidos y la UE mantienen sobre el r¨¦gimen militar birmano, perpetuado desde 1962. Sanciones que esperaban la prueba de fuego electoral despu¨¦s de un a?o en el que se han sucedido en el pa¨ªs del sudeste asi¨¢tico inequ¨ªvocos pasos aperturistas. El Gobierno del ex general Sein ha liberado a cientos de presos politicos, relajado dr¨¢sticamente la censura de prensa y permitido la acci¨®n sindical. Y muestra signos claros de alejamiento del todopoderoso y absorbente vecino chino.
Resultar¨¢ dif¨ªcil a los birmanos, aislados y aplastados durante d¨¦cadas, sustraerse a la euforia suscitada por el triunfo de Suu Kyi. Pero las expectativas sobre el alcance de la reforma en este pa¨ªs de 60 millones son desmedidas y precipitadas mientras sigan existiendo numerosos prisioneros de conciencia, contin¨²e la violencia contra las minor¨ªas ¨¦tnicas, o los generales y sus paniaguados pol¨ªticos dominen el poder, el Gobierno y el Parlamento. Tampoco ser¨ªa realista extrapolar la veneraci¨®n que muchos de sus compatriotas sienten por Suu Kyi ¡ªde 66 a?os de edad y salud fr¨¢gil¡ª al previsible papel que le aguarda, tras veinte a?os de lucha, en los asuntos p¨²blicos de Birmania. Se ha pronunciado poco sobre aspectos concretos de pol¨ªtica o econom¨ªa, m¨¢s all¨¢ de buscar el imperio de la ley o desmontar la Constituci¨®n de 2008, que garantiza a los militares la ¨²ltima palabra en todo.
De c¨®mo la Nobel de la Paz, desde una indisputada torre moral, acomode su tr¨¢nsito entre las ilusiones populares y las realidades con frecuencia turbias de la pol¨ªtica, depende en buena medida el futuro de esta amanecida Birmania.
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