Bosnia, varada
Nacionalismos antag¨®nicos siguen dominando el pa¨ªs balc¨¢nico 20 a?os despu¨¦s de la guerra
Bosnia celebr¨® sus ¨²ltimas elecciones generales en octubre de 2010, pero ha tenido que transcurrir casi a?o y medio para que su Gobierno, multi¨¦tnico, multipartidista, haya podido empezar a funcionar, precariamente. Esta par¨¢lisis pol¨ªtica es fiel trasunto del marasmo que atenaza a la exrep¨²blica yugoslava 20 a?os despu¨¦s de que comenzara el asedio de Sarajevo, y con ¨¦l la guerra m¨¢s exterminadora de la Europa reciente. Un marasmo que proyecta serias dudas sobre su viabilidad tal y como fue prevista en los acuerdos de Dayton, que en 1995 acabaron con la tragedia.
Bosnia es un Estado especialmente complejo, compuesto por dos entidades (la Republika Srspka, serbia, y la Federaci¨®n bosnio-croata), una presidencia tripartita y un Gobierno central de escasos poderes. EE UU puso fin a la guerra en Dayton, pero no prepar¨® el camino para la unificaci¨®n de un pa¨ªs en el que tres nacionalismos que aglutinan el poder y siguen sin soportarse desarrollan agendas centr¨ªfugas. Los herederos de Radovan Karadzic, particularmente, en la mitad serbia de Bosnia, persiguen la secesi¨®n con determinaci¨®n fundamentalista, buscando que Europa acabe dando la batalla por perdida y les acepte como Estado separado. Pero tambi¨¦n los croatas se consideran extra?os en su federaci¨®n con los bosniomusulmanes. Los pol¨ªticos bosnios, sin visi¨®n com¨²n de futuro, prefieren la ret¨®rica nacionalista, que explota miedos y resentimientos, a la puesta en pie de instituciones centrales e incluyentes. Los intentos de la UE, a trav¨¦s de sucesivos proc¨®nsules con amplios poderes y un r¨ªo de dinero, no han conseguido hacer de Bosnia un Estado funcional.
Las heridas de la guerra son tan profundas como la divisi¨®n de Bosnia. El mayor peligro que acecha al varado pa¨ªs balc¨¢nico es el retroceso hacia los presupuestos que hicieron posible su terrible pasado. El riesgo es tan real como para que Europa (que mir¨® hacia otro lado en momentos cr¨ªticos) haga de ¨¦l una prioridad real.
Bosnia es el espejo m¨¢s deformado, pero no la ¨²nica situaci¨®n irresuelta por la implosi¨®n yugoslava. Los serbios de Kosovo votaron recientemente en un simb¨®lico refer¨¦ndum no aceptar la autoridad del nuevo Estado. Agravan as¨ª las tensiones inter¨¦tnicas y complican el camino de Serbia hacia la Uni¨®n Europea, en el que resultar¨¢n decisivas las elecciones adelantadas del mes pr¨®ximo y del que las relaciones de Belgrado con su antigua provincia son elemento determinante.
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