Populismos al alza

La crisis econ¨®mica y de valores que sufre Europa hace fuerte a la extrema derecha, pero tambi¨¦n a la izquierda m¨¢s cr¨ªtica con la socialdemocracia. Francia es un perfecto campo de pruebas para observarlo: toda la atenci¨®n est¨¢ puesta en el combate entre Nicolas Sarkozy y Fran?ois Hollande por la presidencia de la Rep¨²blica, pero a los extremos de ambos crecen sendos tribunos, Marine Le Pen y Jean-Luc M¨¦lenchon, que cuentan con un 14-15% de intenci¨®n de voto cada uno de cara a la primera vuelta. Insuficientes para ganar, pero quiz¨¢ capaces de condicionar la elecci¨®n de uno de los dos favoritos en la segunda. Le Pen es la continuadora de la corriente ultraderechista iniciada por su padre, mientras M¨¦lenchon encarna un intento novedoso de unir a socialistas disidentes, comunistas y antiguos votantes de extrema izquierda, una operaci¨®n reconocible en el partido alem¨¢n La Izquierda, e incluso ¡ªsalvadas las distancias¡ª en la formaci¨®n espa?ola Izquierda Unida.

Marine Le Pen quiere ver a Francia fuera del euro y acabar con la supuesta invasi¨®n isl¨¢mica de Europa. Cuenta con el favor de medios populares que antes apoyaban a opciones de izquierda, pero tambi¨¦n progresa entre los m¨¢s j¨®venes. Un 26% de los que tienen entre 18 y 24 a?os se inclina ahora por ella, el doble que a finales del a?o pasado, seg¨²n los sondeos del instituto CSA. Es una mujer divorciada y no est¨¢ contra el aborto: moderniza un poco el tremendismo de su padre, pero seduce con el mismo esp¨ªritu antisistema y anti¨¦lites. Tambi¨¦n busca en el caladero de j¨®venes de capas modestas y poco ¨¦xito escolar.

A su vez, un antiguo trotskista y exsocialista, Jean-Luc M¨¦lenchon, que en enero solo contaba con el 6% de la intenci¨®n de voto, ha duplicado sus expectativas largamente. Heredero de una cierta mitolog¨ªa revolucionaria y cr¨ªtico tanto del capitalismo como de la socialdemocracia, propone la jubilaci¨®n para todos a los 60 a?os, subir un 20% el salario m¨ªnimo o fijar en 360.000 euros el tope m¨¢ximo de sueldo anual. El socialista Hollande necesita frenar el progreso de M¨¦lenchon si no quiere terminar como perdedor, pero a su vez precisar¨¢ del apoyo de sus votantes para la segunda vuelta. Y luego quedan las elecciones legislativas. Ni Francia ni Europa se van a librar f¨¢cilmente de los populistas o de los que, sin serlo necesariamente, se han apartado de las corrientes centrales de la pol¨ªtica o las atacan.