Isla con ansias de continente
La VI Cumbre de las Am¨¦ricas en Cartagena ha sido el m¨¢s reciente ejemplo de la astucia isle?a en brillar por su ausencia
El dilema de elegir entre el portazo o la aceptaci¨®n sigue dividiendo a los Gobiernos latinoamericanos en relaci¨®n con Cuba. Legitimar o no legitimar al inquilino de la plaza de la Revoluci¨®n se erige como una disyuntiva que enciende los debates y azuza las desavenencias. Brasil, Argentina y Uruguay ¡ªentre otros¡ª han optado por otorgarle legitimidad a Ra¨²l Castro, en parte porque de esa manera creen que el acercamiento puede provocar m¨¢s avances en materia de derechos humanos dentro de la isla. Mientras, Estados Unidos y en los ¨²ltimos d¨ªas Canad¨¢ consideran inadmisible la connivencia entre mandatarios que han pasado por las urnas y un general que hered¨® el poder por v¨ªa sangu¨ªnea. Ninguna de las dos estrategias, el acercamiento para convencer y la ofensiva para hacer claudicar, han dado muchos resultados hasta el momento. El Gobierno cubano tiende a sacar partido tanto del abrazo como de la hostilidad. A uno lo muestra como gesto de validaci¨®n de su sistema pol¨ªtico, a la otra como raz¨®n para mantener la falta de libertades hacia el interior del pa¨ªs. No en balde en varios muros de la capital habanera ha quedado delineada la frase de Ignacio de Loyola ¡°en una plaza sitiada, disentir es traicionar¡±.
Ante los llamados a democratizar el pa¨ªs, la Administraci¨®n de La Habana se comporta como el acosado que debe protegerse de exigencias exteriores. El discurso pol¨ªtico se refuerza y se vuelve m¨¢s intransigente a medida que crece el enfrentamiento con el de afuera. La improductividad de la tierra pasa a un segundo plano, la inconformidad ciudadana queda relegada; hasta los cortes el¨¦ctricos dejan de ser un tema en las calles, cuando las arengas nacionalistas copan todo el espacio televisivo. Los d¨ªas de la cumbre de Cartagena fueron una muestra casi mod¨¦lica de esa t¨¢ctica. Una vez pasada la resaca informativa por la visita de Benedicto XVI, nuestros noticiarios encontraron un suculento bocado en los tropiezos de la magna cita americana. El desplante de Rafael Correa, la ausencia de Hugo Ch¨¢vez y de Daniel Ortega, la partida intempestiva de Cristina Fern¨¢ndez alimentaron las p¨¢ginas del peri¨®dico Granma en detrimento de otras informaciones. Apenas si qued¨® espacio informativo para la important¨ªsima discusi¨®n sobre la despenalizaci¨®n de la droga, o para narrar los detalles del tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia. ¡°El reclamo generalizado de integrar a Cuba en estos foros hemisf¨¦ricos¡± ¡ªen palabras de Evo Morales¡ª sepult¨® otros debates urgentes en el plano social y econ¨®mico que tanto urgen al continente.
El gobierno cubano tiende a sacar partido tanto del abrazo como de la hostilidad
Y por esta vez las islas volvieron a marcarle la pauta a todo un continente: las Malvinas por un lado y Cuba por el otro. Unas en medio de un conflicto de pertenencia y la otra en el centro de un debate sobre pertinencia. No deber¨ªa extra?arnos esa desproporci¨®n entre los kil¨®metros cuadrados de un territorio y la cantidad de controversias que genera en una cumbre presidencial. No tendr¨ªa que sorprendernos tal desmesura porque, durante 53 a?os, esa ha sido la diplomacia cultivada por Fidel Castro y ahora continuada por su hermano. Estar sin estar, boicotear sin asistir, tirar la puerta sin antes hacer el intento de tocar en ella. En el palacio de gobierno habanero de seguro se esbozaron varias sonrisas al ver la falta de consenso y de declaraci¨®n final en Cartagena de Indias.
Numerosos mandatarios reunidos en Colombia aseguraron que nuestra naci¨®n estar¨¢ presente en la pr¨®xima cita continental. ?Pero, de cu¨¢l Cuba est¨¢n hablando en ese caso? Sin dudas, de un pa¨ªs que la tendr¨¢ m¨¢s dif¨ªcil para opacar los temas generados por las potencias emergentes del ¨¢rea y por los retos pol¨ªticos de ese momento. Jos¨¦ M¨²jica reclam¨® que ¡°la bandera de la estrella solitaria¡± debe acompa?ar a sus pares regionales, y esta aseveraci¨®n puede leerse como un pron¨®stico de que los cubanos viviremos cambios trascendentales en los pr¨®ximos a?os. Incluso entre los Gobiernos m¨¢s afines al de La Habana, pocos creen que Ra¨²l Castro ser¨¢ incluido en la lista de invitados a la VII Cumbre de las Am¨¦ricas. Todo apunta a que en su lugar ir¨¢ otra persona ¡ªcon otro apellido¡ª que en el mejor de los escenarios posibles ser¨¢ un presidente elegido por su pueblo. La isla insertada finalmente ¡ªcon su justo tama?o y trascendencia¡ª en el continente.
Yoani S¨¢nchez es periodista cubana y autora del blog Generaci¨®n Y.
? Yoani S¨¢nchez / bgagency-Milan.
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