La lealtad de Guardiola
Lo que m¨¢s se recordar¨¢ de ¨¦l es que ha sabido ganar y perder con elegancia
Si el Bar?a es m¨¢s que un club, ?m¨¢s que qu¨¦ o qui¨¦n es Guardiola, que durante dos d¨¦cadas ha simbolizado el esp¨ªritu de ese club, primero como jugador y luego como entrenador? Ayer anunci¨® su salida, alegando el desgaste tremendo que ha sufrido en estos cuatro a?os en el banquillo; no se ve con fuerzas para seguir viviendo esa tensi¨®n.
Seguramente ser¨¢n los ni?os los m¨¢s desconcertados: ellos cre¨ªan que los h¨¦roes que poblaban sus sue?os barcelonistas no pod¨ªan irse. Hay unas im¨¢genes de Guardiola ni?o, con unos 12 a?os, como recogepelotas en el Camp Nou, entregando el bal¨®n a uno de sus h¨¦roes de entonces, a mediados de los a?os ochenta.
Todos le hab¨ªan pedido que siguiera, apelando a ese enraizamiento, y tal vez sea eso lo que le ha decidido a no esperar m¨¢s para anunciar su decisi¨®n. En estos a?os ha renovado cada vez por una temporada, seguramente para aligerar el agobio del compromiso. Nadie que forme parte destacada de una entidad que act¨²a como foco colectivo de lealtad se sentir¨¢ totalmente libre si no puede abandonarla.
La posibilidad de salir es lo que da fuerzas al que se queda. La lealtad de Guardiola consiste en irse, del mismo modo que la de Iker Casillas en el Madrid consiste en quedarse sin por ello dejar de decir lo que piensa.
En estos cuatro a?os el Bar?a de Guardiola ha ganado 13 de los 17 t¨ªtulos disputados. Su equipo ha jugado 242 partidos, con 176 victorias, el 74%, y ha marcado 619 goles, frente a los 177 recibidos. Un palmar¨¦s impresionante, pero lo que m¨¢s se recordar¨¢ del Guardiola entrenador es que ha sabido ganar con elegancia, y tambi¨¦n perder, reconociendo los m¨¦ritos de sus rivales y evitando buscar culpables circunstanciales. Eso es lo que saca de quicio a los que no saben hacer ni lo uno ni lo otro.
Promovido al primer equipo cuando entrenaba al filial por un Laporta en dificultades que seguramente buscaba un parapeto, Guardiola ha sido adem¨¢s un gran t¨¦cnico. Siguiendo la ruta abierta por Cruyff, ha confiado en la cantera y ha impulsado un estilo aparentemente sencillo de toque con velocidad y desmarque que hoy tratan de imitar, sin conseguirlo, muchos de sus colegas.
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