Ajustes en el sistema sanitario
Trabajo en un hospital y veo diariamente grupos de pacientes esperando para volver a su casa despu¨¦s de sus terapias de di¨¢lisis, rehabilitaci¨®n o quimioterapia. Rostros cargados de fatiga, desconcierto y esperanza por olvidarse durante unas horas, hasta la jornada siguiente, del sufrimiento que los acompa?a cada d¨ªa.
La mayor¨ªa son ancianos en sus sillas de ruedas, solos (los m¨¢s afortunados con alg¨²n acompa?ante), esperando una ambulancia en fr¨ªos pasillos y entradas del hospital. Las ambulancias que antes cubr¨ªa la Seguridad Social a la que han estado cotizando durante tantos a?os, para verse ahora obligados a pagar por un derecho conseguido con tanto esfuerzo.
No soy m¨¦dico, aunque si lo fuese seguir¨ªa tratando a los ¡°enfermos sin papeles¡±. No nos olvidemos que estamos hablando de pacientes, de personas. No soy enfermera, auxiliar, celadora o administrativa, pero tambi¨¦n apoyar¨ªa sus reivindicaciones. Soy investigadora y qu¨¦ decir de eso y las reducciones que ha sufrido la ciencia. Eso da para una carta aparte.
Pero esta la escribo como ciudadana de a pie para recordarles a los pol¨ªticos gobernantes que cada vez que aprueben leyes como estas, recuerden en su cabeza la foto con las caras de todas esas personas que cada d¨ªa esperan una ambulancia para volver a sus casas o a sus residencias. ?De verdad se merecen eso?, ?de verdad nos merecemos esto?¡ª Carolina Guti¨¦rrez Montero. Madrid.
Las recientes medidas de ajuste adoptadas por el Gobierno de la naci¨®n en materia de Sanidad, suponen la p¨¦rdida de la universalidad en el acceso a la atenci¨®n sanitaria, afectando de manera especial a los inmigrantes sin papeles. Tal retroceso implica un incumplimiento de la Carta de Derechos Humanos, suscrita por Espa?a, y obligar¨¢ a estas personas a acudir a los servicios de urgencia para ser atendidos.
Independientemente de las consecuencias que esta decisi¨®n tendr¨¢, tanto en el deterioro de la salud p¨²blica, como en la sobrecarga asistencial que recaer¨¢ sobre el sistema hospitalario, existen implicaciones deontol¨®gicas que no se deben obviar. Como m¨¦dico, y no solo por serlo del Sistema Nacional de Salud, tengo la obligaci¨®n ¨¦tica de prestar asistencia sanitaria a las personas que me la soliciten, debiendo atender ¡°con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminaci¨®n alguna¡±, tal y como reza el C¨®digo de Deontolog¨ªa M¨¦dica.
En consecuencia, quiero declarar p¨²blicamente mi compromiso con una poblaci¨®n que puede verse apartada, a mi parecer de forma injusta, de un derecho b¨¢sico.¡ª Luis C. Arag¨®n Bu?uel. Pediatra. Legan¨¦s, Madrid.
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