Es la hora del cambio en Europa
El fin del directorio ¡®Merkozy¡¯ brinda una nueva oportunidad a la Uni¨®n Europea
Pocas veces ha sido tan amplio en todo el continente el eco de unas elecciones, como es el caso ahora con las elecciones presidenciales francesas. Pocas veces un cambio de liderazgo en uno de los Estados miembros de la UE ha creado expectativas de un verdadero cambio pol¨ªtico. Es curioso ver c¨®mo surgen de la crisis un nuevo demos europeo y un nuevo ¨¢mbito p¨²blico. Los europeos son cada vez m¨¢s conscientes de hasta qu¨¦ punto son interdependientes. Bastan los desaciertos en un solo pa¨ªs para poner en peligro al conjunto de la econom¨ªa europea, pero solo con el esfuerzo com¨²n de muchos Estados se pueden dar soluciones.
La victoria de Fran?ois Hollande brinda una nueva oportunidad a la Uni¨®n Europea. Como ha dicho el nuevo presidente de la Republica francesa, en su discurso de la Bastilla, "somos un movimiento que se est¨¢ levantando en toda Europa". El fin del directorio Merkozy deber¨ªa enterrar el "solo austeridad", que est¨¢ arruinando a las econom¨ªas europeas y dividiendo a los pa¨ªses. Los principios pol¨ªticos del nuevo presidente franc¨¦s no deben alarmar a nadie, tampoco a los mercados financieros. M¨¢s bien deber¨ªa ser lo contrario.
Los planes de Hollande para una iniciativa de crecimiento caen en tierra f¨¦rtil, especialmente en el Parlamento Europeo, que ha reivindicado reiteradamente tales medidas. Me complace constatar que este mensaje est¨¢ calando cada vez m¨¢s en el discurso pol¨ªtico. La Comisi¨®n Europea est¨¢ elaborando un "pacto para el crecimiento" que los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea debatir¨¢n en junio. En efecto, Europa necesita un plan para el crecimiento que ponga t¨¦rmino al declive econ¨®mico, al aumento del desempleo y al debilitamiento del sistema bancario.
Este pacto para el crecimiento puede ser financiado adecuadamente, ya sea mediante nuevas fuentes de ingresos, como el impuesto sobre las transacciones financieras, los bonos-proyecto destinados a inversiones en infraestructuras, o bien poniendo freno a la evasi¨®n y al fraude fiscal, eliminando los para¨ªsos fiscales, as¨ª como mediante un uso m¨¢s eficaz e inteligente de los fondos estructurales.
Un plan de crecimiento no significa imprimir dinero, sino cambiar las prioridades de inversi¨®n
Un nuevo plan de crecimiento no significa imprimir dinero. La disciplina fiscal sigue siendo esencial, como lo son profundas reformas estructurales. Una regulaci¨®n m¨¢s estricta debe desalentar la avaricia colectiva y eliminar los productos financieros irresponsables.
?Qu¨¦ hay que hacer? En primer lugar, se ha de dar prioridad a las inversiones con fines espec¨ªficos. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) es un buen veh¨ªculo para aumentar el gasto en grandes proyectos de infraestructura, por ejemplo en materia energ¨¦tica. Se puede dotar al BEI de muchos m¨¢s recursos para impulsar sus programas de pr¨¦stamo. La financiaci¨®n de la inversi¨®n puede tambi¨¦n provenir de los nuevos bonos-proyecto. A m¨¢s largo plazo, se deber¨ªa replantear la idea de los eurobonos.
Es fundamental encauzar los fondos estructurales de la UE hacia la investigaci¨®n, porque el gasto en investigaci¨®n y desarrollo es alarmantemente bajo en comparaci¨®n con el de nuestros socios internacionales. La reforma de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC) no debe ser tampoco un tab¨². No asegura la sostenibilidad de la agricultura ni tampoco rentas decentes para todos los agricultores. Sin duda alguna, nos esperan negociaciones muy duras, entre otros, tambi¨¦n con el nuevo presidente franc¨¦s.
En segundo lugar, como lo ha repetido Hollande, la situaci¨®n de los j¨®venes debe constituir una prioridad absoluta. La tasa de desempleo en la zona euro se ha situado en un 10,9 %, su nivel m¨¢s alto desde la introducci¨®n de la moneda com¨²n. En Espa?a, la tasa de desempleo juvenil ha sobrepasado el 50 %, y en otros muchos pa¨ªses los j¨®venes est¨¢n pagando un precio desproporcionadamente alto por la recesi¨®n. Nos arriesgamos a forjar una generaci¨®n perdida, lo que podr¨ªa destruir el tejido social de Europa y su estabilidad. Los j¨®venes no son responsables de la crisis, pero tendr¨¢n que cargar con todo su peso. El dinero que se invierta en financiar la formaci¨®n profesional, mejorar las posibilidades de educaci¨®n y, lo que es a¨²n m¨¢s decisivo, ofrecer incentivos a los empresarios para que empleen a j¨®venes, ser¨¢ una inversi¨®n de futuro.
El Banco Central Europeo (BCE) ha ofrecido pr¨¦stamos a los bancos, a un tipo de inter¨¦s favorable. Este dinero deber¨ªa prestarse, a su vez, a las peque?as y medianas empresas, que representan la savia misma de la econom¨ªa de Europa. La UE necesita tambi¨¦n iniciativas comunes encaminadas a erradicar la evasi¨®n fiscal y los para¨ªsos fiscales y que sustituyan a los acuerdos bilaterales fragmentarios. El fraude fiscal es un delito que socava los cimientos de una sociedad justa.
En tercer lugar, los Estados miembros no deber¨ªan recortar el presupuesto de la UE de forma indiscriminada durante las negociaciones sobre las perspectivas financieras para el per¨ªodo 2014-2020, en aras de unos beneficios a corto plazo mal entendidos y populistas. Si pretendemos tomarnos en serio el plan para el crecimiento, tendremos que poner los medios necesarios para llevarlo a cabo. El presupuesto de la UE es un veh¨ªculo para la inversi¨®n que impulsa el crecimiento econ¨®mico y crea empleo; financia redes de transporte y energ¨ªa de crucial importancia; fomenta la innovaci¨®n, la investigaci¨®n y el desarrollo. El presupuesto de la UE act¨²a como palanca que reactiva la inversi¨®n y hace posibles las econom¨ªas de escala, y todo ello sin poder ser deficitario.
Europa todav¨ªa puede salir fortalecida de las actuales adversidades econ¨®micas. El euro es un proyecto que aspira a unir a los pueblos de Europa. El ego¨ªsmo de algunos Estados miembros, la incompetencia de algunos dirigentes y las torpezas de comunicaci¨®n est¨¢n convirtiendo el euro en un s¨ªmbolo de la divisi¨®n. Necesitamos solidaridad, responsabilidad, imaginaci¨®n, capacidad de liderazgo y, por encima de todo, unidad. Seamos optimistas, no es demasiado tarde. Europa est¨¢, por fin, cambiando de rumbo.
Martin Schulz es presidente del Parlamento Europeo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Crisis econ¨®mica
- Fran?ois Hollande
- Euro
- Elecciones Francia 2012
- Crecimiento econ¨®mico
- Crisis deuda europea
- Pol¨ªtica monetaria ¨²nica
- Zona euro
- Elecciones presidenciales
- UEM
- Uni¨®n Europea
- Coyuntura econ¨®mica
- Crisis financiera
- Organizaciones internacionales
- Econom¨ªa
- Finanzas
- Relaciones exteriores
- Elecciones Francia
- Francia
- Elecciones
- Europa occidental
- Europa
- Pol¨ªtica