?Y si se amenaza con el portazo?
La crisis del sistema financiero espa?ol es, por su origen y dimensi¨®n, un problema europeo por lo que la soluci¨®n tendr¨¢ que ser tambi¨¦n europea
El pasado viernes, 11 de mayo, el Gobierno aprob¨® la que dec¨ªa ser¨¢ la reforma definitiva de nuestro sistema financiero. Aunque se nos vend¨ªa con el muy popular argumento de que estaba dirigida a restablecer el cr¨¦dito, del que tan necesitados est¨¢n empresas y particulares, en realidad respond¨ªa a una necesidad a¨²n m¨¢s acuciante, la de aliviar la presi¨®n externa sobre nuestra prima de riesgo, de forma que pudiera reducirse el tipo de inter¨¦s con el que tanto el Estado como los propios bancos y dem¨¢s agentes econ¨®micos obtienen una financiaci¨®n que al coste actual estrangula sus econom¨ªas.
No pretendo decir que las medidas adoptadas sean irrelevantes o que no vayan en la buena direcci¨®n. Sin duda supone un esfuerzo importante para dotar de mayor transparencia y realismo a las cuentas de nuestros bancos, lo cual es muy necesario. Y ello, sin perjuicio de las dudas que puedan persistir sobre tales medidas, una vez le¨ªdo con atenci¨®n el real decreto donde se recogen. Por ejemplo, el hecho de que no se obligue a que todas las sociedades an¨®nimas a las que se transfieran los activos t¨®xicos deban ser sociedades independientes en un plazo determinado, hace que el efecto quir¨²rgico que se persigue se pueda quedar s¨®lo a medias. Y tampoco ayuda que no se regule en esta norma la necesidad de valoraci¨®n por dos tasadoras independientes, ni c¨®mo se aplicar¨¢, lo que hace que ya se est¨¦ hablando de que podr¨ªa tratarse de unos nuevos test de estr¨¦s, cuya eficacia ya hemos experimentado sobradamente.
A¨²n as¨ª, sobre todo por lo que suponen las mayores exigencias de provisiones, se trataba de un esfuerzo significativo, que parec¨ªa ir en la l¨ªnea de lo que nos demandaban los mercados. Y sin embargo, s¨®lo hubo que esperar hasta el lunes siguiente para que ¨¦stos respondieran de forma contundente haciendo que nuestra prima de riesgo se elevara hasta el nivel hist¨®rico de 490 puntos. Podr¨ªamos preguntarnos: ?Qu¨¦ es lo que pasa entonces? ?Qu¨¦ es lo que quieren esta gente ahora de nosotros?
Hace ya mucho tiempo que el Gobierno deber¨ªa haberse plantado en Europa
La respuesta, en realidad, no es tan dif¨ªcil de encontrar. Basta con que nos remontemos un par de semanas, al origen de esta reforma. En primer lugar, el pasado 25 de abril el FMI dio a conocer las conclusiones preliminares de su informe quinquenal sobre el sector financiero espa?ol. La m¨¢s importante de ellas era que los costes de rescatar las entidades con problemas son demasiado altos para ser asumidos s¨®lo por el sector, y que puede hacer falta dinero p¨²blico. Al d¨ªa siguiente, Standard & Poor?s, que ya previamente hab¨ªa rebajado nuestra deuda soberana, rebajaba el rating de Espa?a. Sus dos argumentos eran el deterioro de la trayectoria de nuestro d¨¦ficit p¨²blico como consecuencia de la evoluci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica y el aumento de las probabilidades de que el Gobierno necesite proveer de mayores ayudas al sector bancario. Est¨¢ claro que ambos coincid¨ªan, y lo que se deriva de ello es que, por muchos esfuerzos que hagamos con pol¨ªticas fiscales de uno u otro signo, de nada servir¨¢n para restablecer la confianza internacional en nuestro pa¨ªs mientras nuestro sistema bancario contin¨²e siendo ¡°sospechoso¡±. Ah¨ª est¨¢ la clave, y no en las cuentas p¨²blicas, cuyo deterioro es m¨¢s la consecuencia que el problema original.
El Gobierno parece que ha entendido el mensaje y ha optado por hacer lo ¨²nico que cree que pod¨ªa hacer: dar la mayor transparencia que las circunstancias permiten y reconocer pol¨ªtica y contablemente el problema. De ah¨ª la exigencia de nuevas provisiones, tasaciones y sociedades de gesti¨®n de activos. La cuesti¨®n es que por m¨¢s que ahora se reconozca con mayor realismo el problema, eso no hace que se resuelva (en realidad, ning¨²n problema se resuelve por el mero hecho de reconocer que existe). Al contrario, a corto plazo incluso la preocupaci¨®n se acrecienta.
La burbuja inmobiliaria que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª no s¨®lo se debi¨® a nuestros propios errores, tambi¨¦n al dise?o del euro
Teniendo en cuenta las cifras de las que se est¨¢ hablando para sanear a la banca, y sin necesidad de dar credibilidad a las m¨¢s alarmantes, lo cierto es que, nos pongamos como nos pongamos, Espa?a no tiene actualmente capacidad para afrontarlas y menos a¨²n con la obligaci¨®n de cumplir la senda de d¨¦ficit que se nos impone desde Bruselas. Esa es la realidad, y los inversores y prestamistas extranjeros lo saben. Necesitaremos mucho m¨¢s que juegos de manos contables para salir de ¨¦sta, y al final tendremos que reconocer que tenemos un problema cuya dimensi¨®n hace que no podamos resolverlo solos. En ese caso, ser¨ªa preferible que acept¨¢semos la realidad y asumi¨¦ramos ante la Uni¨®n Europea que necesitamos un apoyo importante por su parte.
Sin duda, necesitaremos una ampliaci¨®n de los plazos que se nos han impuesto para la reducci¨®n del d¨¦ficit, pero tampoco deber¨ªamos rasgarnos las vestiduras si finalmente lleg¨¢semos a la conclusi¨®n de que necesitamos recurrir al FEEF (Facilidad Europea de Estabilidad Financiera) como, por otra parte, ya nos ofreci¨® la Comisi¨®n. ?O es que acaso ni nosotros nos creemos que Europa sea en realidad una Uni¨®n, y por lo tanto deba ser solidaria? Y si eso significase que nuestros bancos pasaran a estar bajo la supervisi¨®n directa del BCE, bienvenido sea. Al fin y al cabo, en unos mercados financieros globalizados, que los controles sean nacionales no deja de ser un anacronismo absurdo e in¨²til. Y, por otra parte, m¨¢s valdr¨¢ que la UE rescate e intervenga a parte de nuestra banca a que tenga que rescatar e intervenir a todo el pa¨ªs.
La penitencia que se nos impone desde los pa¨ªses que han tomado el mando en la UE es ineficaz e injusta
Ojal¨¢ esa sea la l¨ªnea que ha decidido adoptar el ministro De Guindos cuando al llegar al Eurogrupo ha dicho: "El Gobierno ha tomado medidas en el ¨¢mbito laboral, ha tomado medidas en el ¨¢mbito financiero, de saneamiento profund¨ªsimo de nuestros bancos, de mejora a medio y largo plazo de nuestra posici¨®n fiscal¡± y ha a?adido "Hemos hecho todo lo que ten¨ªamos que hacer. A partir de aqu¨ª, lo que necesitamos es la cooperaci¨®n de todo el conjunto de la zona euro. Tiene que ser una respuesta conjunta y espero que esta noche en el Eurogrupo as¨ª se defina". Suena bastante dram¨¢tico ?verdad? Ahora, parece que se act¨²a a la desesperada, pero hace ya mucho tiempo que deber¨ªan haberse plantado en Europa, con las cartas hacia arriba y haciendo y exigiendo una verdadera pol¨ªtica de altura, en lugar de aprovechar para llevar a la pr¨¢ctica sus dogm¨¢ticas reformas en sanidad, educaci¨®n, mercado laboral, comunidades aut¨®nomas, etc.; sectores que poco ten¨ªan que ver con el origen del problema y menos a¨²n con su soluci¨®n.
Adem¨¢s, no olvidemos que la burbuja inmobiliaria que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª junto a Irlanda y a otros pa¨ªses, no s¨®lo se debi¨® a nuestros propios errores, sino que tambi¨¦n tiene mucho que ver con las deficiencias, y tal vez precipitaci¨®n, con que se implant¨® la moneda ¨²nica. Una vez desaparecido el riesgo de cambio, eliminada cualquier restricci¨®n a los movimientos de capitales y a las adquisiciones intracomunitarias de activos, y con unos tipos de inter¨¦s hist¨®ricamente bajos, que esto se produjera era previsible y, de hecho, economistas como De Grawe lo predijeron all¨¢ por 1998, antes de que el euro comenzara a circular. En cualquier caso, estamos ante un problema europeo por su origen y por su dimensi¨®n, y la soluci¨®n tambi¨¦n ser¨¢ europea o simplemente no ser¨¢. La penitencia que se nos impone desde los pa¨ªses que han tomado el mando en la Uni¨®n Europa, no s¨®lo es totalmente ineficaz, sino que tambi¨¦n es injusta. ?Y si Espa?a, junto con otros pa¨ªses, decidieran terminar este calvario amenazando con el portazo?
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra es ex presidente de la Junta de Extremadura.
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