?Cocina org¨¢nica?, ni falta que hace

?Existe en Espa?a alg¨²n restaurante que elabore cocina org¨¢nica, que solo se abastezca de hortalizas de cultivo ecol¨®gico y animales alimentados con pastos naturales?

Si es as¨ª, yo no lo conozco. Incluso Oriol Rovira propietario del restaurante Els Casals (Barcelona), que se provee de productos de su propia granja, confiesa sus limitaciones. Por resumir las cosas: Rovira sulfata los tomates entre otras pr¨¢cticas convencionales. Estar¨ªa bueno??

En Inglaterra, igual que en otros pa¨ªses europeos como Alemania, los productos org¨¢nicos se han convertido en una fiebre colectiva.

Azuzado por varios comentarios elogiosos el pasado jueves 3, antes de regresar de Londres, reserv¨¦ mesa en el restaurante Roganic (www.roganic.co.uk) que las gu¨ªas de esta metr¨®poli aseguran elabora cocina org¨¢nica. Lo curioso es que en ning¨²n momento sus responsables declaran que lo sea. Ni tampoco lo ratifica su propietario el cocinero Sim¨®n Rogan con el que dialogamos durante algunos minutos.

Roganic es un restaurante, recoleto, situado en el coraz¨®n del distrito Marylebone, que no es otra cosa que la sucursal urbana del famoso L?Enclume (www.lenclume.co.uk), la casa madre, situado al norte de Inglaterra, en la regi¨®n de los lagos con granja propia que abastece a ambos restaurantes.

En su atractiva web tan solo se habla de cocina derivada de la naturaleza, sabrosa, equilibrada y respetuosa con el ritmo de las estaciones.

Si le he dedicado una entrada en este blog es porque sus platos, excepcionalmente buenos, armonizan t¨¦cnica y naturaleza, son r¨²sticos, originales, refinad¨ªsimos y un punto asilvestrados. Una bomba de relojer¨ªa.

Me sonr¨ªo cuando la gente me dice que en Inglaterra se come mal. Para m¨ª Londres es en estos momentos la capital gastron¨®mica de Europa. Y no lo digo porque acumule el mayor n¨²mero de estrellas Michelin despu¨¦s de Paris, dato que significa poco, sino por la infinita variedad de cocinas interesantes, mercados, comercios especializados y modelos de negocio que alberga.

Que los ingleses no sepan comer (cada vez van quedando menos) no quiere decir que en su pa¨ªs no haya buenos restaurantes. El precio del men¨² (5 platos salados y un postre, adem¨¢s de aperitivos y golosinas de sobremesa) fue de 55 libras, unos 65 euros, m¨¢s o menos)

Glosario de fotograf¨ªas:

a) Libro de Jos¨¦ Miguel Mulet

b) Espuma vegetal sobre galletitas saladas

c) Alb¨®ndigas de pescado ahumado

d) Exterior del restaurante Roganic

e) Simon Rogan, cocinero y propietario

f) Crema inglesa de champi?ones quemada con perlas de queso

g) Alb¨®ndigas de zanahoria con brotes de algas sobre caldo vegetal de primavera.

h) Ensalada de langosta de Cornualles con ostra, manzana, coles en vinagres y hierbas costeras silvestres

i) Rape a los 5 aromas con calamarcitos, avellanas y brotes de hierbas silvestres

j) Falda de cordero con mollejas, salsif¨ª y ajo

k) Ruibarbo confitado con esponja de pastel y crema de prado dulce