Carlos Fuentes: su verbo, ahora, derrota el tiempo
Desde la inmortalidad de su obra su mensaje queda m¨¢s vigente que nunca
Impactado por la noticia de su muerte, intent¨¦ reiteradamente un twitter para compartir con todos de inmediato c¨®mo dar las gracias a Carlos Fuentes. Despu¨¦s de mucho puse: ¡°Gracias Carlos Fuentes por regalarnos la belleza de las letras para contar historias inolvidables y exigir un mundo m¨¢s justo y solidarios¡±.
De eso se trataba. Carlos Fuentes el hombre de letras. Carlos Fuentes el pol¨ªtico con compromiso. Carlos Fuentes el intelectual. Carlos Fuentes el que amaba la vida. Es que son muchos Carlos Fuentes. Casi tantos como los cinco soles de M¨¦xico que ¨¦l describiera con elegancia y nitidez.
Quiero hablar m¨¢s que del literato que nos regalaba la belleza de sus palabras engarzadas una tras otra en torno a una novela o cuento. Quiero hablar del pol¨ªtico, que yo le dec¨ªa a ratos llevaba oculto. Porque claro, el pol¨ªtico, el hombre que piensa el futuro, c¨®mo moldear una sociedad para hacerla mejor, estaba tambi¨¦n en esas historias inolvidables en sus novelas. No s¨®lo en La silla del ¨¢guila, no s¨®lo cuando escribe En esto creo. Esas 41 palabras que van de ¡°amistad¡± a ¡°Zurich¡± y que reflejan su pensamiento en temas pasando por educaci¨®n, globalizaci¨®n, historia, izquierda, Iberoam¨¦rica, Kafka, pol¨ªtica, revoluci¨®n, sociedad civil.
Tuve el privilegio de la amistad de Carlos Fuentes. De conocer su compromiso con c¨®mo hacer que el mundo sea mejor. ?C¨®mo discurrir de las coordenadas para lograrlo? Dar el ¨²ltimo y gran esfuerzo como intelectual. Porque ¨¦ste, en ¨²ltimo t¨¦rmino, analiza la sociedad en la cual vive y de tanto pensarla concluye que puede perfeccionarse. Aunque sea un poco, pero perfeccionar es cambiar lo que existe y entonces, la relaci¨®n entre el intelectual y el poder se torna compleja. El poder por definici¨®n quiere mantener un statu quo precisamente para seguir conserv¨¢ndolo. Pero el intelectual cuando lo cuestiona est¨¢ siendo el acicate indispensable para crear un mundo mejor. Y este acicate Carlos Fuentes lo entend¨ªa a cabalidad. Este acicate Carlos Fuentes lo comprend¨ªa como el rol fundamental en donde, o usaba las bellas letras de la novela o usaba esas mismas bellas letras para avanzar sus ideas, para castigar a aquel que lo hac¨ªa mal y decirlo con claridad y para a aquel otro que iba, a su juicio, en la direcci¨®n correcta. Un testigo apasionado de su tiempo. Y fue tambi¨¦n un testigo capaz de denunciar las injusticias de su tiempo. Fue en cierto modo un pol¨ªtico que entend¨ªa que su c¨¢tedra era el verbo y la palabra. Que entend¨ªa que su rol era interpretar este mundo en el que le toc¨® vivir, en que la globalizaci¨®n se ense?ore¨® del planeta y c¨®mo tener entonces una globalizaci¨®n con rostro humano que retomara a escala planetaria las necesidades de una gobernanza civilizada como civilizado fue el esfuerzo que se hizo desde la Revoluci¨®n Francesa por tener una democracia en beneficio de las mayor¨ªas al interior de nuestros pa¨ªses.
Fue un pol¨ªtico que entend¨ªa que su c¨¢tedra era el verbo y la palabra
Pero cuando cae el Muro de Berl¨ªn y luego cae Lehman Brothers, muchas estanter¨ªas dogm¨¢ticas caen tambi¨¦n. Hacen falta las estanter¨ªas, de la tolerancia, de la ausencia de prejuicios, de la sabidur¨ªa humana para enfrentar con otras ideas una ruta para continuar el progreso. Y all¨ª entonces la palabra de Carlos Fuentes se hace indispensable, porque no era hombre ni de dogmas ni de aceptaci¨®n de verdades reveladas. Era un hombre que cre¨ªa en la raz¨®n, en la explicaci¨®n y en el di¨¢logo. Y lo hac¨ªa con fuerza, como corresponde a aquel que est¨¢ convencido de lo que cre¨ªa.
Tuve el privilegio, adem¨¢s de su amistad, al final de su vida por una forma fortuita, de tener un di¨¢logo largo de dos d¨ªas y medio. Carlos Fuentes presid¨ªa el Foro Iberoamericano y me invit¨® a co-presidirlo con ¨¦l en el a?o 2006. Se iniciaron as¨ª cinco a?os de conversaciones ininterrumpidas de qu¨¦ tratar en el pr¨®ximo Foro, de la crisis econ¨®mica, de los TICS, de c¨®mo nuestra Am¨¦rica enfrenta nuevos desaf¨ªos y somos inmunes a un nuevo populismo. Con motivo de una de estas conversaciones alguien nos propuso: ¡°?Por qu¨¦ mejor no siguen hablando frente a una grabadora?¡±. Surgieron entonces lo que, creo, fueron algunas de las ¨²ltimas conversaciones largas de Carlos Fuentes sobre los temas de nuestro tiempo. Sobre ¡°el siglo que despierta¡± y en donde de una manera un tanto desvertebrada ¡ªcomo toda conversaci¨®n debe ser¡ª fueron surgiendo temas, sugerencias y desaf¨ªos de este mundo de hoy.
All¨ª surgi¨® entonces de nuevo el hombre que, con m¨¢s de 80 a?os, mira el camino recorrido y al final dice ¡°no s¨¦ si tengo m¨¢s certezas que ayer, porque los cambios son acelerados, pero los principios que han guiado mis pasos en la vida, son los mismos, no han cambiado. ?Cu¨¢les son los instrumentos con los que los llevo a la acci¨®n en este mundo en cambio? ?C¨®mo paso de mis certezas del Estado-naci¨®n al planeta global? ?C¨®mo logro dar ese salto que, ¡ªme permit¨ª decirle¡ª, es como cuando se pas¨® del alto medioevo y los se?ores feudales al poder del Estado central y el surgimiento del Estado nacional?¡±.
Estos grandes temas de nuestro tiempo son de los que Carlos Fuentes a lo largo de sus a?os fue un faro y un gu¨ªa. Su palabra y su verbo eran escuchados por todos. Pol¨ªticos y gobernantes, empresarios y acad¨¦micos, trabajadores de cuello y corbata y de overol. Ese Carlos Fuentes que se va nos deja el sello del compromiso grande del intelectual. S¨¦ que se ha discutido mucho sobre literatura comprometida. La de Carlos era una literatura comprometida con la calidad, con la excelencia que emanaba de su pluma, pero al mismo tiempo, sea en la novela, en el ensayo, en la conferencia, el maestro hablaba siempre con sus principios di¨¢fanos para hacerlos realidad. Ah¨ª estaba Carlos Fuentes, el pol¨ªtico, ese pol¨ªtico que nos deja una estela de ilusi¨®n en el pensamiento, en la cultura y en el di¨¢logo.
Y en la amistad de una conversaci¨®n larga, que no termina cuando Carlos Fuentes se va, sino a lo mejor comienza de una manera distinta con las ense?anzas y sus escritos que son de una lealtad permanente en aquello que se cree. Cada uno debiera tambi¨¦n escribir En esto creo y, de esa manera, acercarse a la transparencia de un hombre ¨ªntegro que convivi¨® con el poder, pero que lo colocaba en su justo lugar, porque sab¨ªa que hab¨ªa un poder superior: el de las ideas del intelectual l¨²cido que ¨¦l fue. Ese poder que se pone al servicio de los que m¨¢s lo necesitan. Por eso, dije, quer¨ªa un mundo m¨¢s justo y m¨¢s solidario. Es el gran legado que nos deja el amigo que se fue y desde la inmortalidad de su obra su mensaje queda as¨ª, transparente m¨¢s vigente que nunca. Su verbo ahora, derrota el tiempo.
Ricardo Lagos fue presidente de Chile entre 2000 y 2006. Es coautor junto a Carlos Fuentes de El siglo que despierta, Taurus.
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