Abdal¨¢ lava su imagen hablando de amor

¡°En cuanto la vi pens¨¦: ?Caramba!¡±, recuerda el rey Abdal¨¢ de Jordania sobre su primer encuentro con Rania al Yasin. Lo narra en Nuestra ¨²ltima oportunidad. La b¨²squeda de la paz en tiempos dif¨ªciles, un libro de memorias que acaba de publicar en Espa?a la editorial Debate La versi¨®n original, en ingl¨¦s, fue puesta a la venta a principios de 2011 cuando arranc¨® la primavera ¨¢rabe y empezaron tambi¨¦n las protestas en Jordania, algunas dirigidas contra Rania por su inclinaci¨®n al lujo y a la ostentaci¨®n que todav¨ªa no hab¨ªan aflorado hace 20 a?os.

?Es algo excepcional que un Rey de solo 50 a?os escriba, tras 13 a?os de reinado, su autobiograf¨ªa. Pero la ocasi¨®n fue algo desaprovechada. A lo largo de sus 384 p¨¢ginas, el monarca reh¨²ye abordar a fondo los desaf¨ªos a los que se enfrenta su reino que no ser¨¢ inmune a la ¡°primavera ¨¢rabe¡±.

La autobiograf¨ªa cumple un doble objetivo. El primero, declarado, consiste en animar a no dejar pasar la oportunidad de alcanzar la paz en Oriente Pr¨®ximo. De lo contrario, ¡°habr¨¢ otra guerra en nuestra regi¨®n, probablemente la peor¡±, advierte el Rey en el libro. El segundo es el de mostrarse como un monarca sencillo y cercano al pueblo llano ahora descontento. El rey Abdal¨¢ tiene, probablemente, por delante los a?os m¨¢s dif¨ªciles de su reinado. Cuando los supere, si es que lo consigue, deber¨¢ escribir el segundo volumen de sus memorias.

La obra est¨¢ repleta de an¨¦cdotas personales y bastante almibaradas sobre m¨²ltiples aspectos de su vida empezando por su relaci¨®n con la joven palestina, criada en Kuwait, que se convirti¨® en reina de Jordania. ¡°Bueno, entonces ¡ªpregunt¨® el rey Hussein de Jordania a su hijo Abdal¨¢¡ª ?cu¨¢ndo voy a conocer a sus padres?". El monarca jordano comprendi¨® de inmediato, el 30 de enero de 1993, que la joven Rania que asisti¨® a la fiesta de cumplea?os de su hijo, se convertir¨ªa en su nuera.

Abdal¨¢ hab¨ªa conocido a Rania cinco meses antes, cuando regresaba de unas maniobras en el desierto, en una cena informal en casa de su hermana Aisha. A Abdal¨¢ le cost¨® un poco convencer a aquella joven de 22 a?os, que hab¨ªa estudiado en la Universidad Americana de El Cairo y trabajaba para Apple en Amm¨¢n, de que aceptase volver a verle despu¨¦s de aquella cena. ¡°He o¨ªdo cosas sobre usted¡±, le dijo desconfiada cuando la llam¨® por tel¨¦fono. ¡°No soy un ¨¢ngel, pero como m¨ªnimo la mitad de las cosas que ha o¨ªdo no son m¨¢s que habladur¨ªas¡±, le respondi¨® el entonces pr¨ªncipe.

Para acabar de convencerla, Abdal¨¢ le regal¨® una caja de bombones belgas ¡ªel chocolate es una de las pasiones de Raina¡ª y finalmente, en noviembre de 1992, la invit¨® a cenar a su casa pollo, gambas y ternera al estilo japon¨¦s que cocin¨® ¨¦l mismo.

Cuando, dos meses despu¨¦s, celebr¨® su cumplea?os, Abdal¨¢ aun no se hab¨ªa declarado. Lo hizo despu¨¦s en lo alto de la colina de Tel al-Rumman, cerca de Amm¨¢n. ¡°Rania me mir¨®, sonri¨® y no dijo nada¡±, escribe. ¡°Interpretando su silencio como asentimiento (...)¡±, prosigue. El rey Hussein acudi¨® entonces a casa de los padres de Rania para pedirles su mano. La pareja se cas¨® el 10 de junio de 1993 y tienen cuatro hijos.