Los ¡®nordacas¡¯
Hay tres salidas al paro juvenil: la emigraci¨®n, la permanencia en el sistema educativo o la desafiliaci¨®n al sistema
La venganza es un plato fr¨ªo. Durante muchos a?os, a muchos de los latinoamericanos que llegaban a Espa?a por decenas de miles, por motivos econ¨®micos o pol¨ªticos, algunos los denominaron despectivamente sudacas, sin distinci¨®n de nacionalidad. Ahora comienza a extenderse por diversos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina en buena coyuntura econ¨®mica, en los que est¨¢n empezando a verse a j¨®venes europeos, muchos espa?oles, en b¨²squeda del empleo que no encuentran en sus lugares de origen, el concepto equivalente de nordacas.
Probablemente la mayor plaga de esta crisis econ¨®mica sea la multiplicaci¨®n del paro juvenil. No solo en Espa?a (en donde, como se sabe, afecta al 50% de la poblaci¨®n activa de los menores de 25 a?os), sino en la Uni¨®n Europea y en el resto del Viejo Continente. Al presentar el ¨²ltimo informe sobre Tendencias mundiales del empleo juvenil 2012, de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), uno de sus altos funcionarios utiliz¨® el antip¨¢tico concepto de ¡°generaci¨®n perdida¡± para calificar lo que est¨¢ ocurriendo en pa¨ªses como Espa?a o Grecia.
Seg¨²n la OIT, la tasa de desempleo juvenil a nivel global asciende a m¨¢s del 12% de la fuerza de trabajo, cerca de 75 millones de j¨®venes. Las salidas a este problema son de tres tipos (a veces complementarios): la inmigraci¨®n hacia otras zonas en donde hay m¨¢s posibilidades de trabajo, la permanencia dentro del sistema educativo durante m¨¢s tiempo del habitual, o el des¨¢nimo total, desafili¨¢ndose del sistema (ni trabajan, ni estudian).
M¨¢s all¨¢ del problema en s¨ª mismo, el paro juvenil masivo genera otras cuestiones, la m¨¢s importante de las cuales es la p¨¦rdida de la potencialidad que da la educaci¨®n superior y la especialidad a estos j¨®venes: si permanecen mucho tiempo sin trabajar, pierden la capacitaci¨®n y lo que han aprendido, al menos a ojos de los empleadores. Con lo que se pal¨ªa el esfuerzo previo hecho en la educaci¨®n, la mayor parte de las ocasiones con recursos p¨²blicos. A la velocidad de los cambios actuales (tecnol¨®gicos, sociales, organizativos...), muchos j¨®venes universitarios, parados de larga duraci¨®n, son considerados inadecuados para los nuevos puestos de trabajo y pueden verse condenados para siempre a desarrollar trabajos de baja cualificaci¨®n a pesar de su formaci¨®n superior. Adem¨¢s, si los trabajadores que est¨¢n sin empleo durante largo tiempo pasan a ser reputados no aptos para el mundo laboral, ello provoca una reducci¨®n a largo plazo en la fuerza de trabajo y de la capacidad productiva del pa¨ªs en donde habitan, lo que significar¨¢ una p¨¦rdida de bienestar. Disminuye el capital humano.
Alguien ha comparado la existencia del paro juvenil con los viajeros de un avi¨®n que da vueltas y vueltas alrededor del aeropuerto, demorado mientras le quede combustible, en espera de la autorizaci¨®n de aterrizaje.
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