Ideolog¨ªa, ocultaci¨®n, arrogancia

Los conflictos sociales no existen, las desigualdades de g¨¦nero son irrelevantes, la homofobia es desconocida y los nacionalismos son ideolog¨ªas excluyentes, excepto el nacionalismo espa?ol, por supuesto. As¨ª suena la nueva asignatura de Educaci¨®n C¨ªvica y Constitucional que reemplaza a la Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa de los socialistas, tantas veces descalificada como sectaria por la derecha. La doctrina del PP y la doctrina de la Iglesia cat¨®lica puestas en partitura por Jos¨¦ Ignacio Wert. Esta derecha, que tanto presume de adalid de la modernidad, entregada ideol¨®gicamente a lo m¨¢s reaccionario de este pa¨ªs: la Conferencia Episcopal. Yo no s¨¦ por qu¨¦ no la llaman directamente Formaci¨®n del Esp¨ªritu Nacional. Como en los viejos tiempos.

En plena crisis del sistema financiero, en una sociedad asfixiada por los recortes, el PP no descuida la lucha ideol¨®gica, en un momento en que sus banderas se empiezan a deste?ir. El hundimiento de Bankia y los d¨¦ficits ocultos de sus comunidades aut¨®nomas de referencia han arruinado la imagen del PP. Ni proyecto, ni transparencia, ni buena gesti¨®n. Lo que G¨¹rtel apuntaba, Bankia lo confirm¨®: trabadas tramas de intereses en las que se hab¨ªa perdido la noci¨®n de l¨ªmites. Y Luis de Guindos diciendo que Bankia tendr¨¢ todos los recursos que necesite. No hay dinero para necesidades b¨¢sicas de la ciudadan¨ªa, pero nunca faltar¨¢ para rescatar a un banco. Por decencia, que expliquen a la ciudadan¨ªa de d¨®nde saldr¨¢.

Cuando la gesti¨®n de los dineros apesta hay que parapetarse en los territorios de siempre: lo religioso y lo patri¨®tico. Si Wert pretende adoctrinar a los espa?oles con una mezcla de exaltaci¨®n del esp¨ªritu emprendedor y de la propiedad privada, de negaci¨®n del conflicto social, de perpetuaci¨®n del statu quo y de encubrimiento de las discriminaciones de g¨¦nero, conforme a los t¨®picos del catolicismo oficial, Esperanza Aguirre, siempre a la vanguardia del PP, nos anuncia una nueva forma de patriotismo: el patriotismo por imperativo legal. La pretensi¨®n de penalizar las expresiones de rechazo de las instituciones y de los s¨ªmbolos nacionales, adem¨¢s de ser un lamentable atentado a la libertad de expresi¨®n, demuestra una voluntad de negar la realidad, muy propia de toda imposici¨®n ideol¨®gica.

Es un principio adquirido de la modernidad que nadie ni nada est¨¢ por encima de la ciudadan¨ªa, que todo es susceptible de ser criticado, las personas, las creencias, las ideas, las instituciones. Nadie puede esconderse bajo la coartada de ser inefable. El PP da un salto m¨¢s hacia la negaci¨®n de la cr¨ªtica: lo que no le gusta lo esconde. De lo que plantea problemas inc¨®modos no se habla. Y esta cultura se quiere hacer llegar a la educaci¨®n: negando la conflictividad social, pasando de largo sobre la condici¨®n de la mujer, disimulando la discriminaci¨®n sexual u obviando el car¨¢cter plurinacional de Espa?a. ?Por qu¨¦ tienen que preocuparse los chavales de estas cosas?

No hay en pol¨ªtica nada peor que enga?ar y que enga?arse. Por mucho que diga la asignatura de Wert, en Espa?a hay y habr¨¢ conflictividad social, los cambios en las relaciones de poder entre g¨¦neros son una de las v¨ªas para que esta sociedad gane en bienestar y equidad, las discriminaciones envilecen a la sociedad y hay que educar a los j¨®venes contra ellas. Y por mucho que Esperanza Aguirre imponga el respeto bajo amenaza de castigo, Espa?a no es una, es fragmentada. La realidad siempre se abre paso entre las nubes de ficci¨®n.

Este modo arrogante de adoctrinar refleja una manera muy prepotente de gobernar. As¨ª se pierde la autoridad. Wert ha conseguido un r¨¦cord ins¨®lito: que por primera vez, por unanimidad, el conjunto de los rectores de las universidades espa?olas se nieguen a asistir a una reuni¨®n convocada por ¨¦l. Aparte de los fallos evidentes del Ministerio, que deber¨ªa haber sido capaz de anticiparse al desplante, demuestra un estilo muy propio del actual Ejecutivo, que ha reducido al m¨ªnimo la interlocuci¨®n con los actores pol¨ªticos y sociales. As¨ª gobierna el PP: ninguneo del Parlamento, desprecios a la oposici¨®n, escaso contacto con los sectores sociales, uso sistem¨¢tico del decreto ley, negativa a explicar debidamente al pa¨ªs cuestiones tan trascendentales como Bankia. Y una pol¨ªtica comunicativa de chiste que consiste en que cada vez que Rajoy tiene una cita internacional importante, el propio presidente nos explica que no ha sido a petici¨®n suya, sino del anfitri¨®n. Todos d¨¢ndose codazos por la foto oportunidad con el presidente del Gobierno espa?ol. Como la emperadora Merkel recibiendo al virrey de Espa?a en un barco fluvial, en una inmortal imagen de rememoraci¨®n colonial.