Golpe suave en Egipto
La disoluci¨®n del Parlamento decidida por el Tribunal Constitucional trata de cortar el paso a los islamistas
La sentencia del Tribunal Constitucional ¡ªdominado por jueces del r¨¦gimen del depuesto Hosni Mubarak¡ª que ordena disolver el parlamento egipcio por considerar inconstitucionales las elecciones de seis meses atr¨¢s es un golpe de Estado, suave pero golpe, a menos de 48 horas de la segunda vuelta de las presidenciales. La Junta Militar, que ejerc¨ªa el gobierno real, ha asumido tambi¨¦n el legislativo, tras reinstaurar la ley marcial en v¨ªspera del fallo que esperaba.
El golpe judicial, con una interpretaci¨®n de la ley electoral que ha anulado un tercio de los esca?os, est¨¢ claramente dirigido contra los Hermanos Musulmanes que ganaron las primeras elecciones libres en d¨¦cadas en Egipto y que llevaban meses librando un pulso con los militares. Lo ocurrido ayer ha unido a todos los grupos islamistas detr¨¢s del candidato presidencial de la Hermandad, el moderado Mohamed Morsi. Se enfrenta a Ahmed Shafiq, el ¨²ltimo primer ministro de Mubarak, candidatura que el Tribunal ha validado en otro fallo al declarar inconstitucional la ¡°ley de aislamiento¡±. Aprobada por el Parlamento disuelto, imped¨ªa presentarse a elecciones a los altos cargos del r¨¦gimen de Mubarak. Para Shafiq, en un mensaje claro, ¡°la era de la inestabilidad pol¨ªtica ha terminado¡±.
El antiguo r¨¦gimen, del que realmente solo cay¨® el r¨¢is, y los militares se han quitado la careta. El llamado Estado profundo ha salido a la superficie para cortarle el paso a los islamistas. De momento, la primavera ¨¢rabe parece liquidada en Egipto. Los manifestantes de la plaza de Tahrir no estaban satisfechos con ninguno de los dos candidatos en liza, pero luchaban por el proceso democr¨¢tico. Si nada interrumpe el proceso electoral y gana Shafik, significar¨¢ un retorno al r¨¦gimen de Mubarak. Si lo hace el candidato islamista, el pulso puede entrar en una peligrosa segunda fase. Las democracias deben condenar el atropello.
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