Corrupci¨®n familiar
"La mejor declaraci¨®n de Correa fue esa salida de Soto del Real a Sotogrande. Ya lo dijo Warhol: en las c¨¢rceles, como en los conventos, se enteran de todo y est¨¢n a la ¨²ltima"
Junio es un mes de bodas y de enorme volatilidad en los mercados. Hay quienes se casan con personas, y presidentes, como el nuestro, que lo hacen con un rescate bautizado como l¨ªnea de cr¨¦dito abierto. En este tipo de bodas lo mejor es quedarse con la boca igual de abierta, sin que salga palabra alguna. Como cuando vemos todo el generoso apoyo de Sonia Monroy a la selecci¨®n nacional en la portada de Intervi¨².
Con el calor y las bodas ha resurgido un objeto casi olvidado: el abanico corto para var¨®n. S¨ª, existe, y es completamente viril y nada ambiguo su aire. En clima c¨¢lido son muy ¨²tiles. Lo complicado es hallarlo, pero una tienda en la Puerta del Sol los confecciona desde 1880, un a?o en que no ¨¦ramos ni ricos ni endeudados, ni tampoco sab¨ªamos muy bien qui¨¦n ser¨ªa Ana Botella. La magn¨ªfica tienda, detenida en el tiempo y atendida por un cuarteto de se?oras adustas y eficientes, es tambi¨¦n una ocasi¨®n para comprobar que la peineta y la mantilla no solo est¨¢n de moda por Madame Cospedal, sino que atraen la atenci¨®n y los bolsillos de los turistas que disfrutan el centro de Madrid. A veces ha fastidiado un poco lo de ser el pa¨ªs de la pandereta, la casta?uela y la mantilla, pero llegados a donde estamos puede que el producto t¨ªpico anime la econom¨ªa exportadora calmando un poquito la tensi¨®n de los mercados. Como podr¨ªa hacerlo tambi¨¦n nuestra industria del esc¨¢ndalo. Porque si esos turistas que admiran encajes y peinetas de falso carey decidieran seguir nuestros telediarios, se quedar¨ªan enganchados de la cantidad de casos de presunta corrupci¨®n. En nuestros telediarios abundan estafas, fianzas pagadas, presos y expresos, cochazos de lujo, exresponsables de cajas de ahorros enriquecidos. Un largu¨ªsimo rosario de penas y cohechos que desde luego nos suben al podio de las naciones productoras de presuntos delitos administrativos. Si la corrupci¨®n se legalizara, tendr¨ªamos una nueva industria con la que generar ese dinerito fresco que pronto empezar¨¢n a exigirnos los de la troika. Y, quiz¨¢, un nuevo reclamo tur¨ªstico.
Qu¨¦ duda cabe de que esa picaresca no es ni bananera ni tiene ese mal rollo asesino de los tiempos de Idi Am¨ªn en Uganda. No, nuestra capacidad de corrompernos tiene bellos elementos familiares y emocionales. Es como si rob¨¢ramos con el coraz¨®n, con los sentimientos muy a flor de piel. Con franqueza. Por eso D¨ªvar no siente que haya hecho algo incorrecto, no solo porque entre cena y cena siempre encontr¨® tiempo para rezar, ?ay!, por todos nosotros y tambi¨¦n por su privilegiado est¨®mago. Sino porque comparti¨® con alguien cercano esas cenas. No lo hizo con extra?os, malas compa?¨ªas, cen¨® siempre con su jefe de seguridad. Lo lamentable de esas veladas es que no hayan invitado a ninguna de ellas al obispo de Alcal¨¢ de Henares, que seguro les ofrecer¨ªa sustento espiritual y divertidos chistes de mariquitas. Entristece el hecho de que una noche de Reyes, D¨ªvar tuviera que cenar solo. ?C¨®mo va a pasar alguien una noche de Reyes en estremecedora soledad? Es que ni en un melodrama de Paquita Rico se atrev¨ªan los guionistas a pensar algo similar. Pues el se?or D¨ªvar lo padeci¨®. Al tratarse de fecha familiar tan se?alada, es probable que su jefe de seguridad tuviera que desdoblarse en padre y esposo, dejando a su protegido desprotegido. Las fechas se?aladas tambi¨¦n pueden ser amargas.
Similar encuadre familiar encontramos en la fianza que ha conseguido la libertad del principal acusado del agonizante caso G¨¹rtel, Francisco Correa. Ha sido nada m¨¢s y nada menos que su madre quien ha desembolsado los 200.000 euros de libertad. Esa es una madre que ya hubiera querido interpretar Libertad Lamarque en el cine mexicano de los a?os cincuenta. Una madre que ni en Gran Hermano han sabido encontrar. Esa madre que acude al rescate (o como se diga) de un hijo que bautizaba a sus empresas solo con nombres en ingl¨¦s: Orange Market, Special Events y la no menos maravillosa Good and Better, que ya implica ese esp¨ªritu solidario de toda familia cristiana: en lo bueno y en lo mejor. Y, aunque con cierto retraso, en lo malo tambi¨¦n. Ha sido reconfortante que la nonagenaria se?ora Correa expresara la alegr¨ªa de tener a su hijo en casa. ?Seguro que otros tambi¨¦n, pero esperando que no llegue a salirse mucho del guion! Su mejor declaraci¨®n fue esa salida triunfal de la c¨¢rcel, con mejor aspecto que hace tres a?os. Camin¨® en¨¦rgico y con su melena a salvo, no hacia un contrato con L¡¯Or¨¦al, sino al Mercedes que le esperaba ronroneante para viajar de Soto del Real a Sotogrande, portando sus bolsas de piel como si fueran mancuernas y vestido homenajeando al Don Johnson de Corrupci¨®n en Miami. Confirmando la tendencia en moda masculina de este verano: c¨®moda americana azul mediterr¨¢neo sobre una camiseta blanca. Ya lo dijo Warhol: en las c¨¢rceles, como en los conventos, se enteran de todo y est¨¢n a la ¨²ltima.
En los colegios nos ense?aban que no hab¨ªa que portarse mal, pero portarse mal es casi siempre m¨¢s divertido que portarse bien. Y en diversi¨®n, Espa?a gana. Nuestros delitos y faltas son siempre presuntos, entre amigos del alma, y dif¨ªcilmente pasan de ese excitante estadio. Y al final, al igual que el treinta?ero E.T., volvemos a casa.
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