Las musara?as

Estos d¨ªas ha vuelto la sombra del Se?or de los Hilillos, aquel sobrenombre que cay¨® sobre Mariano Rajoy durante la cat¨¢strofe ecol¨®gica del Prestige y por la desafortunada frase en la que comparaba las fugas de fuel con ¡°hilillos de plastilina¡±. Nunca acert¨¦ a saber si hab¨ªa o no un oscuro punto de iron¨ªa en semejante descripci¨®n. Y lo mismo sucede ahora. ?Hab¨ªa alguna rec¨®ndita iron¨ªa al presentar el rescate financiero como una aut¨¦ntica victoria sobre los tozudos teutones? A estas alturas est¨¢ claro que lo mejor de Rajoy son sus silencios, pero cuando se pica y aplica en el debate, tiene algunos destellos que se atribuyen a esa forma gallega de iron¨ªa que es la retranca. John Rutheford, en el libro The power of the smile, cuenta un ejemplo de retranca: cuando caen chuzos, cuando arroya, la gente dice ¡°parece que va a llover¡±. ?l, catedr¨¢tico en Oxford, lo intent¨® experimentar con un colega para poner a prueba la iron¨ªa brit¨¢nica. ¡°Parece que va a llover¡±, le dijo un d¨ªa de aguacero. Y el otro lo mir¨® con preocupaci¨®n: ¡°?Sabes, John? Ha estado lloviendo con bastante fuerza toda la ma?ana¡±. Me gustar¨ªa que el presidente del Gobierno espa?ol saludase en la pr¨®xima cumbre con un flem¨¢tico: ¡°?Qu¨¦? ?Parece que va a llover!¡±. Pero me temo que no. Que la iron¨ªa se ha esfumado tambi¨¦n con la crisis. En su c¨ªrculo de confianza, Rajoy se hab¨ªa ganado fama de astucia, la cualidad del zorro. Sus propagandistas en la prensa adicta lo jalean como al toro de Osborne en el rapto de Europa. Y son tambi¨¦n de admirar las tertulianas embelesadas que glosan los comentarios marianos como sabios proverbios de un maestro zen. Pero en la prensa extranjera el calificativo m¨¢s suave es el de ¡°incompetente¡±, se le trata de ¡°Pinocho¡± y se mofan de su ¡°victoriosa payasada¡±. Es decir, ni zorro ni toro. Un hombre fuera de juego, cazando musara?as.