Mejor parecerse al bonobo
Ojal¨¢ el ser humano se pareciera m¨¢s a este primate que al chimpanc¨¦
El bonobo puede verse como la parte luminosa del pasado de nuestra especie. Aunque f¨ªsicamente muy parecido al chimpanc¨¦, su psicolog¨ªa y su naturaleza social no pueden ser m¨¢s diferentes. Las sociedades de bonobos no solo son pac¨ªficas, sino que aborrecen visceralmente la violencia; all¨ª son las hembras las que mandan, hasta el punto de que los machos permanecen vinculados a su madre hasta que la muerte los separa. Los machos no compiten ni pelean para trepar por la jerarqu¨ªa social, como en el caso de los chimpanc¨¦s y otros primates. Los bonobos tienden a resolver los conflictos haciendo el amor y no la guerra. El sexo es para ellos una forma m¨¢s de relaci¨®n social, que practican sin complejos en cualquier combinaci¨®n posible excepto entre madres e hijos; suelen practicarlo antes de comer, a diferencia de los humanos, pero se parecen a estos en otros aspectos de su vida er¨®tica: lo hacen de cara y en poco m¨¢s de 10 segundos.
El bonobo fue el ¨²ltimo de los grandes simios en ser descubierto ¡ªlo fue en 1929 y, curiosamente, gracias al cr¨¢neo preservado en un museo belga¡ª, y tambi¨¦n ha sido el ¨²ltimo en ver secuenciado su genoma, tras los del chimpanc¨¦, el orangut¨¢n y el gorila. De forma apropiada, los cient¨ªficos han usado el material gen¨¦tico de una hembra. Se llama Ulindi y vive en el zool¨®gico de Leipzig, cerca del Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva que ha coordinado la investigaci¨®n.
Como cab¨ªa esperar, el genoma del bonobo est¨¢ m¨¢s pr¨®ximo al del chimpanc¨¦ que al nuestro; la comparaci¨®n indica que bonobos y chimpanc¨¦s se separaron como linajes independientes hace dos millones de a?os; y que el tronco com¨²n de ambos se separ¨® del linaje humano hace seis millones de a?os. Hay, sin embargo, un 3% del genoma humano que no obedece esa pauta general, sino que est¨¢ m¨¢s pr¨®ximo al chimpanc¨¦ o al bonobo de lo que cualquiera de estos lo est¨¢ al otro.
Lo m¨¢s interesante para los investigadores es que esa es la misma pauta que se obtiene al comparar los comportamientos de las tres especies: al igual que ocurre con los genes, hay rasgos del comportamiento humano que se parecen m¨¢s al de los chimpanc¨¦s, y otros que se parecen m¨¢s al de los bonobos. Los cient¨ªficos esperan encontrar los sectores del genoma responsables de ello. Ojal¨¢ lo hagan pronto.
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