Ifni y Espa?a

Dice mi admirado Juan Goytisolo, en un art¨ªculo de opini¨®n publicado en este diario (La guerra olvidada, 7 de julio), que la ¡°legendaria relaci¨®n¡± entre Espa?a e Ifni se remonta a la fundaci¨®n de la torre de Santa Cruz de la Mar Peque?a por parte de Diego Garc¨ªa de Herrera.

Y no le falta raz¨®n. Pues son precisamente los derechos supuestamente generados por esta posesi¨®n, situada en la actual laguna de Jnifis y convertida en realenga en 1496 con la construcci¨®n de una nueva fortaleza, el argumento que invoca Espa?a para, a ra¨ªz del reconocimiento realizado en 1878, ocupar el enclave de Sidi Ifni, equivocada e interesadamente identificado con la factor¨ªa de Santa Cruz.

Sin embargo, las relaciones directas de la Corona de Castilla con este territorio tienen m¨¢s que ver con la actividad comercial que, desde finales del siglo XV, realizan algunos de sus s¨²bditos en la antigua ciudad caravanera de Tagaos, el actual Qsabi, localizado una decena de kil¨®metros al oeste de Guelmim y en el mismo borde de lo que fue el l¨ªmite sur de la colonia. Esta presencia dio origen a un tratado firmado en 1499, conocido como el pacto de la Vutata, donde se hace alusi¨®n expresa a los habitantes de Ifni.

A resultas de este acuerdo se decide la erecci¨®n de dos nuevas fortalezas: una en la propia Tagaos y otra en la desembocadura del r¨ªo que discurre a su vera, el Asaca. La primera nunca se lleg¨® a levantar y ¨¦sta, conocida como San Miguel de Asaca, tuvo una vida breve. Ambos enclaves forman parte de los yacimientos estudiados, desde 1995, en el marco de un programa hispano-marroqu¨ª de investigaciones arqueol¨®gicas financiado, por parte espa?ola, por el Ministerio de Cultura y la AECID.¡ª Jorge Onrubia Pintado. Co-director del proyecto ¡°Investigaciones arqueol¨®gicas en la regi¨®n de Sus-Tekna¡±.