Unidos y separados por la adicci¨®n
Eva Rausing llevaba varios d¨ªas muerta antes de que la polic¨ªa la encontrara Su marido, Hans Kristian Rausing, heredero del imperio Tetra Pak, ha sido detenido El matrimonio fue incapaz de superar la carga de ser demasiado rico
El abuelo crea. El padre expande. El hijo dilapida. El viejo refr¨¢n parece hecho a la medida de Hans Kristian Rausing. Su abuelo, Ruben Raising, invent¨® en los a?os cincuenta el tetra pak, el envase de cart¨®n que ahora nos parece que siempre ha existido. Sus hijos, Hans y Gad, expandieron el floreciente negocio familiar hasta convertirlo en una poderosa multinacional que invadi¨® el globo con envases de cart¨®n y acumular una inmensa fortuna.
A Hans Kristian Rausing, de 49 a?os, le ha tocado el papel de dilapidador. ?l, ni ha ampliado el negocio, ni lo ha diversificado. Pero, en realidad, tampoco lo ha dilapidado. Ser¨ªa demasiado f¨¢cil describirle como un playboy que ha consagrado su vida al placer. Probablemente ser¨ªa m¨¢s cierto decir que ha sido siempre un hombre desconcertado, ¡°a la deriva¡±, como explicaba estos d¨ªas dram¨¢ticos un amigo suyo. En Eva, de 48 a?os, encontr¨® a su alma gemela: hija de un millonario ejecutivo de Pepsi, tampoco ella sab¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con su vida. La vivieron juntos.
El lunes, la polic¨ªa le detuvo a ¨¦l en Wandsworth, en el sur de Londres, porque les llam¨® la atenci¨®n su forma err¨¢tica de conducir. En su coche encontraron importantes cantidades de droga dura. Fueron a su casa, un imponente edificio de estilo georgiano de seis plantas y un sinf¨ªn de habitaciones en Cadogan Place, una de las zonas m¨¢s exquisitas de Londres, en la frontera entre Chelsea y Mayfair.
En Eva, de 48 a?os, Hans Kristian encontr¨® a su alma gemela: hija de un millonario ejecutivo de Pepsi, tampoco ella sab¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con su vida. La vivieron juntos
All¨ª encontraron algo que no esperaban: el cad¨¢ver de Eva en una cama. Se cree que llevaba tres o cuatro d¨ªas muerta y que falleci¨® de sobredosis, aunque la primera autopsia no ha permitido establecerlo. La droga les hab¨ªa unido. Se hab¨ªan conocido hace 25 a?os en un centro de desintoxicaci¨®n en Estados Unidos. Solo la droga les ha podido separar.
Su problema, parece, es haber tenido demasiado dinero. Y no saber qu¨¦ hacer con sus vidas. ?l, hijo de Hans, cuya fortuna era ya de miles de millones cuando ¨¦l naci¨®, nunca se vio tentado por los negocios. Se fue de joven a la India y a Katmand¨². Y all¨ª tropez¨® para siempre con la hero¨ªna.
Cuando le detuvieron en Wand??s????worth, Hans Kristian era incapaz de articular frases coherentes. El martes le ingresaron en un centro m¨¦dico, aquejado probablemente del s¨ªndrome de abstinencia. ?l era la mitad taciturna de la pareja. El hombre ¡°decente¡±, ¡°generoso¡±, ¡°voluntarioso¡±. Pero tambi¨¦n incapaz de encontrar sentido a la vida: ha tenido siempre todos los bienes materiales, pero nunca ha sabido muy bien qu¨¦ hacer con el tiempo.
Ella hab¨ªa seguido el mismo camino. Lo cont¨® en su p¨¢gina de MySpace en 2007. A¨²n no ten¨ªa los 20 cuando fue a la universidad en California. ¡°Lo pas¨¦ bien. Demasiado bien, porque lo dej¨¦ y no volv¨ª a la universidad hasta la avanzada edad de 24 a?os. Lo que deja unos cuantos a?os turbios entre medias¡±, escribe. ¡°Al principio fue divertido, pero el final no fue tan divertido. Tuve la suerte de tener una familia cari?osa y solidaria que me apoy¨®, aunque entonces no siempre lo supe ver as¨ª¡±, a?ade.
Hans Kristian nunca se vio tentado por los negocios de su padre. Se fue de joven a la India y a Katmand¨². Y all¨ª tropez¨® para siempre con la hero¨ªna
Eva no revela qui¨¦n es su marido, pero explica que tuvo cuatro hijos, ¡°lo mejor que he hecho en mi vida¡±. Dos ni?as y dos ni?os que ahora tienen entre 12 y 17 a?os. ¡°Y a¨²n estoy casada, parece incre¨ªble, con el m¨¢s amable, paciente y leal marido. He tenido la suerte inmensa de que siempre me ha aguantado. Muchos no lo habr¨ªan hecho¡±, confiesa. Y explica que ha vuelto ¡°al agujero¡±.
De esos escritos, de las fotograf¨ªas que se han divulgado de a?os mejores, de los comentarios de amigos, de conocidos, de la gente que les trat¨® en sus numerosas obras ben¨¦ficas, casi siempre relacionadas con la atenci¨®n a las adicciones, solo se puede deducir que no pod¨ªan vivir separados. Ella era ¡°la fuerza motriz¡± de la pareja, dice una amiga. ¡°Dulce, encantadora e infantil, pero brillante y muy dedicada a la causa¡±, la describe lord Mancroft, antiguo presidente de Mentor, una organizaci¨®n consagrada a proteger a los ni?os del alcohol y las drogas.
¡°Estamos de acuerdo en que las drogas son malas¡±, le coment¨® un d¨ªa a Eva el entonces director de Mentor, Eric Carlin. ¡°No, a m¨ª me encantan las drogas. Ese es el problema¡±, le respondi¨® ella.
Hans Kristian y Eva Rausing siempre estuvieron vinculados a la droga. Disfrut¨¢ndola. Intentando dejarla. Disfrut¨¢ndola de nuevo. Ayudando a otros a dejarla. De sus problemas con las drogas, con las drogas m¨¢s duras, solo sab¨ªan los ¨ªntimos y quienes trabajaban con ellos en organizaciones como Mentor, o como Action on Addiction. ¡°A veces, la filantrop¨ªa se concede con p¨²blica fanfarria. Nunca fue as¨ª en el caso de los Rausling. Ellos daban en silencio y con modestia, sin querer ser nunca el centro de atenci¨®n¡±, ha explicado Nick Barton, director de Action on Addiction.
¡°Estamos de acuerdo en que las drogas son malas¡±, le comentaron a Eva. ¡°No, a m¨ª me encantan las drogas. Ese es el problema¡±, respondi¨® ella.
Pero esa publicidad, que nunca quisieron, la encontraron de repente en 2008, cuando se descubri¨® que Eva llevaba crack y hero¨ªna en el bolso un d¨ªa que asist¨ªa a un acto en la Embajada de Estados Unidos en Londres. En su casa encontraron mucha m¨¢s. No llegaron a ser procesados: sus abogados lograron evitarlo, a cambio de que se comprometieran a un tratamiento de desintoxicaci¨®n. Uno m¨¢s en su vida.
Desde entonces, Eva y Hans Kristian, siempre inseparables, se fueron recluyendo cada vez m¨¢s. Ten¨ªan una gran mansi¨®n y tres criados, pero viv¨ªan encerrados en dos habitaciones ¡°que hab¨ªan convertido en un antro de drogas¡±, ha declarado un amigo que dice que les visit¨® hace poco. ¡°Estaba lleno de mugre. Nadie hubiera dicho que eran multimillonarios. Eso demuestra el efecto de las drogas. No pod¨ªan cuidar de s¨ª mismos o de la casa. Solo usaban dos habitaciones, aunque ten¨ªan docenas. Es muy, muy triste¡±.
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