Cuentas con dudas
Aunque la solvencia exterior sea prioritaria, los nuevos recortes fiscales agravar¨¢n la recesi¨®n
El Gobierno aprob¨® ayer un cambio radical en la estrategia econ¨®mica para hacer frente a la recesi¨®n y a la angustiosa situaci¨®n de la deuda. Este cambio, que ya era urgente a finales de 2011, y cuyo retraso costar¨¢ a la sociedad recortes m¨¢s dr¨¢sticos de los previstos, se articula a trav¨¦s de una subida del IVA (impuesto sobre el valor a?adido) de tres puntos como media que se aplicar¨¢ a partir del 1 de septiembre y una reducci¨®n de las cotizaciones sociales, un punto en 2013 y otro en 2014. En un periodo recesivo y con nula capacidad de gasto p¨²blico debido a la obligaci¨®n de reducir el d¨¦ficit, solo cab¨ªa aumentar el IVA, el impuesto con m¨¢s potencia recaudatoria, e intercambiar el impacto perjudicial sobre el consumo por ese est¨ªmulo del empleo, m¨¢s eficaz que cualquier otra medida fiscal, que es la rebaja de las cotizaciones.
Esta era la estrategia, u otra similar, que se esperaba del Gobierno de Rajoy en diciembre de 2011. Pero las decisiones econ¨®micas desde entonces han sido err¨®neas. La primera fue la subida del impuesto sobre la renta, una medida que ha perjudicado el ahorro privado. En una econom¨ªa lastrada por el endeudamiento exterior, la l¨ªnea de acci¨®n m¨¢s correcta hubiera sido aumentar la imposici¨®n indirecta, cuya presi¨®n media est¨¢ lejos de la media europea, e incentivar el ahorro para reducir la dependencia de la financiaci¨®n exterior. La evidencia de que el ajuste del d¨¦ficit en 2012 est¨¢ muy lejos de cumplir sus objetivos ha llevado a Bruselas, el BCE y el FMI a imponer una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s coherente con la situaci¨®n real de la econom¨ªa espa?ola. El Gobierno aprob¨® ayer las l¨ªneas maestras exigidas por la troika (incluido el recorte del sueldo de los funcionarios, la supresi¨®n de la deducci¨®n por vivienda y una reducci¨®n de las prestaciones por desempleo); la vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa explic¨® la dependencia con la idea de que el gran ajuste es obligado porque Espa?a ¡°vive uno de los momentos m¨¢s dram¨¢ticos de su historia¡±.
La nueva pol¨ªtica econ¨®mica tiene como finalidad la estabilidad presupuestaria y la recuperaci¨®n de la solvencia de la deuda espa?ola. No atiende a la recuperaci¨®n de la actividad y el empleo. Las medidas adoptadas tienen un efecto recesivo, dif¨ªcil de calcular, pero en todo caso superior a una d¨¦cima de PIB por a?o. Todo se f¨ªa a una recuperaci¨®n de la confianza a corto plazo, de forma que la econom¨ªa se libere de un coste financiero p¨²blico insoportable, en torno al 7% que para las empresas se convierte en m¨¢s del 8%. Si la nueva estrategia gana la apuesta de la confianza, despu¨¦s de otros seis trimestres de recesi¨®n podr¨¢ atisbarse alg¨²n tipo de recuperaci¨®n. Pero el diferencial de deuda no est¨¢ mejorando con este cambio de rumbo. Es necesario insistir en que el BCE debe apoyar sin l¨ªmite esta pol¨ªtica econ¨®mica con compras de deuda.
Hay m¨¢s. El prop¨®sito del Gobierno es ejecutar un ajuste de 65.000 millones en dos a?os y medio. Hay muchas dudas sobre si salen las cuentas. En primer lugar, solo con las medidas anunciadas no parece que se pueda conseguir; hace falta explicar y aclarar m¨¢s. Y tampoco se conoce cu¨¢l es el grado de cumplimiento de los ajustes previos. Una de las causas de la baja credibilidad de la econom¨ªa (adem¨¢s de la insistencia del Gobierno en que aprueba medidas que ¡°no le gustan¡±) es la ausencia de memorias econ¨®micas que explican los motivos de cada ajuste, el impacto sobre la econom¨ªa y su grado de ejecuci¨®n. En segundo lugar, el recorte del d¨¦ficit previsto en 2014 requiere m¨¢s de 65.000 millones. Otra vez hay que exigir un plan de estabilidad a tres a?os que detalle los efectos de las medidas aprobadas ayer, los de los recortes anteriores y cu¨¢les ser¨¢n los ajustes en reserva para 2013 y 2014. Ser¨¢n necesarios.
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