La ambiciosa improvisaci¨®n de Europa
Hay que sincronizar los presupuestos nacionales, coordinar la pol¨ªtica econ¨®mica y mutualizar la deuda
Tras la escalada de la crisis del euro y las decisiones adoptadas en la ¨²ltima cumbre de la Uni¨®n Europea, especialmente el compromiso de los l¨ªderes de la UE a emprender el camino ¡°hacia una verdadera uni¨®n econ¨®mica y monetaria¡±, tenemos que preguntarnos qu¨¦ viene despu¨¦s. Sea cual sea el resultado final, la crisis actual dar¨¢ forma de manera fundamental al futuro de la integraci¨®n europea.
En el peor de los casos, la crisis de la deuda soberana de Europa podr¨ªa provocar la implosi¨®n de la Eurozona, con efectos negativos inmediatos para la propia UE. Afortunadamente, se trata de una situaci¨®n todav¨ªa poco probable, ya que los pa¨ªses de la UE (tanto dentro como fuera de la Eurozona) parecen dispuestos a evitar la gran cat¨¢strofe econ¨®mica, financiera, pol¨ªtica y social que implicar¨ªa. Pero con el tiempo ha aumentado el peligro de una desintegraci¨®n fundamental, llegando hoy a ser un riesgo que no se puede excluir.
Al mismo tiempo, parece poco probable que los Estados miembros se encuentren preparados y sean capaces de dar un gran salto hacia unos ¡°Estados Unidos de Europa¡±, es decir, una genuina entidad federal en la que acepten renunciar a parte de su soberan¨ªa nacional a una escala sin precedentes.
Si vemos el historial desde 2010, podemos concluir que el enfoque predominante de la UE en el futuro previsible ser¨¢ la ¡°improvisaci¨®n¡±. Pero, a diferencia del pasado, las crecientes presiones existenciales sobre la moneda com¨²n y la vigilancia constante por parte de los mercados y los ciudadanos exigir¨¢n respuestas pol¨ªticas audaces que deber¨¢n superar con mucho el m¨ªnimo com¨²n denominador.
Puede que tengamos que reformar los Parlamentos y las Constituciones nacionales
A fin de cuentas, lo m¨¢s probable es que la ¡°improvisaci¨®n ambiciosa¡± lleve a un mayor grado de integraci¨®n sui generis en lo econ¨®mico y fiscal (especialmente entre los pa¨ªses de la Eurozona), lo cual incluye una sincronizaci¨®n vinculante de los presupuestos nacionales, mayor coordinaci¨®n econ¨®mica y, finalmente, tambi¨¦n alguna forma limitada de mutualizaci¨®n de la deuda. En otras palabras, para llegar a una soluci¨®n de la crisis ser¨¢ necesario profundizar el proyecto europeo, aunque sea imposible predecir el resultado final, ya que surgir¨¢ de un complejo proceso de conciliaci¨®n de posiciones divergentes y opuestas, tanto dentro de la UE como entre los pa¨ªses de la Eurozona.
Los l¨ªderes de la UE han pedido a Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, que desarrolle, en estrecha colaboraci¨®n con los presidentes de la Comisi¨®n Europea, el Eurogrupo y el Banco Central Europeo, una hoja de ruta para lograr una ¡°genuina uni¨®n econ¨®mica y monetaria¡±. El informe final, que se entregar¨¢ en diciembre de 2012, debe identificar qu¨¦ pasos adicionales se pueden tomar sobre la base de los tratados vigentes de la UE y para qu¨¦ medidas es necesaria la modificaci¨®n de los mismos.
Dada la urgencia de la crisis, podr¨ªa plantearse la necesidad de establecer acuerdos intergubernamentales adicionales y externos al marco de los actuales tratados de la UE para algunas de las medidas m¨¢s inmediatas que apunten a un mayor nivel de integraci¨®n econ¨®mica y fiscal y que no sean exigibles en la actualidad. Este enfoque no debe ser un objetivo en s¨ª mismo, pero podr¨ªa ser un mal necesario para evitar el peligro de una implosi¨®n del euro.
Sin embargo, si se desea recuperar la coherencia institucional es necesario incorporar tan pronto como sea posible a la legislaci¨®n b¨¢sica y central de la Uni¨®n los elementos de seguridad jur¨ªdica y responsabilidad democr¨¢tica que son tan esenciales para el ¡°pacto fiscal¡± y cualesquiera otros acuerdos futuros entre los Gobiernos de la UE. Para avanzar hacia una verdadera uni¨®n econ¨®mica y monetaria tambi¨¦n habr¨¢ que emprender reformas institucionales m¨¢s fundamentales. Este proceso no puede limitarse a los Gobiernos: deber¨¢ incluir al Parlamento Europeo y a los Parlamentos nacionales en el marco de una nueva Convenci¨®n Europea.
Va a ser un camino largo, lleno de baches y arriesgado
Asimismo, para alcanzar un mayor nivel de integraci¨®n econ¨®mica, fiscal y pol¨ªtica habr¨¢ que modificar las Constituciones nacionales. Es inevitable que la ratificaci¨®n del nuevo Tratado de la Uni¨®n Europea y la adaptaci¨®n de las Constituciones nacionales implique la realizaci¨®n de referendos en varios pa¨ªses. Teniendo en cuenta el rechazo al tratado constitucional de la UE en 2005 en Holanda y Francia y la creciente frustraci¨®n de los ciudadanos europeos con la Uni¨®n y su gesti¨®n de la crisis, el resultado ser¨ªa muy incierto, pero es un riesgo que se debe tomar. El peligro de una implosi¨®n del euro o un potencial abandono de la moneda com¨²n puede llegar a ser argumento suficientemente s¨®lido como para ¡°persuadir¡± a la mayor¨ªa de los europeos a votar por el s¨ª.
La ¡°improvisaci¨®n ambiciosa¡± ser¨¢ un camino largo, lleno de baches y arriesgado que probablemente acabe de modo muy diferente de las expectativas actuales. Sin embargo, antes de que la UE se embarque en esta traves¨ªa inevitable e incierta, sus instituciones y Estados miembros (?apoyados activamente por el Banco Central Europeo!) deben crear una red de seguridad que pueda proteger al euro y a la propia Uni¨®n de caer de bruces si en los pr¨®ximos a?os la situaci¨®n se complica m¨¢s todav¨ªa.
Despu¨¦s de todo, es probable que la crisis de la deuda siga generando presiones econ¨®micas, fiscales y de mercado. Y, cada vez m¨¢s, la UE y sus miembros deber¨¢n adem¨¢s hacer frente a los ¡°da?os colaterales¡±: sus consecuencias inesperadas e indeseadas en los niveles europeo y nacional.
Entre ellos podemos mencionar un aumento del nacionalismo y el populismo antieuro/UE, los retos sociales que se agravan en muchos de los pa¨ªses miembros, el creciente ¡°d¨¦ficit democr¨¢tico¡± en el interior de ellos y en la UE, el ambiente envenenado entre los pa¨ªses de la UE, y la falta de coaliciones estables y proactivas que empujen en la misma direcci¨®n. Podr¨ªan llevar a un punto muerto que en la situaci¨®n actual equivaldr¨ªa a retroceder, poniendo en peligro no solo las perspectivas de futuro de la integraci¨®n europea, sino tambi¨¦n sus logros pasados.
En estas circunstancias, la ¡°improvisaci¨®n ambiciosa¡± es el camino m¨¢s probable y promisorio. No ser¨¢ f¨¢cil ni dar¨¢ tiempo para la complacencia, pues cabe prever que la UE siga en estado de crisis por alg¨²n tiempo. Pero puede que sea la ¨²nica manera de hacerla avanzar.
Janis A. Emmanouilidis es analista s¨¦nior del Centro de Pol¨ªtica Europea.
? Project Syndicate, 2012.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen.
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