La foto de un consenso
Muchos echan de menos el m¨¦todo de discusi¨®n y pacto que funcion¨® durante la Transici¨®n
El fallecimiento de Gregorio Peces-Barba ha tra¨ªdo de nuevo a los medios de comunicaci¨®n las im¨¢genes de aquellos siete padres de la Constituci¨®n ¡ªmadres no hubo porque la incorporaci¨®n generalizada de la mujer a la pol¨ªtica es obra de la democracia¡ª que reun¨ªan a personas de un arco muy plural, desde un sector de la derecha procedente del franquismo, hasta el Partido Comunista.
Fue el s¨ªmbolo del procedimiento de discusi¨®n y pacto usado para transitar, en una relativa paz, de la dictadura a una democracia europea. Su complemento fueron los Acuerdos de la Moncloa, con los que se intent¨® hacer frente a los graves desequilibrios econ¨®micos con que ech¨® a rodar la democracia. No faltan hoy los que denuncian todo eso como una claudicaci¨®n o un pasteleo y, desde luego, como una debilidad inadmisible en tiempos contrarios a la cultura de la transacci¨®n.
Sin embargo, se est¨¢ recuperando el valor de esas ideas entre buen n¨²mero de espa?oles de a pie, que intuyen que las situaciones l¨ªmite requieren de importantes reformas y, sobre todo, de un proyecto compartido.
Cierto que no estamos ya en la ¨¦poca en que los trabajos constitucionales y los pactos de La Moncloa se realizaban en medio de la expectaci¨®n suscitada por el cambio de r¨¦gimen (salvo entre los extremistas) y a convocatoria de Adolfo Su¨¢rez, que contaba solo con mayor¨ªa relativa frente a una izquierda parlamentaria dispuesta a que nadie le ninguneara. La historia es irrepetible y adem¨¢s el actual Gobierno de Mariano Rajoy dispone de mayor¨ªa absoluta. No obstante, muchos simpatizantes del PP tambi¨¦n son partidarios de pactos, como muestran los sondeos.
Valorar el consenso de la Transici¨®n como el origen de los males de hoga?o no solo deforma la historia, sino que va en contra de una amplia aspiraci¨®n a procedimientos capaces de superar las grandes dificultades. Cuando Felipe Gonz¨¢lez apremia al actual jefe del Gobierno a que convoque ¡°un gran acuerdo nacional¡±, no hace sino sumarse a una corriente de opini¨®n transversal, que no se enga?a respecto a su efecto taumat¨²rgico sobre la crisis, pero cree que un plan compartido podr¨ªa contribuir a conseguirlo.
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