Pobres... pero imaginativas
Pasear por Par¨ªs es un lujo (las vacaciones siempre lo son), y en esta ciudad de los m¨²ltiples incentivos culturales y de los placeres gastron¨®micos tambi¨¦n se puede comer con los ojos. El street art o arte callejero est¨¢ por todas partes, como una alternativa canalla, chispeante y contestataria al despampanante glamour de los escaparates.
Y como los mensajes sociales nunca se olvidanen el revolucionario men¨² de la igualdad, la libertad y la fraternidad, aparecen hasta en los apuntes m¨¢s sutiles de ese arte callejero urbano. Muros, aceras, postes, locales vac¨ªos... Los rincones donde estampar esos mensajes son m¨²ltiples, pero hay que reducir la velocidad de los pasos para fijarse en las llamadas de atenci¨®n.En uno de esos locales comerciales cerrados por la crisis generalizada, en una calle recoleta, una vallacon unos colorines atrapa la mirada: hay una sentencia, directa como un titular period¨ªstico, como una pancarta lista para ser grabada por una c¨¢mara. "75 % des femmes = pauvres". Y lo recuerda el signo del sexo femenino. Pero la colocaci¨®n de las puntadas es (?intencionadamente?) ambigua. ?Un 75% de las mujeres vive en la pobreza? ?Un 75% de los pobres son mujeres? Lo cierto es que ellas sufren en mayor medida la pobreza que ellos.
Es un mensaje de g¨¦nero. Una mini-manifestaci¨®n para que los ciudadanos de Par¨ªs y los miles de turistas que se quedan extasiados ante esos escaparates con la moda m¨¢s exclusiva del mundo sepan que no todo es riqueza lo que reluce. Est¨¢ claro (suponemos quienes hemos detectado el mensaje entre tanto atractivo monumental) que lo ha dejado una mano femenina. Las letras no est¨¢n pintadas, est¨¢n tejidas amano con lana de colores; enredadas con paciencia y detenimiento entre los alambres de la valla. Es una pieza de arte callejero en plan arte pobre pero imaginativo.
Puede que nos equivoquemos y que ese mensaje tricotado de agitaci¨®n social lo hayan hecho unas manos masculinas. Son muchos los reportajes que hablan ahora del regreso de las labores de la mam¨¢ o la abuela, del buenrollismo y del jersey de lana, de la re-celebraci¨®n de lo casero. Pero si la crisis empuja a las mujeres a casa, por m¨¢s mensajes pol¨ªticosde forma abierta o subliminal que haya, las tejedoras concienciadas parece que sacar¨¢n las agujas de punto, muy afiladas,a todas las vallas o barreras que les pongan por delante.
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