El porqu¨¦ de un refer¨¦ndum
El PP no ha cumplido su ¡°contrato¡± electoral con la sociedad y esta debe ser consultada
La crisis econ¨®mica financiera en la que estamos inmersos ha devenido en crisis social si entendemos por esta aquella situaci¨®n que se caracteriza por el empobrecimiento y la desprotecci¨®n de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y que tiene como consecuencia la fractura de la cohesi¨®n social y la exclusi¨®n.
En efecto, las pol¨ªticas promovidas desde las instituciones europeas y seguidas, unas veces de forma resignada y otras con verdadera devoci¨®n, por los ¨²ltimos gobiernos nos est¨¢n llevando al desastre social. El determinismo con el que se ha planteado la pol¨ªtica de austeridad, sin dar una oportunidad a las pol¨ªticas de crecimiento, nos est¨¢ hundiendo m¨¢s en la crisis hasta el punto de que Alemania est¨¢ viendo c¨®mo su actividad econ¨®mica se ralentiza y pa¨ªses como Francia e Italia, adem¨¢s de Espa?a, entran nuevamente en recesi¨®n. Grecia, Irlanda y Portugal no est¨¢n hoy mejor que hace dos a?os, a pesar del inmenso sufrimiento al que se ha sometido a sus ciudadanos.
El deterioro al que est¨¢n siendo sometidos los derechos sociales y laborales y las redes de protecci¨®n; el empobrecimiento de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n; la nula equidad de las medidas que se vienen adoptando; el ver c¨®mo los ricos y poderosos salen de rositas as¨ª como la forma en que las medidas se deciden est¨¢n alimentando un profundo sentimiento de injusticia e indignaci¨®n entre la ciudadan¨ªa que se traduce en animadversi¨®n hacia quienes desde la atalaya del poder deciden aplicarlas. Sentimientos que se extienden al conjunto de las instituciones con un serio riesgo de desafecci¨®n democr¨¢tica creciente, como de alguna manera ha quedado reflejado en la ¨²ltima encuesta del CIS.
Las medidas aplicadas para enfrentar la crisis econ¨®mica est¨¢n generando una crisis social y la forma en que se est¨¢n haciendo las cosas desde las instancias de poder est¨¢ llevando a una crisis pol¨ªtica de la que ahora solo conocemos su proyecci¨®n estad¨ªstica pero que puede tener expresiones m¨¢s dram¨¢ticas e indeseables, como la Historia se ha encargado de ense?arnos.
Parte de la desafecci¨®n que siente la ciudadan¨ªa hacia las instituciones democr¨¢ticas se justifica por la distancia que se percibe entre lo que los representantes pol¨ªticos dicen cuando est¨¢n en campa?a electoral y lo que hacen cuando llegan al poder, en c¨®mo se ejerce la actividad pol¨ªtica y en c¨®mo las instituciones y formaciones pol¨ªticas se relacionan con los ciudadanos.
La prepotencia, la falta de di¨¢logo o la manera de transmitir la informaci¨®n son cuestiones que no pasan desapercibidas a la ciudadan¨ªa, que tiene la madurez suficiente para reaccionar cuando considera que desde el poder se la desprecia o pretende tratar como est¨²pida, que es lo que ha sucedido recientemente con la manera en que el Gobierno present¨® el ¡°rescate¡± bancario. O c¨®mo cuando se entera por la prensa internacional de la preparaci¨®n de un nuevo ¡°rescate¡± que, como el anterior, tampoco estar¨¢ condicionado pero que terminar¨¢ pagando y padeciendo el conjunto de la poblaci¨®n.
El 20 de noviembre nadie pudo pronunciarse sobre las medidas que se han tomado despu¨¦s
El PP gan¨® leg¨ªtimamente las elecciones generales con un programa en el que no constaba ninguna de las principales medidas que se est¨¢n aplicando. Tampoco aparecieron en el debate de investidura e, incluso despu¨¦s, cuando se les ha preguntado por qu¨¦ aplican las medidas que sufrimos en la actualidad las han negado sistem¨¢ticamente.
El Gobierno no puede escudarse en el argumento de que los ciudadanos les votaron para superar la crisis y que las medidas que ahora aplica van en esa direcci¨®n. Porque los ciudadanos queremos que se supere la crisis, s¨ª, pero tambi¨¦n queremos y tenemos derecho a saber c¨®mo se har¨¢, qu¨¦ nos supondr¨¢ en nuestras condiciones y expectativas de vida y si los esfuerzos a realizar se practicar¨¢n de forma equilibrada.
El 20 de noviembre nadie pudo pronunciarse sobre el abaratamiento del despido, sobre la individualizaci¨®n de las relaciones laborales, sobre los recortes en educaci¨®n y sanidad, sobre el incremento de los impuestos, sobre la reducci¨®n de salario y empleo en las administraciones y empresas p¨²blicas, sobre los recortes en dependencia, sobre la reducci¨®n de las prestaciones por desempleo....
As¨ª las cosas, se entender¨¢ que amplios sectores de la sociedad consideremos que estamos ante un flagrante incumplimiento del ¡°contrato¡± electoral establecido entre el PP y la sociedad espa?ola, que solo puede resolverse democr¨¢ticamente si el programa de gobierno que desconoc¨ªamos y que ahora padecemos se somete a consideraci¨®n de la misma.
No estamos planteando nada estrafalario, pese a algunas opiniones, simplemente estamos recurriendo a la Constituci¨®n espa?ola que en su art¨ªculo 92.1 establece literalmente: ¡°Las decisiones pol¨ªticas de especial trascendencia podr¨¢n ser sometidas a refer¨¦ndum consultivo de todos los ciudadanos¡±.
Tenemos precedentes. En la d¨¦cada de los ochenta el Gobierno socialista, pese a contar con una mayor¨ªa absoluta de 202 diputados, someti¨® a refer¨¦ndum la entrada de Espa?a en la OTAN. Se trataba entonces, como ahora, de una decisi¨®n pol¨ªtica de especial trascendencia que adem¨¢s no hab¨ªa figurado en su programa electoral.
Volvemos a estar ante ¡°decisiones pol¨ªticas de especial trascendencia¡± pues pueden cambiar dr¨¢sticamente el cuadro de derechos en Espa?a. Si a esto le a?adimos que estas medidas las sufrimos todos pero nadie ha podido opinar sobre ellas, se entender¨¢ que pidamos que el Gobierno convoque un refer¨¦ndum para que la ciudadan¨ªa pueda expresar libremente su opini¨®n sobre si este es el camino a seguir para superar la crisis.
Ignacio Fern¨¢ndez Toxo es secretario general de Comisiones Obreras y C¨¢ndido M¨¦ndez, de la UGT.
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