Estrategias err¨®neas
La amenaza de recesi¨®n en la zona euro prueba la necesidad de pol¨ªticas de reactivaci¨®n
La amenaza de recesi¨®n en los pa¨ªses del euro es un hecho. En conjunto, el PIB de las econom¨ªas de la Eurozona se contrajo en dos d¨¦cimas durante el segundo trimestre de 2012, a pesar de que Alemania creci¨® un poco m¨¢s de lo esperado en t¨¦rminos intertrimestrales (0,3%) y Francia consigui¨® evitar una ca¨ªda del PIB, aunque sigue en fase de estancamiento. Pero Espa?a, Italia y Portugal acumulan m¨¢s de dos trimestres de ca¨ªda. El moderado crecimiento alem¨¢n no es suficiente para compensar el lastre de las econom¨ªas sometidas a intensos ajustes presupuestarios, cuya reactivaci¨®n no est¨¢ prevista al menos en los pr¨®ximos cuatro trimestres.
A efectos de la Eurozona, Alemania y los pa¨ªses asociados ideol¨®gicamente a la austeridad presupuestaria (como Finlandia, cuyo PIB se ha contra¨ªdo el 1% en el segundo trimestre despu¨¦s de crecer el 0,8% en el primero) est¨¢n pagando el precio de una estrategia econ¨®mica equivocada, consistente en imponer en todos los pa¨ªses del ¨¢rea monetaria restricciones presupuestarias y f¨¦rreos controles del d¨¦ficit sin contrapartida alguna. Esta estrategia de moderaci¨®n universal propicia alguna mejora competitiva en la econom¨ªa dominante (en este caso Alemania), bien porque sus exportaciones aumenten, bien porque absorba los flujos de capitales procedentes de pa¨ªses cuya deuda sufre una presi¨®n mayor. Pero rompe el equilibrio econ¨®mico y pa¨ªses como Francia o Finlandia corren el riesgo de pagar la factura de las recesiones de pa¨ªses como Espa?a o Italia.
En una zona monetaria, las depresiones de unos pa¨ªses se contagian o debilitan a otros. Los ajustes de gasto p¨²blico y los costes financieros punitivos a cambio de los rescates agravan el hundimiento de la demanda en los pa¨ªses damnificados y penalizan el ahorro necesario para hacer frente a los compromisos de deuda. En Espa?a, el Gobierno se ha encargado adem¨¢s de agravar el problema castigando innecesariamente la formaci¨®n del ahorro. El conjunto de la Eurozona no respirar¨¢ c¨®modamente hasta que se reactiven las econom¨ªas llamadas perif¨¦ricas. Este es un argumento que puede demostrarse emp¨ªricamente y que se confirmar¨¢ probablemente durante los pr¨®ximos trimestres.
La situaci¨®n tiende a empeorar pol¨ªticamente, porque la desaceleraci¨®n econ¨®mica en Europa resta capacidad de crecimiento a Estados Unidos y Jap¨®n; a partir de septiembre aumentar¨¢ la presi¨®n de Estados Unidos para que Bruselas, Berl¨ªn y Fr¨¢ncfort atemperen las estrategias de austeridad a cualquier precio y propongan pol¨ªticas de crecimiento complementarias con la estabilidad de la deuda. Tambi¨¦n subir¨¢ la temperatura social de los pa¨ªses que eliminan la protecci¨®n social y soportan tasas de desempleo incompatibles con la estabilidad interna. Como Espa?a. Las ventajas de los ajustes radicales no est¨¢n muy claras (en Espa?a el d¨¦ficit permanece en torno al 8% del PIB a pesar de las continuas mutilaciones del gasto en sanidad y educaci¨®n), pero el malestar crece por momentos.
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