Correa acoge a Assange

La saga judicial de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, se agrav¨® ayer con la decisi¨®n de Ecuador de otorgarle ¡°asilo diplom¨¢tico¡± en su Embajada en Londres, y la previa amenaza del Gobierno brit¨¢nico de sacarle por la fuerza en virtud de la legislaci¨®n local, una acci¨®n extrema de dif¨ªcil encaje en el derecho internacional para un caso como este. Pese a todo, y en medio del enredo judicial y diplom¨¢tico, conviene recordar que, pese a alguna de las afirmaciones del Gobierno ecuatoriano, el pa¨ªs que reclama al activista australiano no es una dictadura, sino Suecia, y el motivo no se refiere a la libertad de expresi¨®n o a la filtraci¨®n de documentos secretos de EE UU, sino a una investigaci¨®n por supuestas agresiones sexuales.

Los fundamentos de esta causa son confusos y todav¨ªa no hay formulado cargo alguno contra Assange, pero es la justicia sueca la que ha de resolver. Suecia es una democracia y uno de los pa¨ªses que m¨¢s ha hecho por impulsar los valores del Estado de derecho y la protecci¨®n de las mujeres, por lo que no cabe poner en duda sus intenciones. Pero Assange y sus defensores mantienen que de Suecia ser¨ªa extraditado a EE UU como represalia por la publicaci¨®n de los documentos del Departamento de Estado, entre otras informaciones. Asistimos, por tanto, a un nuevo episodio en la estrategia de defensa de Assange. Tiene todo el derecho a ello.

Sin embargo, en un claro desaf¨ªo a Reino Unido y a EE UU, el Gobierno de Rafael Correa ha acordado mantener a Assange en su Embajada en Londres bajo ¡°asilo diplom¨¢tico¡±. Es una f¨®rmula que se aplica en pa¨ªses latinoamericanos y que Londres no reconoce, raz¨®n por la que se niega a dejar que el l¨ªder de Wikileaks abandone el pa¨ªs. El Gobierno ecuatoriano dice actuar en nombre de la defensa de una libertad de expresi¨®n que el propio Correa ¡ªentrevistado en televisi¨®n por el antiguo hacker australiano¡ª maneja no siempre con las debidas garant¨ªas en su pa¨ªs.

El caso Assange parece abocado a un callej¨®n sin salida que ha abierto una grave crisis diplom¨¢tica entre Quito y Londres. Es, por tanto, fundamental preservar el derecho internacional y el derecho a la defensa del acusado. Ser¨ªa un grave error que la polic¨ªa brit¨¢nica allanara la Embajada ecuatoriana. En su amenaza de suspender la inviolabilidad de una sede diplom¨¢tica, Londres ha esgrimido una ley que aprob¨® en 1987 a ra¨ªz de un caso extremo: la muerte de un polic¨ªa en Londres por disparos desde la Embajada libia. Sin embargo, esa legislaci¨®n, aunque requiere la tutela de un juez, vulnera la Convenci¨®n de Viena de 1961. De momento, Assange tendr¨¢ que limitar su vida a la Embajada ecuatoriana en Londres. Si pone un pie fuera ser¨¢ detenido. Una situaci¨®n mucho m¨¢s confortable que la de Bradley Manning, que fue quien filtr¨® a Wikileaks mucha informaci¨®n sensible. Pendiente de juicio, el soldado est¨¢ aislado en una prisi¨®n de Virginia. Sobre su suerte tambi¨¦n debe centrarse la atenci¨®n mundial.