Respeto a la comisi¨®n
El derecho a la defensa no debe impedir llegar a fondo en la investigaci¨®n del fraude de los ERE
La comisi¨®n parlamentaria que investiga el fraude de los ERE en Andaluc¨ªa no pod¨ªa comenzar con peor pie. La mayor parte de los comparecientes hasta ahora se han negado a responder a las preguntas y solo el ¨²ltimo d¨ªa, cuando han sido llamados altos responsables pol¨ªticos, la comisi¨®n ha podido entrar en materia. Evidentemente, a los convocados les asiste el derecho a no declarar para no perjudicarse, pero podr¨ªan haberlo hecho de una forma m¨¢s respetuosa con la comisi¨®n, por ejemplo manteniendo un prudente silencio tras negarse a responder, en lugar de lanzar alegatos autoexculpatorios.
El inicio de la comisi¨®n ha vuelto a mostrar la dificultad que entra?a la coexistencia en el tiempo de una investigaci¨®n parlamentaria y otra judicial. Ciertamente debe evitarse que la indagaci¨®n parlamentaria pueda afectar al derecho fundamental de los acusados a la defensa jur¨ªdica, pero ello ha de ser compatible con que la comisi¨®n pueda cumplir con su principal cometido, que es dilucidar las responsabilidades pol¨ªticas del caso.
Lamentablemente, las caracter¨ªsticas de nuestro sistema parlamentario y la instrumentalizaci¨®n partidista de que son objeto impiden que las comisiones de investigaci¨®n tengan la funci¨®n regeneradora de las pr¨¢cticas pol¨ªticas que han demostrado en otros pa¨ªses. La reciente investigaci¨®n del Parlamento noruego sobre la actuaci¨®n de la polic¨ªa en la matanza de Utoya o la comisi¨®n Leveson que investiga en Reino Unido los excesos de la prensa del grupo Murdoch son ejemplos a considerar. Un elemento destaca en las experiencias m¨¢s exitosas: la garant¨ªa de independencia de los miembros de la comisi¨®n, bien porque, siendo parlamentarios, han sido elegidos directamente en sus circunscripciones y no deben su esca?o al favor del aparato del partido, bien porque el Parlamento deliberadamente encomienda la tarea a personas independientes y de indiscutible prestigio.
Aqu¨ª, el inter¨¦s partidista interfiere con demasiada frecuencia en los procesos de investigaci¨®n, tanto judicial como parlamentaria. Las comisiones de investigaci¨®n son utilizadas para desgastar al Gobierno o para echar lastre sobre la oposici¨®n, m¨¢s que para llegar al fondo de los asuntos. Casi siempre, sus conclusiones carecen de efecto porque dependen m¨¢s de la correlaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas vigente en la C¨¢mara que del trabajo realizado por sus miembros.
Por estas razones, el uso que se ha hecho hasta ahora de las comisiones de investigaci¨®n en Espa?a es en muchos aspectos decepcionante, pero esta circunstancia no debe llevarnos a la salida nihilista de negar su utilidad, sino a plantearnos muy seriamente c¨®mo asegurar el vigor y la funcionalidad de esta instituci¨®n. Hay ejemplos en nuestro entorno que deber¨ªamos analizar y, en su caso, emular. Las comisiones de investigaci¨®n son un instrumento esencial del control parlamentario. Cuando se debilita este instrumento, se debilita la calidad de la democracia.
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