Una prensa debilitada tras el asedio del gobierno de Ch¨¢vez
Decenas de medios venezolanos han sido cerrados y la censura es cada vez m¨¢s evidente
En mayo, durante un programa en el canal estatal Venezolana de Televisi¨®n (VTV), Neptali Segovia, autor de crucigramas del diario de Caracas ?ltimas Noticias,fue acusado de intento de magnicidio. El conductor del programa afirm¨® que un grupo de semi¨®logos y matem¨¢ticos hab¨ªan revelado mensajes codificados en el crucigrama y que los t¨¦rminos ¡°Ad¨¢n¡±, ¡°r¨¢fagas¡± y ¡°asesinar¡± hab¨ªan sido interpretados por los expertos como un intento de asesinato contra el hermano del presidente Hugo Ch¨¢vez, de nombre Ad¨¢n. Un d¨ªa m¨¢s tarde, funcionarios de inteligencia visitaron el diario para indagar sobre Segovia, quien est¨¢ encargado de los crucigramas desde hace m¨¢s de 15 a?os. Si bien Segovia no fue procesado por la justicia, el caso representa un claro ejemplo de la extrema polarizaci¨®n que existe en Venezuela y las consecuencias para periodistas y medios.
Durante m¨¢s de una d¨¦cada como presidente, el mandatario venezolano Hugo Ch¨¢vez ha producido una verdadera transformaci¨®n en la cultura pol¨ªtica del pa¨ªs. A trav¨¦s del voto popular, el l¨ªder bolivariano fue concentrando poder en el ejecutivo, erosionando la divisi¨®n de poderes y socavando la independencia judicial. El deterioro de garant¨ªas constitucionales fue eliminando los contrapesos de la democracia y las instituciones se fueron debilitando en forma gradual.
Pero acaso ninguna instituci¨®n ha experimentado un cambio tan profundo como los medios de comunicaci¨®n. El l¨ªder bolivariano, quien asumi¨® inicialmente con apoyo de un sector de la prensa privada, se mostr¨® pronto intolerante a las cr¨ªticas y opt¨® por la confrontaci¨®n como estrategia. Lleg¨® entonces abril de 2002 y con el agravamiento de la crisis pol¨ªtica Venezuela estuvo cerca del colapso. El fallido intento de golpe de Estado dividi¨® a¨²n m¨¢s al pa¨ªs y multiplic¨® los riesgos para los periodistas.
En un contexto de marcada intolerancia, y ante la ausencia de partidos pol¨ªticos cre¨ªbles, los medios privados ocuparon ese vac¨ªo e ingresaron de lleno a la arena pol¨ªtica, promovieron sin reparos la agenda de la oposici¨®n, ignorando el profesionalismo y el equilibrio informativo. Tal es as¨ª que las cadenas de televisi¨®n privadas mostraron dibujos animados en momentos en que masivas manifestaciones en las calles de Caracas clamaban por la restituci¨®n de Ch¨¢vez en 2002.
Desde entonces la presi¨®n oficial sobre los medios creci¨® en forma paulatina pero constante. Priv¨® el revanchismo en el gobierno y, con mayor¨ªa parlamentaria, el oficialismo aprob¨® leyes para restringir la cr¨ªtica y moderar a los medios m¨¢s combativos, cuya cobertura estaba sesgada a favor de la oposici¨®n. La ley de responsabilidad social en radio y televisi¨®n, que viola est¨¢ndares internacionales en materia de libertad de expresi¨®n, oblig¨® a los medios audiovisuales a desprenderse de sus programas m¨¢s cr¨ªticos. La ley lleg¨® acompa?ada de cambios en el c¨®digo penal con condenas m¨¢s dr¨¢sticas para los delitos de calumnias e injurias.
El grupo Espacio P¨²blico ha documentado m¨¢s de 40 casos de ataques inform¨¢ticos contra periodistas
A trav¨¦s de decisiones judiciales, procedimientos administrativos sancionatorios y campa?as intimidatorias, decenas de medios audiovisuales han sido cerrados y la censura es cada vez m¨¢s evidente, tal como revela un reciente informe del Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas. En el caso de Radio Caracas Televisi¨®n, conocida como RCTV, el ente regulador no sigui¨® un proceso transparente e imparcial en su decisi¨®n de no renovar la licencia en mayo de 2007. Existi¨®, en cambio, una decisi¨®n predeterminada y motivada pol¨ªticamente para sacar fuera del aire al principal canal cr¨ªtico.
Tras el golpe fallido de 2002, Ch¨¢vez lleg¨® a la conclusi¨®n de que para desafiar el predominio de los medios privados necesitaba un aparato de medios oficiales m¨¢s desarrollado para influir en la opini¨®n p¨²blica. Y no ha escatimado recursos para ello. En la actualidad, el gobierno cuenta con una vasta red de medios del Estado, incluyendo radios, televisoras, medios impresos y digitales, desde donde no s¨®lo se transmite propagada sino que lanzan campa?as de descr¨¦dito contra periodistas y medios cr¨ªticos.
A medida que se limita el disenso, los periodistas venezolanos se han volcado a las redes sociales. Y tambi¨¦n han sido v¨ªctimas del asedio oficial. En los dos ¨²ltimos a?os, el grupo de libertad de expresi¨®n local Espacio P¨²blico ha documentado m¨¢s de 40 casos de ataques inform¨¢ticos contra periodistas, escritores, defensores de derechos humanos y pol¨ªticos de la oposici¨®n. Las cuentas de Twitter de conocidos periodistas fueron v¨ªctimas de piratas inform¨¢ticos, en muchos casos por un misterioso grupo denominado N33, que simpatiza con el gobierno. El grupo anunci¨® que hab¨ªa sido instituido para lanzar ciberataques contra cr¨ªticos ¡°irresponsables e ignorantes¡± de Ch¨¢vez. Las cuentas de Twitter de periodistas cr¨ªticos son hackeadas y luego utilizadas para transmitir mensajes de apoyo al gobierno.
En este contexto tan polarizado, algunos de los temas que m¨¢s preocupan a los venezolanos de cara a las elecciones presidenciales del 7 de octubre, como la crisis econ¨®mica, la seguridad y la violencia y hasta la propia salud del presidente, no han recibido cobertura suficiente. No hay posibilidad de an¨¢lisis neutral, informaci¨®n de contexto y mucho menos equilibro. Uno de los desaf¨ªos claves para el pr¨®ximo gobierno, sea presidente Ch¨¢vez o Capriles, ser¨¢ fortalecer las instituciones a trav¨¦s de un clima de di¨¢logo y tolerancia donde los medios de comunicaci¨®n puedan desarrollar su labor sin presiones, acoso e intimidaci¨®n.
Carlos Laur¨ªa es coordinador senior del programa de las Am¨¦ricas del Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas (CPJ).
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