El dilema de la circuncisi¨®n
La mejora de la salud p¨²blica es un argumento s¨®lido a favor pero tambi¨¦n hay que proteger el derecho individual a elegir
Cualquier pol¨¦mica relacionada con la salud sexual tiene asegurada una amplia repercusi¨®n y eso es lo que est¨¢ ocurriendo a prop¨®sito de la circuncisi¨®n, una operaci¨®n que consiste en cortar el prepucio que protege el glande del pene. Se trata de una pr¨¢ctica milenaria que es preceptiva en la religi¨®n judia y recomendada en la musulmana. Suele practicarse a los pocos d¨ªas de nacer y, como muchas otras reglas religiosas que se remontan a la antig¨¹edad, en alg¨²n momento debi¨® incorporarse por las ventajas de salubridad que deb¨ªa aportar.
Pero la circuncisi¨®n ha sido vista tambi¨¦n como una agresi¨®n al reci¨¦n nacido por un movimiento denominado inactivismo que, como el que promueve el boicot a las vacunas, ha ido ganando adeptos y amenaza una pr¨¢ctica muy arraigada en muchos lugares. Si en los a?os setenta se estima que en Estados Unidos eran circuncidados el 75% de los ni?os, ahora lo son el 55%.
La Sociedad Americana de Pediatr¨ªa ha tomado cartas en el asunto y, en un art¨ªculo publicado en su revista Pediatrics, la biblia de esta especialidad, ha afirmado que los beneficios superan a los riesgos, y aunque las ventajas no son suficientes para proponer la circuncisi¨®n general de todos los ni?os, s¨ª la recomienda.
Diferentes estudios han mostrado que evita infecciones del tracto urinario y reduce la transmisi¨®n del sida, algo que ha llevado a la organizaci¨®n ONU-Sida a recomendar la circuncisi¨®n de los ni?os en ?frica como medida para frenar la expansi¨®n de la enfermedad.
Pero los inactivistas sostienen que quitar la protecci¨®n del prepucio deja al glande al albur de todos los roces, lo que disminuye con el tiempo la sensibilidad y, por tanto, el placer sexual. Y eso es algo lo suficientemente serio como para que los padres no decidan por sus hijos. Un tribunal de Colonia (Alemania) vino en junio pasado en apoyo de estas tesis declarando ilegal la circuncisi¨®n por considerar que es una imposici¨®n ileg¨ªtima que se hace por razones religiosas.
As¨ª pues, cada parte tiene sus razones. La mejora de la salud p¨²blica es ciertamente un argumento s¨®lido. Pero tambi¨¦n lo es la protecci¨®n del derecho individual a elegir. Como siempre en este tipo de cuestiones, se trata de una dif¨ªcil elecci¨®n.
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