La hora de M¨¦xico

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de M¨¦xico ha despejado el camino para que los pol¨ªticos se pongan a trabajar. No ha sorprendido que haya rechazado la impugnaci¨®n de las elecciones por la izquierda, pues las pruebas eran d¨¦biles. Las elecciones del pasado 1 de julio fueron posiblemente las m¨¢s limpias que se hayan celebrado en el pa¨ªs desde el punto de vista del voto, incluso en el caso de que el PRI, ganador, y el PAN perdedor, pudieran haber contado con cierta ventaja medi¨¢tica que perjudic¨® a la candidatura de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Este, sin embargo, lleg¨® en segundo lugar. Tras el dictamen que declara la validez de las elecciones, M¨¦xico debe dejar atr¨¢s esta disputa y ponerse a trabajar.

Pues el tiempo apremia ante la magnitud de las reformas que deben emprenderse en todos los ¨¢mbitos, desde el energ¨¦tico al fiscal. Un plazo de cinco meses entre la elecci¨®n y la toma de posesi¨®n del nuevo presidente, el pri¨ªsta Enrique Pe?a Nieto, es excesivo. Debe aprovecharlo, al carecer de mayor¨ªa suficiente en el Congreso, para preparar un acuerdo lo m¨¢s amplio posible que acelere las decisiones y la aplicaci¨®n de las medidas. Ganar le result¨® f¨¢cil. El PRI y Pe?a Nieto saben que ahora empieza lo m¨¢s complicado: poner en marcha una agenda de crecimiento para la que necesitar¨¢n, como poco, al PAN.

La izquierda, que se coloc¨® en segundo lugar tanto en las presidenciales como en las parlamentarias, ocupa una posici¨®n relevante en el Congreso y tiene un claro futuro. Le toca decidir si quiere influir o no en las reformas que van a transformar a M¨¦xico para proyectarlo en el siglo XXI. Y, por tanto, si va a jugar en las instituciones o si prefiere mantenerse fuera de juego haciendo ruido en la calle, como el que orquest¨® L¨®pez Obrador en 2006 y vuelve ahora a repetir. M¨¦xico necesita una izquierda fuerte y activa que contribuya a una colosal transformaci¨®n del pa¨ªs que no olvide la justicia social.