En Harvard tambi¨¦n se copia

La Universidad de Harvard es una de las mejores del mundo, si no la mejor, seg¨²n las clasificaciones m¨¢s prestigiosas sobre ense?anza superior. Es tambi¨¦n la m¨¢s antigua de Estados Unidos y a su celebridad contribuye el hecho de que algunas de las personalidades de mayor peso internacional hayan pasado por sus aulas, sin ir m¨¢s lejos el actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su rival en las pr¨®ximas elecciones, Mitt Romney. Parece que ahora Harvard ha decidido tambi¨¦n competir en los rankings por un logro que m¨¢s que subrayar su refinamiento lo pone en cuesti¨®n: el de tener el mayor n¨²mero de alumnos que copiaron al mismo tiempo en un examen. Son 125 los sospechosos, de 279 estudiantes matriculados en la asignatura Introducci¨®n al Congreso.

Era uno de esos ex¨¢menes que los alumnos hacen en casa y para el que pueden utilizar apuntes, lecturas, consultas en la Red. Lo que est¨¢ prohibido es que discutan las respuestas unos con otros, que las compartan, las conversen, las elaboren en com¨²n. Pero eso parece ser justo lo que hicieron, pues hay ex¨¢menes cuyas respuestas tienen demasiadas semejanzas. Por lo que se sabe aprovecharon el correo electr¨®nico para saltarse los protocolos. Los han pillado: pueden suspenderlos un a?o o revocarles sus recientes diplomas

Introducci¨®n al Congreso no tiene fama de ser una asignatura dif¨ªcil, es m¨¢s bien lo que en Espa?a se llamar¨ªa una mar¨ªa. Algunos alumnos han comentado que esa colaboraci¨®n es algo que se da por hecho en esa materia, y que obraron con inocencia. Otros consideran que necesitaron consultar porque no ten¨ªan alternativa: las preguntas ten¨ªan trampa, eran absurdas o confusas, arbitrarias. Se dice tambi¨¦n que hace ya tiempo la asignatura no era tan f¨¢cil.

El bochorno para una universidad del renombre de Harvard es notable. ?Ha sido una plaga de alumnos malcriados o es que las facilidades de comunicaci¨®n favorecen ahora los plagios? ?No ser¨¢, tambi¨¦n, que cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil tener voz propia? Solos y con todos los recursos a su disposici¨®n, esos muchachos optaron por no distinguirse: el triunfo de la mediocridad. Y, ay, tambi¨¦n en Harvard.