Dem¨®cratas al ataque
El gran problema de Obama es que la victoria se decidir¨¢ por la econom¨ªa
Apenas una semana despu¨¦s de la convenci¨®n republicana en Tampa, Florida, el partido Dem¨®crata abre la suya en Charlotte, Carolina del Norte. Los dos partidos han elegido Estados oscilantes para tratar de inclinarles en su favor. Tanto Florida como Carolina del Norte votaron dem¨®crata con el vendaval Obama de 2008 pero ambos hab¨ªan votado en 2004 al candidato republicano.
En Tampa los republicanos, empujados por el radicalismo del Tea Party y disparando con p¨®lvora del rey, han hecho gala de acendrado conservadurismo y no han ahorrado cr¨ªticas a sus rivales que se enfrentan ahora a la tarea de defender la gesti¨®n de los cuatro ¨²ltimos a?os en medio de una dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica y sin contar con el entusiasmo que origin¨® en 2008 la aparici¨®n del primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos. Nunca olvidar¨¦ el espect¨¢culo que ofrec¨ªa el Mall de Washington el g¨¦lido d¨ªa de su investidura. Durante este tiempo Obama se ha enfrentado a la mala herencia recibida de Bush con dos guerras abiertas y una crisis econ¨®mica brutal, la peor desde 1929, que ha hecho quebrar bancos, ha estallado la burbuja inmobiliaria, ha dejado sin trabajo a tres millones de norteamericanos y ha forzado a masivas intervenciones de la Reserva Federal con el resultado del aumento del d¨¦ficit hasta l¨ªmites intolerables. Pero como dijo Jeb Bush en Tampa, Obama no puede culpar eternamente a su predecesor por lo mal que van las cosas cuatro a?os m¨¢s tarde.
Todo ello en medio de una polarizaci¨®n pol¨ªtica cada vez m¨¢s acusada que ha bloqueado el Congreso impidiendo acuerdos sobre la emigraci¨®n, para aumentar el techo de gasto, o para cerrar la prisi¨®n de Guant¨¢namo como Obama hab¨ªa prometido con la l¨®gica decepci¨®n de muchos j¨®venes, independientes e hispanos que le dieron su apoyo en 2008. Estos ¨²ltimos ¡ªque ya son el 16,5% de la poblaci¨®n¡ª votar¨¢n dem¨®crata en una proporci¨®n de 2 a 1 aunque todav¨ªa no se han dado cuenta de la enorme influencia pol¨ªtica que les pueden dar las urnas. Ayer un senador amigo me dec¨ªa desde Tampa que los republicanos daban por perdido el voto hispano porque ¡°Romney no lo hab¨ªa trabajado bastante¡±. Por su parte, el 94% de los afroamericanos (13,5% de la poblaci¨®n) declaran que votar¨¢n monol¨ªticamente a Obama. Nunca ha sucedido algo parecido. Los jud¨ªos, no numerosos pero influyentes, tambi¨¦n votar¨¢n dem¨®crata en un 70% a pesar de los rifirrafes de estos a?os entre Obama y Netanyahu, que no oculta sus simpat¨ªas por Romney. Finalmente, las mujeres, que son el 50% de la poblaci¨®n muestran crecientes signos de irritaci¨®n con algunas posiciones republicanas sobre temas como el aborto y la libertad de decidir, mientras que el voto gay es tradicionalmente dem¨®crata.
Ning¨²n presidente ha sido elegido con m¨¢s de un 7% de desempleo y ahora est¨¢ en un 8,3%
Est¨¢ por ver c¨®mo influir¨¢ en esta elecci¨®n el novedoso fen¨®meno de las llamadas Superpacs (Political Action Committees) que entran en juego por vez primera gracias a una decisi¨®n del Tribunal Supremo que, al amparo de la Primera Enmienda, permite a las grandes corporaciones dar dinero sin l¨ªmites a la campa?a de los candidatos as¨ª como hacer ¡°gastos independientes¡±, es decir, no coordinados con ellos, No ser¨ªa de extra?ar que los grandes intereses de Wall Street, el mundo del petr¨®leo, la industria farmac¨¦utica, el sector del carb¨®n o el de los seguros m¨¦dicos decidieran entrar en la carrera presidencial con medios econ¨®micos ilimitados y cabe aventurar a qui¨¦n apoyar¨¢n. Algunos Estados como Montana ya se han quejado de la intromisi¨®n de ingentes sumas de dinero durante las primarias que alteraban el juego pol¨ªtico local.
Hasta ahora, los dem¨®cratas han conseguido centrar el debate en el terreno que les interesa, sobre cuestiones morales como el aborto o sociales como el hecho de que los ricos paguen muy pocos impuestos. El propio Romney, que ingres¨® 20 millones de d¨®lares al a?o de rentas en 2011 confiesa haber pagado solo un 13% de impuestos y si las propuestas que ha hecho Paul Ryan en Tampa salen adelante podr¨ªa acabar pagando menos del 1%. Es claro que ese es el debate que quiere Obama en lugar de debatir la situaci¨®n econ¨®mica donde puede mostrar menos ¨¦xitos y que es precisamente donde insistir¨¢ Romney a partir de ahora. De hecho, ning¨²n presidente de EE UU ha sido elegido con m¨¢s de un 7% de desempleo y ahora est¨¢ en un 8,3%.
El gran problema de Obama es que la victoria no se la dar¨¢ ni la pol¨ªtica exterior ni la de seguridad, donde puede exhibir ¨¦xitos como la muerte de Bin Laden, sino que se decidir¨¢ por la econom¨ªa y eso explica su creciente nerviosismo con la tardanza de los europeos en resolver sus problemas. Obama no lo tiene f¨¢cil pues m¨¢s del 60% de los americanos piensan que el pa¨ªs va en direcci¨®n equivocada, pero si Europa empeora lo tendr¨¢ imposible y ¨¦l necesita ganar para consolidar la reforma sanitaria (Affordable Care Act) que es su gran obra, porque si no gana en noviembre los republicanos la desmantelar¨¢n ¡ªcomo acaba de prometer Romney en Tampa¡ª y desaparecer¨¢ el gran legado de su presidencia. Solo por eso no se puede arriesgar a ser un presidente de un solo mandato. Y es que la Am¨¦rica profunda es muy profunda y por eso tanto Obama como Woody Allen son m¨¢s populares a este lado del Atl¨¢ntico.
Sea como fuere, los americanos se enfrentan a una elecci¨®n fascinante con dos filosof¨ªas radicalmente diferentes en relaci¨®n al papel del gobierno y a c¨®mo arreglar la econom¨ªa.
Jorge Dezcallar es embajador de Espa?a. Su ¨²ltimo destino ha sido Washington.
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