Estrategia oportunista

La crisis econ¨®mica y la necesidad de ajustar el gasto p¨²blico se han convertido en una coartada para hacer propuestas de cariz ideol¨®gico por parte de algunos pol¨ªticos. Mar¨ªa Dolores de Cospedal, presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y secretaria general del Partido Popular, ha lanzado la idea de reducir el n¨²mero de diputados regionales y ¡ªlo que es m¨¢s novedoso¡ª retirarles el sueldo y ofrecerles ¨²nicamente dietas por su trabajo. Para que la primera reforma saliera adelante, el PP necesitar¨ªa el voto mayoritario del Parlamento regional y el apoyo de dos tercios del Congreso, pero para retirar el salario a los parlamentarios bastar¨ªa en principio con dejar de presupuestarlo.

Este inusitado castigo a la clase pol¨ªtica tiene p¨²blico. El desempleo masivo, los dr¨¢sticos recortes presupuestarios y, sobre todo, los numerosos casos de corrupci¨®n y mala gesti¨®n de lo p¨²blico dejan el campo abonado para propuestas populistas con trampa. Porque una cosa es aquilatar el gasto p¨²blico reduciendo salarios y el n¨²mero de diputados ¡ªsiempre que sea un recorte moderado¡ª y otra bien distinta convertir la actividad pol¨ªtica en un trabajo poco menos que altruista. Los resultados podr¨ªan ser desastrosos para el sistema democr¨¢tico. Participar en pol¨ªtica se convertir¨ªa en una actividad solo al alcance de los m¨¢s adinerados; y, al pretender que los diputados vivan de sus respectivas profesiones, estos no podr¨ªan dedicarse a la pol¨ªtica m¨¢s que a tiempo parcial, lo que reducir¨ªa seriamente su capacidad constitucional de controlar la tarea del Ejecutivo. El sistema de Cospedal no dignificar¨ªa la labor de los pol¨ªticos, como ella defiende, y dejar¨ªa las manos m¨¢s libres a los gobernantes. Una consecuencia que, sin duda, beneficia a Cospedal, como tambi¨¦n le beneficia el hecho de que entre el grupo parlamentario popular haya m¨¢s profesionales de la pol¨ªtica con sueldo ¡ªcomo consejeros aut¨®nomicos, por ejemplo¡ª que entre el grupo de la oposici¨®n. Es otra consecuencia con la que quiz¨¢ Cospedal ya contaba de antemano.

Esta iniciativa es burda y pone en duda las convicciones democr¨¢ticas de quien la propone. Espa?a necesita una profunda regeneraci¨®n de la vida pol¨ªtica; no su demolici¨®n. El cambio que Cospedal propone puede alentar el desprestigio de la actividad p¨²blica, adem¨¢s de esconder una estrategia oportunista.