Hollande tiene un plan
El presidente franc¨¦s pretende un reparto m¨¢s equitativo de los costes de la reducci¨®n del d¨¦ficit
Fran?ois Hollande quiere demostrar que est¨¢ al mando, asume la impopularidad de las medidas que se dispone a aprobar y tiene un programa para devolver la varada econom¨ªa francesa a la senda del crecimiento a finales de 2014, repartiendo los sacrificios. Lo que dice y hace es seguido por todos, y muy especialmente por las izquierdas europeas, deseosas de encontrar otra v¨ªa para salir de la crisis. Hollande tiene a¨²n que probar que esa v¨ªa existe.
En su entrevista en la cadena TF-1, Hollande ha querido aparecer como un presidente ¡°normal¡±. Pero la nueva normalidad implica grandes cambios para Francia. A diferencia de Mitterrand en 1983, Hollande no tiene que rectificar, sino concretar. Y la primera concreci¨®n implica el mayor recorte del d¨¦ficit p¨²blico en 30 a?os. La cifra de 33.000 millones de euros era esperada. No as¨ª el reparto. Una tercera parte saldr¨¢ de la reducci¨®n del gasto p¨²blico, salvo en Educaci¨®n, Interior y Justicia. Otra, de subidas generalizadas de impuestos, incluida la famosa tasa del 75% ¡°sin excepciones, pero de forma temporal¡± para todos los que ingresen m¨¢s de un mill¨®n de euros al a?o. El resto lo tendr¨¢n que aportar las empresas que no reinviertan sus beneficios.
Hollande quiere afrontar el viento en contra demosc¨®pico y dar la impresi¨®n de saber adonde va. Mantiene el objetivo de reducir el d¨¦ficit al 3% para 2013. No tiene las mismas presiones que los pa¨ªses rescatados o rescatables. Pero sabe que si no lo cumple, Alemania, a la que se ha vuelto a acercar, se despegar¨¢ irremediablemente de Francia. ?D¨®nde queda su agenda de crecimiento? El presidente parece convencido de que cuadrar las cuentas es una condici¨®n necesaria, pero tambi¨¦n de que, para recuperar competitividad, Francia necesita grandes reformas. Hollande va a flexibilizar el mercado de trabajo: da tres meses a patronal y sindicatos para ponerse de acuerdo, y si no, el Gobierno decidir¨¢. Y plantea la revisi¨®n de una protecci¨®n social por desempleo financiada excesivamente por las empresas.
Como si fuera necesario hacer saber que los ricos est¨¢n en contra, el presidente de LVMH, el franc¨¦s Bernard Arnault, ha anunciado que solicitar¨¢ la nacionalidad belga. Aunque no tenga que ver con sus impuestos, el gesto tiene una carga no ya contra Hollande, sino contra Francia, por parte del patron de un grupo de marcas de lujo que venden la esencia de lo m¨¢s franc¨¦s.
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