Demasiadas dudas
El Presupuesto para 2013 anunciado ayer no es el adecuado para conseguir el objetivo de d¨¦ficit
La comparecencia de los ministros de Hacienda y Econom¨ªa, Crist¨®bal Montoro y Luis de Guindos, al t¨¦rmino del Consejo de Ministros que aprob¨® los Presupuestos para 2013, no despej¨® las serias dudas que existen sobre los objetivos de estabilidad presupuestaria de este a?o y el pr¨®ximo. Guindos anunci¨® un programa de reformas para los pr¨®ximos meses cuyo prop¨®sito es aumentar la competitividad de la econom¨ªa, pero no pas¨® de la declaraci¨®n, y hoy es imposible saber si tendr¨¢n alg¨²n efecto dinamizador sobre la econom¨ªa. Las dudas presupuestarias nacen de la evidente infravaloraci¨®n que hace el Gobierno de los efectos de la crisis sobre las cuentas p¨²blicas y de la distancia entre la enorme cuant¨ªa del ajuste que es necesario ejecutar para conseguir un d¨¦ficit del 4,3% sobre el PIB en 2013 y las medidas de recorte del gasto y aumento de ingresos planeado en el presupuesto.
Que el Gobierno subestima el impacto de la crisis se demuestra en el c¨¢lculo de crecimiento para el a?o pr¨®ximo (-0,5%), una ¡°suave desaceleraci¨®n¡±, seg¨²n Montoro. Es m¨¢s probable que la contracci¨®n del PIB se aproxime al 1%, en cuyo caso las previsiones de empleo y de ingresos fiscales, poco realistas incluso con la hip¨®tesis de -0,5%, sencillamente se desvanecer¨¢n. De hecho, la primera duda, que puede condicionar la estrategia presupuestaria, la de estabilidad financiera y la de negociaci¨®n con Europa, es si el d¨¦ficit bajar¨¢ en 2012 hasta el 6,3% del PIB; es posible que acabe incluso hasta un punto por encima de esa cifra.
El problema para Hacienda es que las previsiones de contracci¨®n del gasto quiz¨¢ puedan concretarse a duras penas, pero las previsiones de crecimiento de ingresos son muy dudosas, debido a la recesi¨®n, al recorte de gasto p¨²blico y a que el margen de maniobra tributario convencional est¨¢ agotado. De las nuevas medidas tributarias que present¨® ayer Montoro, apenas el l¨ªmite de amortizaci¨®n en el impuesto sobre sociedades dar¨¢ algo de ox¨ªgeno al Gobierno. El c¨¢lculo de recaudaci¨®n por el resto de medidas es voluntarista. El Gobierno deber¨ªa recurrir a la supresi¨®n de un grupo amplio de deducciones; pero como esta decisi¨®n tiene un coste pol¨ªtico elevado, se retrasar¨¢ hasta que la fuerza de los hechos la haga inevitable.
El Presupuesto de 2013 refleja adem¨¢s un hecho devastador y alguna inconsecuencia pol¨ªtica. Los gastos financieros aumentar¨¢n el a?o pr¨®ximo en 10.000 millones, hasta llegar a los 38.000 millones. Esta cantidad define con precisi¨®n abrumadora el coste de la desconfianza de los mercados sobre la deuda espa?ola y bloquea cualquier acci¨®n p¨²blica para estimular la econom¨ªa. En cuanto a la inconsecuencia, se manifiesta en dos decisiones fundamentales. Se ha decidido subir las pensiones, a pesar de que hay un compromiso de mantener el gasto en prestaciones sociales en el 15,9% del PIB; al mismo tiempo, se anuncia que se recurrir¨¢ al Fondo de Garant¨ªa de Pensiones para hacer frente al gasto asumido. No parece una pol¨ªtica prudente y, en todo caso, confirma que el compromiso con la estabilidad presupuestaria est¨¢ subordinado a los intereses electorales. Lo mismo cabe decir de la congelaci¨®n de sueldos de la Administraci¨®n al tiempo que se restituye la paga de Navidad en 2013. La pol¨ªtica de recortes en pensiones o en sueldos de funcionarios podr¨ªa quiz¨¢ haberse evitado con una gesti¨®n mejor de la crisis; pero si el Gobierno la acepta como la ¨²nica soluci¨®n, debe aplicarse con coherencia.
La escasa informaci¨®n facilitada ayer no parece suficiente para tranquilizar a los mercados y a los ciudadanos. Quiz¨¢ mejore cuando las medidas se conozcan en detalle; pero, por el momento, ratifican la impresi¨®n de que las pol¨ªticas de ajuste tienen unas probabilidades de ¨¦xito limitadas y que no existe el m¨ªnimo indicio de una estrategia de recuperaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.