Escalada soberanista

Al borde de su propia disoluci¨®n, el Parlamento de Catalu?a aprob¨® ayer la propuesta de CiU y ERC para celebrar una consulta por la autodeterminaci¨®n, ¡°prioritariamente¡± durante la siguiente legislatura. Esa postura fue aprobada por el 62% de la C¨¢mara, incluyendo al socialista Ernest Maragall, que rompi¨® la posici¨®n del PSC favorable a la abstenci¨®n. A su vez, este partido vio derrotada su propuesta federalista. El presidente de la Generalitat ya hab¨ªa comunicado la anticipaci¨®n de las elecciones al 25 de noviembre, de forma que lo votado es la decisi¨®n postrera de una legislatura abruptamente interrumpida por el propio Artur Mas.

La confrontaci¨®n se hace as¨ª a¨²n m¨¢s expl¨ªcita. El Gobierno central est¨¢ decidido a obtener del Constitucional la suspensi¨®n autom¨¢tica de cualquier convocatoria de refer¨¦ndum que no se ajuste a la Constituci¨®n, seg¨²n explic¨® la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, quien argument¨® que la organizaci¨®n territorial del Estado compete a todos los espa?oles. Responde as¨ª al presidente de la Generalitat, dispuesto a consultar a los catalanes sobre la independencia, tanto si eso es legal como si no. El tono desafiante de Mas es por completo ocioso, puesto que ¨¦l y sus partidarios tienen la oportunidad de someter a los electores un programa abiertamente independentista, lo cual resultar¨ªa clarificador.

Artur Mas juega peligrosamente con las palabras al hablar de refer¨¦ndum y consulta, porque un refer¨¦ndum constitucional precisa del acuerdo previo del Gobierno. El presidente de la Generalitat utiliza su posici¨®n de poder para acumular m¨¢s poder, como supone que ocurrir¨¢ tras la maniobra de ponerse a la cabeza de la reivindicaci¨®n soberanista. Artur Mas sabe perfectamente que no puede dar pasos ilegales; sugerir que lo va a hacer es un acto claramente electoralista, pero, adem¨¢s, tensiona gravemente a la sociedad.